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BANCO MUNDIAL – 20 millones de jóvenes latinos ni estudian ni trabajan

 

 

Se les conoce como “ninis”, quieren progresar pero la deserción escolar y el empleo precario los sentencian.

 

En un estudio sobre el tema, el Banco Mundial indaga sobre el fenómeno de los ninis, los riesgos y las posibles soluciones.

 

Según el estudio, las características fundamentales de los ninis son:

 
  • Casi el 60% proviene de hogares pobres o vulnerables.
 
  • Las mujeres representan 2/3 de la población nini de América Latina. Los factores de riesgo más importantes son el matrimonio precoz y el embarazo adolescente.
 
  • Las mujeres son mayoría pero los hombres son los que han contribuido al incremento del número de ninis en la región. A medida que ellas se incorporaron al mercado laboral, en un contexto en el que la creación de empleos es limitada, a ellos les resulta más complicado obtener un trabajo.
 
  • El camino más común para convertirse en un nini es la deserción escolar para empezar a trabajar – muchas veces en el sistema informal –seguido del desempleo y la falta de posibilidad de encontrar un algo formal por falta de formación.

 

¿Por qué debería importarnos?

Si bien la tasa de ninis de la región está por debajo del promedio mundial de 22%, existen varios riesgos en esta población. El primero tiene que ver con la productividad. El estudio revela que a medida que hay más ninis, los ingresos se reducen. Es decir, alguien que es nini hoy, dentro de 20 años, cuando esté en sus mayores años de productividad, es mucho más propenso a tener menos ingresos que quien no lo fue.

 

Asimismo, el fenómeno de los ninis contribuye a la delincuencia, las adicciones y la desintegración social, especialmente en algunos países. Por ejemplo, el estudio revela que en México, entre 2008  y 2013, cuando se triplicaron las tasas de homicidios, también aumentó significativamente la cantidad de ninis.

 

 

Si deseas consultar el Informe  NINIS en América Latina, publicado por el Banco Mundial, has click en el siguiente botón.

 

 

Fuente: BANCO MUNDIAL 20.Enero.2016