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Miércoles, 5 de octubre de 2022

Se frenan los avances mundiales en
la reducción de la pobreza extrema

  • Para 2030, casi 600 millones de personas deberán subsistir con menos de USD 2,15 al día.

    Según un nuevo estudio del Banco Mundial, es poco probable que se alcance el objetivo de poner fin a la pobreza extrema en todo el mundo a más tardar en 2030 si durante el resto de esta década el crecimiento económico no muestra tasas inéditas en la historia. En el estudio se concluye que la COVID‑19 representó el mayor revés para los esfuerzos de reducción de la pobreza a nivel mundial desde 1990.

    En la nueva edición del informe del Banco Mundial titulado La pobreza y la prosperidad compartida (i) se presenta el primer panorama completo de la pobreza en todo el mundo después de la extraordinaria serie de conmociones producidas en la economía mundial en los últimos años. Se estima que la pandemia empujó a unos 70 millones de personas a la pobreza extrema en 2020, el mayor aumento en un año desde que comenzó el seguimiento de estas cifras, en 1990. En consecuencia, se calcula que 719 millones de personas subsistían con menos de USD 2,15 al día a fines de 2020.

    En el informe se afirma que 2020 marcó un punto de inflexión histórico: la era de la convergencia de ingresos en el mundo dio paso a la divergencia. La mayor parte del costo de la pandemia recayó sobre los más pobres: entre los sectores que se ubican en el 40 % más bajo de la distribución, las pérdidas de ingresos alcanzaron un promedio del 4 %, es decir, el doble que entre el 20 % más rico. Como resultado, la desigualdad mundial se elevó por primera vez en décadas.

    La aplicación de sólidas medidas de política fiscal significó una notable diferencia, pues permitió atenuar el impacto de la pandemia de COVID‑19 sobre la pobreza. De hecho, la tasa de pobreza promedio de las economías en desarrollo habría sido 2,4 puntos porcentuales más alta si no hubiera habido respuesta fiscal. Sin embargo, el gasto público resultó mucho más útil para la reducción de la pobreza en los países más ricos, que en general lograron compensar por completo el impacto de la COVID‑19 a través de políticas fiscales y otras medidas de apoyo de emergencia. Las economías en desarrollo disponían de un menor volumen de recursos y, por lo tanto, gastaron menos y lograron menos: las economías de ingreso mediano alto compensaron solo el 50 % del impacto en la pobreza, mientras que las de ingreso bajo y mediano bajo, apenas la cuarta parte.

    En el nuevo informe se ofrecen por primera vez datos actuales e históricos sobre la nueva línea mundial de pobreza extrema, que se ha elevado a USD 2,15 al día para reflejar los datos más recientes de paridad del poder adquisitivo, de 2017. La pobreza extrema disminuyó drásticamente en todo el mundo entre 1990 y 2019, el último año para el que se dispone de datos oficiales. Pero los avances se desaceleraron después de 2014, y los responsables de formular políticas se enfrentan ahora a un contexto más complejo, pues la pobreza extrema se concentra en las áreas del mundo donde será más difícil erradicarla: África subsahariana, zonas afectadas por conflictos y zonas rurales.

    En la actualidad, África subsahariana alberga al 60 % de todas las personas en situación de pobreza extrema: 389 millones, más que cualquier otra región. Aquí la tasa de pobreza se acerca al 35 %, la más alta del mundo. Para alcanzar el objetivo de reducción de la pobreza fijado para 2030, cada país de la región debería lograr un crecimiento del producto interno bruto (PIB) per cápita del 9 % al año durante el resto de la década actual. Esto representa una meta excepcionalmente difícil para países cuyo PIB per cápita creció, en promedio, un 1,2 % en los 10 años anteriores a la pandemia de COVID‑19.

    Según el informe, las reformas de las políticas públicas nacionales pueden ayudar a reanudar los avances en la reducción de la pobreza. También será necesario intensificar la cooperación internacional. En lo que respecta a la política fiscal, los Gobiernos deben actuar sin demora en tres frentes:

  • Evitar los subsidios generales y aumentar las transferencias monetarias focalizadas: En las economías de ingreso bajo y mediano, la mitad de todo el gasto en subsidios energéticos beneficia al 20 % más rico de la población, que consume más energía. Las transferencias monetarias son un mecanismo mucho más eficaz para apoyar a los pobres y los grupos vulnerables.

  • Énfasis en el crecimiento a largo plazo: Es necesario realizar sin demoras inversiones de alta rentabilidad en educación, investigación y desarrollo, y en proyectos de infraestructura. En tiempos de recursos escasos, será clave lograr un gasto más eficiente y una mejor preparación para la próxima crisis.

  • Movilizar ingresos internos sin perjudicar a los pobres: Los impuestos a la propiedad y al carbono pueden ayudar a aumentar los ingresos fiscales sin perjudicar a los más pobres. Lo mismo puede decirse de la ampliación de la base tributaria del impuesto sobre la renta de las personas y de las sociedades. En caso de que sea necesario elevar los impuestos a las ventas y a los consumos específicos, los Gobiernos deben minimizar las distorsiones económicas y los efectos distributivos perjudiciales implementando simultáneamente transferencias monetarias focalizadas que compensen los efectos de dichos gravámenes en los hogares más vulnerables.

    Fuente: BANCO MUNDIAL 05 de octubre de 2022

  • Jueves, 29 de septiembre de 2022

    Hacer frente a la pérdida y el desperdicio de alimentos:
    una oportunidad de ganar por partida triple

  • La FAO y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente llaman a la acción en el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos.

    Abordar la lacra de la pérdida y el desperdicio de alimentos representa una oportunidad de conseguir un triple beneficio —para el clima, la seguridad alimentaria y la sostenibilidad de nuestros sistemas agroalimentarios— y no puede dejarse de lado en un momento de aumento del hambre en el mundo y de alza de los precios de los alimentos.

    Según el último informe de la FAO sobre El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo (SOFI), el número de personas afectadas por el hambre aumentó hasta 828 millones en 2021, lo que supone un incremento de unos 46 millones desde 2020 y de 150 millones desde 2019. En total, se calcula que 3 100 millones de personas no tienen acceso a una dieta saludable.

    La pérdida y el desperdicio de alimentos representan además entre el 8 % y el 10 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, lo que contribuye a un clima inestable y a fenómenos meteorológicos extremos como sequías e inundaciones. Estos cambios repercuten negativamente en el rendimiento de las cosechas, reducen potencialmente la calidad nutricional de los cultivos y provocan perturbaciones en la cadena de suministro.

    Por tanto, dar prioridad a la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos es fundamental para la transición hacia sistemas agroalimentarios sostenibles que hagan más eficiente el uso de los recursos naturales, disminuyan su repercusión en el planeta y garanticen la seguridad alimentaria y la nutrición.

    La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible pide reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita mundial en la venta al por menor y a nivel de los consumidores y reducir las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y suministro, incluidas las pérdidas posteriores a la cosecha ―meta 12.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)―. Alcanzar esta meta tendría repercusiones significativas en la lucha contra el cambio climático.

    Fuente: FAO 29 de septiembre de 2022

  • Jueves, 8 de septiembre de 2022

    5 datos sobre pobreza laboral al 2° trimestre de 2022

    Con el indicador de pobreza laboral, que el CONEVAL actualiza trimestralmente, es posible dar seguimiento en el tiempo al porcentaje de la población a nivel nacional, estatal, ámbito urbano y ámbito rural que tiene un ingreso laboral inferior al valor monetario de la canasta alimentaria.

    A continuación, te compartimos 5 datos puntuales sobre la evolución de este indicador al 2° trimestre de 2022.

  • La pobreza laboral disminuyó 0.5 puntos porcentuales a nivel nacional entre el primer trimestre y el segundo trimestre de 2022; es decir, pasó de8% a 38.3%.

  • Si bien se ha mostrado una recuperación de la economía y el mercado laboral posterior a la contingencia sanitaria por la COVID-19, la pobreza laboral aún no alcanza el nivel observado antes del inicio de la pandemia en el primer trimestre de 2020, que fue del 6%.

  • Entre el primer y segundo trimestre de 2022, la pobreza laboral en el ámbito rural permaneció en niveles similares al pasar de9% a 52.0%. Mientras que en el ámbito urbano se presentó una disminución de 0.7 puntos porcentuales, al pasar de 34.7% a 33.9%.

  • Las entidades federativas con mayor aumento trimestral de pobreza laboral en puntos porcentuales fueron Campeche (3.0), Baja California (1.7) y Guerrero (1.5).

  • En contraste, las entidades federativas con mayor disminución trimestral de pobreza laboral en puntos porcentuales fueron Zacatecas (4.1), CDMX (3.1) y Quintana Roo (2.4).

    Fuente: CONEVAL 07 de septiembre de 2022

  • Miércoles, 7 de septiembre de 2022

    Estamos a siglos de alcanzar una plena igualdad de género

  • Múltiples crisis mundiales y retrocesos en los derechos en materia de salud sexual y reproductiva de las mujeres empeoran la disparidad de género.

    “El progreso en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): Panorama de género 2022” demuestra que, al ritmo de progreso actual, nos puede llevar cerca de 300 años alcanzar una plena igualdad de género. Los desafíos mundiales, como la pandemia de COVID-19 y sus consecuencias, los conflictos violentos, el cambio climático y los retrocesos en los derechos en materia de salud sexual y reproductiva de las mujeres exacerban aún más las disparidades de género. El nuevo informe, que fue presentado hoy por ONU Mujeres y el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (DAES), destaca que, al ritmo actual, no se podrá cumplir el ODS 5 —lograr la igualdad de género— para 2030.

    Si no tomamos medidas inmediatamente, los sistemas legales que no prohíben la violencia contra las mujeres, no protegen los derechos de las mujeres en el matrimonio y la familia —por ejemplo, que niegan a las mujeres el derecho de transmitir su nacionalidad a sus hijas e hijos, o de heredarla—, no aseguran la igualdad salarial y de beneficios laborales, y no garantizan los mismos derechos de poseer y controlar tierras podrían seguir existiendo por muchas generaciones más.

    Al ritmo de progreso actual, el informe estima que tomaría alrededor de 286 años cerrar la brecha que existe en cuanto a protección legal y eliminar leyes discriminatorias, 140 años para que haya una representación equitativa de mujeres en posiciones de poder y liderazgo en el lugar de trabajo, y al menos 40 años para lograr una representación equitativa en parlamentos nacionales. Para erradicar el matrimonio infantil para el 2030, el progreso debería ser 17 veces más rápido del que se llevó a cabo durante la última década y se prevé que las niñas de los hogares rurales más pobres ubicados en zonas afectadas por conflictos sean quienes más sufran.

    El informe también señala un retroceso preocupante en la reducción de la pobreza y la probabilidad de que los aumentos en los precios agraven esta tendencia. Para fines de 2022, alrededor de 383 millones de mujeres y niñas vivirán en la pobreza extrema —con menos de USD 1,90 por día— en comparación con los 368 millones de hombres y niños. En la mayor parte del mundo, muchas otras tendrán ingresos insuficientes para satisfacer necesidades básicas, como las necesidades de alimentación, vestimenta y una vivienda adecuada. Si continúan las tendencias actuales, para 2030, en África subsahariana, habrá más mujeres y niñas que hoy viviendo en la pobreza extrema.

    Para lograr un desarrollo sostenible real y una mayor igualdad de género, es fundamental seguir evaluando las oportunidades y los obstáculos en el camino del empoderamiento de las mujeres y niñas, a fin de que estas puedan tener poder de acción e igualdad en la toma de decisiones vinculadas al cambio climático y la sostenibilidad. Las soluciones propuestas en relación con las políticas y los programas en materia de clima, medio ambiente y reducción del riesgo de desastres deben tener perspectiva de género; además, deben promover y proteger a las defensoras de los derechos humanos ambientales de las mujeres; deben generar la resiliencia de las mujeres y las niñas y sus organizaciones; deben fortalecer la prevención, la respuesta y la recuperación de violencia sexual y de género; y mejorar e invertir en estadísticas específicas de género e información para consolidar la relación entre el género y el clima.

    Otros hechos y cifras que se destacan en el informe:

  • En 2020, por el cierre de escuelas y preescolares, se necesitaron 672.000 millones de horas adicionales de cuidado no remunerado de niñas y niños. Suponiendo que las diferencias de género en los trabajos de cuidado se mantuvieron igual que antes de la pandemia, las mujeres habrán cargado con 512.000 millones de esas horas.

  • A nivel mundial, las mujeres perdieron un estimado de 800.000 millones de dólares en ingresos durante 2020 debido a la pandemia y, a pesar de que hubo un repunte, se proyecta que su participación en el mercado laboral es menor en 2022 de lo que fue antes de la pandemia (50,8 por ciento, comparado con 51,8 por ciento en 2019).

  • En la actualidad, más mujeres y niñas que nunca se vieron obligadas a desplazarse: alrededor de 44 millones de mujeres y niñas para fines de 2021.

  • Hoy, más de 1200 millones de mujeres y niñas en edad reproductiva (entre 15 y 49 años) viven en países y zonas con algún tipo de restricción en el acceso a abortos seguros.

    Antes de la Cumbre sobre la Transformación de la Educación, que tendrá lugar en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el informe señala que lograr la educación universal de las niñas, a pesar de no ser suficiente por sí misma, mejoraría significativamente esta perspectiva. Cada año de educación adicional puede aumentar las ganancias que tendrá una niña cuando sea adulta en hasta un 20 por ciento y también repercutiría en la reducción de la pobreza, mejoraría la salud materna, reduciría la mortalidad infantil, mejoraría la prevención contra el VIH y reduciría la violencia contra las mujeres.

    El informe demuestra que la cooperación, las colaboraciones y las inversiones en la agenda de la igualdad de género, incluso a través de una mayor financiación mundial y nacional, son esenciales para rectificar el rumbo y volver a poner a la igualdad de género en marcha.

    Fuente: ONU MUJERES 07 de septiembre de 2022

  • Jueves, 7 de julio de 2022

    Informe de las Naciones Unidas:
    las cifras del hambre en el mundo aumentaron

  • El último informe sobre El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo revela que se está produciendo un retroceso en los esfuerzos por eliminar el hambre y la malnutrición

    El número de personas que padecen hambre en el mundo aumentó hasta alcanzar los 828 millones de personas en 2021, lo que supone un aumento de unos 46 millones desde 2020 y de 150 millones desde el brote de la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), según un informe de las Naciones Unidas en el que se aportan nuevas pruebas que muestran que el mundo se está alejando de su objetivo de acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición en todas sus formas de aquí a 2030.

    En la edición de 2022 del informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo (SOFI) se presenta información actualizada sobre la situación de la seguridad alimentaria y la nutrición en todo el mundo, incluidas las últimas estimaciones sobre el costo y la asequibilidad de las dietas saludables. Además, en el informe se plantean las formas en que los gobiernos pueden reorientar el apoyo que actualmente prestan a la agricultura para reducir el costo de las dietas saludables, teniendo en cuenta los limitados recursos públicos disponibles en muchas partes del mundo.

    Elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), el estudio destaca también el avance de la pobreza extrema y la creciente desnutrición crónica.

    Las cifras describen un panorama desalentador:

  • Hasta 828 millones de personas han padecido hambre en 2021: 46 millones de personas más que el año anterior y 150 millones más que en 2019.

  • Tras permanecer relativamente sin cambios desde 2015, el porcentaje de personas afectadas por el hambre se disparó en 2020 y siguió aumentando en 2021, hasta alcanzar el 9,8 % de la población mundial, frente a los porcentajes del 8 % registrado en 2019 y el 9,3 % en 2020.

  • La brecha de género en relación con la inseguridad alimentaria siguió aumentando en 2021: el 31,9 % de las mujeres del mundo padecía inseguridad alimentaria moderada o grave, en comparación con el 27,6 % de los hombres, una brecha de más de 4 puntos, en comparación con los 3 puntos porcentuales registrados en 2020.

  • En 2020, casi 3 100 millones de personas no pudieron permitirse mantener una dieta saludable, es decir, 112 millones más que en 2019, lo cual refleja los efectos de la inflación de los precios de los alimentos al consumidor derivada de las repercusiones económicas de la pandemia de la COVID-19 y las medidas adoptadas para contenerla.

  • Se calcula que 45 millones de niños menores de cinco años padecían emaciación, la forma más mortífera de malnutrición, que aumenta hasta 12 veces el riesgo de mortalidad infantil. Además, 149 millones de niños menores de cinco años sufrían retraso en el crecimiento y el desarrollo debido a la falta crónica de nutrientes esenciales en su dieta, mientras que 39 millones tenían sobrepeso.

  • Se están logrando progresos en cuanto a la lactancia materna exclusiva, ya que casi el 44 % de los bebés menores de seis meses de todo el mundo fueron alimentados exclusivamente con leche materna en 2020. Esta cifra sigue estando lejos del objetivo del 50 % fijado para 2030. Un dato muy preocupante es que dos de cada tres niños carecen de la dieta diversa mínima que necesitan para crecer y desarrollarse plenamente.

  • De cara al futuro, se prevé que casi 670 millones de personas (el 8 % de la población mundial) seguirán pasando hambre en 2030, aun teniendo en cuenta una recuperación económica mundial. Se trata de una cifra similar a la de 2015, cuando se estableció el objetivo de acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición para finales de esta década en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

    En el informe se destaca de manera notable que el apoyo mundial al sector alimentario y agrícola representó un promedio anual de casi 630 000 millones de USD entre 2013 y 2018. La mayor parte de ese apoyo se destina a los agricultores individualmente, a través de las políticas sobre comercio y mercados y de subvenciones fiscales. No obstante, en gran parte, este apoyo no solo distorsiona el mercado, sino que tampoco está llegando a muchos agricultores, daña el medio ambiente y no promueve la producción de alimentos nutritivos que conforman una dieta saludable. Esto se debe, entre otras cosas, al hecho de que las subvenciones suelen dirigirse a la producción de alimentos básicos, lácteos y otros alimentos de origen animal, especialmente en los países de ingresos altos y los países de ingresos medianos altos. El arroz, el azúcar y las carnes de diversos tipos son los alimentos que más incentivos reciben a nivel mundial, mientras que las frutas y las hortalizas reciben un apoyo relativamente menor, sobre todo en algunos países de ingresos bajos.

    Ante la amenaza de una recesión mundial y las consecuencias que comporta para los ingresos y gastos públicos, una forma de contribuir a la recuperación económica pasa por adaptar el apoyo a la alimentación y la agricultura para destinarlo a alimentos nutritivos allí donde el consumo per cápita aún no alcanza los niveles recomendados para una dieta saludable.

    Los datos sugieren que, si los gobiernos adaptan los recursos que están utilizando para incentivar la producción, la oferta y el consumo de alimentos nutritivos, contribuirán a hacer las dietas saludables menos costosas y más asequibles y equitativas para todas las personas.

    Por último, en el informe también se señala que los gobiernos podrían hacer más por reducir los obstáculos al comercio de alimentos nutritivos como las frutas, las hortalizas y las legumbres.

    Fuente: ONU 07 de julio de 2022

  • Jueves, 7 de julio de 2022

    Unos 828 millones de personas sufren hambre en el mundo,
    se revierten los avances hacia el hambre cero para 2030

  • En 2021, los latinoamericanos desnutridos alcanzaron los 56,5 millones, el 8,6% de la población de la región y cuatro millones se sumaron a las filas del hambre. A nivel global, el número de personas hambrientas aumentó en 46 millones en 2020 y en 150 millones a partir del inicio de la pandemia.

    “El mundo está retrocediendo en sus esfuerzos por acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y la desnutrición para 2030, un objetivo establecido por las Naciones Unidas en 2015”, afirma la edición correspondiente a 2022 del Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo, publicada por cinco organismo de la ONU.

    Elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), el estudio destaca también el avance de la pobreza extrema y la creciente desnutrición crónica.

    El informe indica que el número de personas afectadas por el hambre en el mundo llegó a 828 millones en 2021 -el 9,8% de la población mundial-, un aumento de 46 millones desde 2020 y de 150 millones desde el comienzo de la pandemia de COVID-19.

    El texto lamenta las proyecciones para 2030, que apuntan a casi 670 millones de personas -el 8 % de la población mundial- todavía con hambre, incluso calculando una recuperación económica global. El número no está lejos al de las personas hambrientas en 2015, cuando se fijó la meta de poner fin al hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición para fines de esta década en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

    El estudio detalla que en 2021 unos 2300 millones de personas padecieron inseguridad alimentaria a nivel moderado o grave, 350 millones más que al principio de la pandemia; y casi 924 millones -11,7% de la población mundial-, la enfrentaron en niveles severos, un incremento de 207 millones en dos años.

    Las cifras desagregadas marcan que el 31,9% de las mujeres sufrió inseguridad alimentaria, una proporción mayor que el 27,6% de los hombres afectados por el mismo flagelo. Los números representan una brecha de género de 4 puntos porcentuales, en 2020 la diferencia era de 3 puntos.

    Además, casi 45 millones de niños menores de cinco años presentaron emaciación, la forma más letal de desnutrición ya que aumenta hasta doce veces el riesgo de que mueran; mientras que 149 millones de menores de cinco años tenían retraso en el crecimiento y el desarrollo debido a la falta crónica de nutrientes esenciales en sus dietas. Por otra parte, 39 millones tenían sobrepeso.

    El estudio cita avances en la lactancia materna exclusiva, con casi el 44% de los bebés menores de seis meses del mundo alimentados sólo con leche materna en 2020. La cifra aún está por debajo del objetivo del 50% para 2030.

    El estado del hambre y la nutrición en América Latina y el Caribe no es mejor que en el resto del mundo.
    De acuerdo con el informe, entre 2020 y 2021, cuatro millones de personas se sumaron al conjunto de hambrientos en la región.

    El retroceso se produce después de un aumento ya desalentador de nueve millones de personas entre 2019 y 2020. Con respecto a las personas desnutridas, el número se ubicó en 56,5 millones en 2021, el 8,6% de la población regional.

    Según el informe, en América Latina y el Caribe se concentra el 7,4% de la población mundial que sufre hambre; más de la mitad de las personas hambrientas vive en Asia, y más de un tercio en África.

    La inseguridad alimentaria también sigue empeorando en la región. En 2021, el 40,6 % de la población, 268 millones de personas, encararon inseguridad alimentaria moderada o grave, un 1,1% más que el año previo.

    La inseguridad alimentaria grave afectó a 93,5 millones de personas en 2021, luego de aumentar 1,4%, a 14,2%, un incremento de casi 10 millones de personas en un año, y casi 30 millones más en comparación con 2019.

    Fuente: ONU 06 de julio de 2022

  • Miércoles, 6 de julio de 2022

    Informe de las Naciones Unidas: las cifras del hambre en el mundo
    aumentaron hasta alcanzar los 828 millones de personas en 2021

  • El último informe sobre El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo revela que se está produciendo un retroceso en los esfuerzos por eliminar el hambre y la malnutrición

    El número de personas que padecen hambre en el mundo aumentó hasta alcanzar los 828 millones de personas en 2021, lo que supone un aumento de unos 46 millones desde 2020 y de 150 millones desde el brote de la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) (1), según un informe de las Naciones Unidas en el que se aportan nuevas pruebas que muestran que el mundo se está alejando de su objetivo de acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición en todas sus formas de aquí a 2030.

    En la edición de 2022 del informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo (SOFI) se presenta información actualizada sobre la situación de la seguridad alimentaria y la nutrición en todo el mundo, incluidas las últimas estimaciones sobre el costo y la asequibilidad de las dietas saludables. Además, en el informe se plantean las formas en que los gobiernos pueden reorientar el apoyo que actualmente prestan a la agricultura para reducir el costo de las dietas saludables, teniendo en cuenta los limitados recursos públicos disponibles en muchas partes del mundo.

    Las cifras describen un panorama desalentador:

  • Hasta 828 millones de personas han padecido hambre en 2021: 46 millones de personas más que el año anterior y 150 millones más que en 2019.

  • Alrededor de 2 300 millones de personas en el mundo (29,3 %) se encontraban en situación de inseguridad alimentaria moderada o grave en 2021, esto es, 350 millones de personas más que antes del brote de la pandemia de la COVID‑19. Cerca de 924 millones de personas (el 11,7 % de la población mundial) afrontaron niveles graves de inseguridad alimentaria, lo que supone un aumento de 207 millones en un intervalo de dos años.

  • En 2020, casi 3 100 millones de personas no pudieron permitirse mantener una dieta saludable, es decir, 112 millones más que en 2019, lo cual refleja los efectos de la inflación de los precios de los alimentos al consumidor derivada de las repercusiones económicas de la pandemia de la COVID-19 y las medidas adoptadas para contenerla.

  • Se están logrando progresos en cuanto a la lactancia materna exclusiva, ya que casi el 44 % de los bebés menores de seis meses de todo el mundo fueron alimentados exclusivamente con leche materna en 2020. Esta cifra sigue estando lejos del objetivo del 50 % fijado para 2030. Un dato muy preocupante es que dos de cada tres niños carecen de la dieta diversa mínima que necesitan para crecer y desarrollarse plenamente.

  • De cara al futuro, se prevé que casi 670 millones de personas (el 8 % de la población mundial) seguirán pasando hambre en 2030, aun teniendo en cuenta una recuperación económica mundial. Se trata de una cifra similar a la de 2015, cuando se estableció el objetivo de acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición para finales de esta década en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

    En el informe se destaca de manera notable que el apoyo mundial al sector alimentario y agrícola representó un promedio anual de casi 630 000 millones de USD entre 2013 y 2018. La mayor parte de ese apoyo se destina a los agricultores individualmente, a través de las políticas sobre comercio y mercados y de subvenciones fiscales. No obstante, en gran parte, este apoyo no solo distorsiona el mercado, sino que tampoco está llegando a muchos agricultores, daña el medio ambiente y no promueve la producción de alimentos nutritivos que conforman una dieta saludable. Esto se debe, entre otras cosas, al hecho de que las subvenciones suelen dirigirse a la producción de alimentos básicos, lácteos y otros alimentos de origen animal, especialmente en los países de ingresos altos y los países de ingresos medianos altos. El arroz, el azúcar y las carnes de diversos tipos son los alimentos que más incentivos reciben a nivel mundial, mientras que las frutas y las hortalizas reciben un apoyo relativamente menor, sobre todo en algunos países de ingresos bajos.

    Ante la amenaza de una recesión mundial y las consecuencias que comporta para los ingresos y gastos públicos, una forma de contribuir a la recuperación económica pasa por adaptar el apoyo a la alimentación y la agricultura para destinarlo a alimentos nutritivos allí donde el consumo per cápita aún no alcanza los niveles recomendados para una dieta saludable.

    Los datos sugieren que, si los gobiernos adaptan los recursos que están utilizando para incentivar la producción, la oferta y el consumo de alimentos nutritivos, contribuirán a hacer las dietas saludables menos costosas y más asequibles y equitativas para todas las personas.

    Por último, en el informe también se señala que los gobiernos podrían hacer más por reducir los obstáculos al comercio de alimentos nutritivos como las frutas, las hortalizas y las legumbres.

    Fuente: FAO 06 de julio de 2022

  • Miércoles, 8 de junio de 2022

    CONEVAL presenta la tercera fase de la
    plataforma para el análisis territorial de la pobreza

  • La Plataforma para el Análisis Territorial de la Pobreza (PATP) es una herramienta que permite el análisis y la difusión de información estadística y geoespacial sobre la pobreza desde un enfoque territorial.

  • En 2020, en 11 municipios 50% o más de la población se encontraba a tres horas o más a pie de un establecimiento de primer nivel; de estos, nueve tenían más de la mitad de su población en situación de pobreza. Estos municipios se ubican, principalmente, en Oaxaca, Durango, Chiapas, Chihuahua, Jalisco y Puebla.

  • En 2020 había 602 municipios sin presencia de puntos de acceso a servicios financieros, 22.3% menos que en 2015. La falta de infraestructura financiera ocurre principalmente en zonas rurales, de difícil acceso, en municipios pequeños en tamaño de población o indígenas, y con altos porcentajes de población en situación de pobreza, principalmente en Oaxaca, Puebla, Yucatán, Chiapas y Veracruz.

    El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) pone a disposición de la ciudadanía y personas encargadas de la planeación, diseño y elaboración de políticas públicas la tercera fase de la Plataforma para el Análisis Territorial de la Pobreza (PATP), herramienta que permite el análisis y la difusión de información estadística y geoespacial sobre la pobreza desde un enfoque territorial.

    La PATP es un proyecto a largo plazo que se actualiza en función de la disponibilidad de la información. Está organizada en 5 dimensiones de análisis: económica, sociodemográfica, infraestructura, geográfica y gobierno. Cada una integrada por indicadores disponibles mediante bases de datos y visores geoespaciales1 que destacan componentes territoriales de los municipios.

    La tercera fase de la PATP está enfocada en la incorporación de nuevos indicadores a la dimensión de infraestructura, la actualización de indicadores de las distintas dimensiones, así como la incorporación de los resultados de la medición de la pobreza en los municipios de México publicados el 15 de diciembre de 2021 en la página web del CONEVAL.

    En esta tercera fase se incluyen dos nuevos indicadores en la dimensión de infraestructura: tiempo de traslado, a pie, hacia infraestructura de salud pública (primer nivel, segundo nivel y tercer nivel) y tiempo de traslado, a pie, hacia infraestructura de educación pública (preescolar, primaria y secundaria), los cuales son una aportación para el análisis de la accesibilidad y dotación de la infraestructura social. También se actualizaron 11 indicadores de las dimensiones económica, sociodemográfica, geográfica e infraestructura, así como los resultados de pobreza municipal 2020.

    Principales resultados

    Dimensión infraestructura

    La información que proporcionan los indicadores sobre el tiempo de traslado hacia la infraestructura de salud y educación pública está georreferenciada y desagregada a nivel localidad; esto facilita conocer la disponibilidad y cobertura. Los datos de tiempo de traslado en automóvil y a pie ofrecen información que puede contribuir a identificar oportunidades de mejora en el acceso físico y efectivo a los servicios públicos, así como realizar diagnósticos sobre la situación del acceso a la infraestructura de salud y educativa en los distintos niveles de gobierno: federal, estatal y municipal.

    Infraestructura de salud pública

  • Los servicios de primer nivel son necesarios para la prevención y atención de enfermedades, por lo que las unidades médicas deben estar próximas al lugar de residencia de las personas. En 142 municipios del país, al menos la mitad de la población se encontraba a una hora o más a pie de un establecimiento de este nivel; en 126 de estos, más de la mitad de su
    población estaba en situación de pobreza en 2020. Estos municipios se concentran, principalmente, en la región del Istmo y en las sierras norte y sur de Oaxaca, así como en la región mixteca de Puebla

  • En 2020, en 11 municipios 50% o más de la población se encontraba a tres horas o más a pie de un establecimiento de primer nivel; de estos, nueve tenían más de la mitad de su población en situación de pobreza. Estos municipios se ubican, principalmente, en Oaxaca, Durango, Chiapas, Chihuahua, Jalisco y Puebla.

  • Los establecimientos de segundo nivel brindan atención de urgencias, hospitalización y procedimientos de complejidad media, por lo que es una necesidad de salud pública brindar acceso efectivo a estos servicios a la población. Existen zonas del país en las que llegar a los establecimientos de este nivel resulta más complicado, ya sea por aspectos relacionados con las características del terreno, la infraestructura vial o la disponibilidad de transporte. Para 2020, en 1,531 municipios la población tardaba una hora o más en trasladarse a pie a un establecimiento de salud de este nivel. De estos, 746 (48.7%) tenían más del 70% de población en situación de pobreza; la mayoría se ubican en Oaxaca (376), Puebla (113) y Veracruz (73).

  • Los municipios con 80% o más de población en situación de pobreza, en 2020, estaban integrados por cerca de 28,000 localidades las cuales, en su gran mayoría (98.3%), contaban con menos de 2,500 habitantes cada una. En 8 de cada 10 de las localidades de estos municipios, el tiempo de traslado a pie hacia establecimientos de salud de segundo nivel era de tres horas o más; la población de estas equivale a poco más de cinco millones de personas.

    Infraestructura de educación pública

  • En 2020, en 35 municipios más de 30% de la población de 6 a 11 años habitaba en localidades ubicadas a 30 minutos o más a pie de alguna escuela primaria pública.

  • En 39 municipios con 80% o más de población en situación de pobreza (2020) se identificó que 50% o más de su población de 12 a 14 años tardaban más de 30 minutos a pie en llegar a una escuela secundaria pública.

  • En 113 municipios más de 50% de la población habitaba en localidades que se ubicaban a más de 30 minutos a pie de una escuela secundaria pública (6 de cada 10 se ubican en Oaxaca). De estos 113 municipios, en 47, 80% o más de su población se encontraba en situación de pobreza y 52 registraron 30% o más de población con rezago educativo.

    Dimensión económica

  • En 2020, había 602 municipios sin presencia de puntos de acceso a servicios financieros (sucursales o corresponsales), 22.3% menos que en 2015. La falta de infraestructura financiera ocurre, principalmente, en zonas rurales de difícil acceso, en municipios pequeños en tamaño de población o indígenas y con altos porcentajes de población en situación de pobreza ubicados en Oaxaca, Puebla, Yucatán, Chiapas y Veracruz.

  • Respecto al cociente de localización en 2020, en 7 de cada 10 municipios del país la población ocupada se dedicaba a actividades relacionadas con el sector económico primario (simple o sólido). El sector primario sólido corresponde, principalmente, a la producción agrícola, ganadera y forestal altamente tecnificada presente en varios municipios del norte, occidente y centro del país. En cambio, el sector primario simple se observó en su mayoría en los municipios del sur-sureste, los cuales presentaron mayor incidencia de pobreza y carencia por acceso a la alimentación en ese mismo año.

    Dimensión sociodemográfica

  • Para 2020, en 3 de cada 10 municipios del país el promedio de años de escolaridad de la población de 15 años de edad o más fue menor a siete. Estos municipios se localizaron, principalmente, en los estados de Oaxaca, Puebla y Veracruz; asimismo, destacaron las zonas indígenas del Gran Nayar, Sierra Tarahumara, Selva Lacandona y Los Altos de Chiapas.

  • En contraste, hubo 61 municipios en los que el promedio de años de escolaridad de la población de 15 años de edad o más fue de, al menos, 11 años, entre ellos destacan San Pedro Garza García (14.1) en Nuevo León, así como Benito Juárez (14) y Miguel Hidalgo (12.8) en Ciudad de México. En estos, menos de 15% de su población se encontraba en situación de pobreza en 2020.

  • La incidencia de pobreza en la población indígena permanece elevada. En 2020, de los 605 municipios con 40% o más de la población indígena, en 7 de cada 10, más de 80% de la población estaba en situación de pobreza; en contraste, en 1 de cada 10 de los municipios con menos de 40% de población indígena, 80% o más de la población estaba en situación de pobreza. Ocosingo, en Chiapas, es el municipio más poblado con 40% o más población indígena, ahí 92.5% de la población estaba en situación de pobreza en 2020.

  • Yucatán es la entidad federativa, proporcionalmente, con más municipios con 40% o más población indígena: en 8 de cada 10 de sus municipios se observa esta característica. La carencia social que más se presenta en la población de los municipios de Yucatán con 40% o más población indígena es la de acceso a los servicios básicos en la vivienda, en cada uno de estos, por lo menos 40% de la población afrontaba esta carencia.

    Dimensión geográfica

  • Los municipios rurales se localizan en las zonas montañosas del país, en la zona fronteriza con Guatemala y la Península de Yucatán. En ellos, aunque la cantidad de población no es muy alta, se observaron altos porcentajes de población en situación de pobreza. En 98.6% el porcentaje de pobreza osciló entre 40% y casi 100%, equivalente a poco más de 10 millones
    de habitantes en situación de pobreza. En esta categoría se encuentran los dos municipios con más alto porcentaje para 2020: San Simón Zahuatlán en Oaxaca (99.6%) y Cochoapa el Grande en Guerrero (99.4%).

  • Los municipios rurales con menor porcentaje de pobreza (entre 13% y 35%) en 2020, se localizan al norte del país, en Nuevo León, Chihuahua y Sonora.

  • En contraparte, en los municipios urbanos los porcentajes son menores (en 2 de cada 3 había menos de 40% de población en situación de pobreza); sin embargo, la cantidad de personas en esta situación es alta: León (Guanajuato), Ecatepec de Morelos (Estado de México) e Iztapalapa (Ciudad de México) fueron los tres municipios con más personas en esta situación para 2020. En conjunto, los 104 municipios urbanos duplican el número de personas en situación de pobreza en comparación con los rurales (19.6 millones). Los municipios urbanos se distribuyeron, principalmente en el centro y occidente del país, en la frontera norte y en algunos puntos industriales y con actividad turística del litoral pacífico.

    Fuente: CONEVAL 08 de junio de 2022

  • Viernes, 6 de mayo de 2022

    El hambre alcanza ya a 193 millones de personas en el mundo

  • Unos 40 millones de personas se sumaron en un año al colectivo global que sufre inseguridad alimentaria aguda, alerta el informe anual sobre el tema. En América Latina y el Caribe, 12,7 millones padecen el flagelo. Las agencias de la ONU piden abordar las raíces de un problema creciente y alarmante.

    Cerca de 193 millones de personas de 53 países o territorios sufrieron hambre en “niveles de crisis o peores”, lo que supone un aumento de 40 millones en el año transcurrido entre 2020 y 2021, destacaron dos agencias de la ONU.

    El Informe Global sobre Crisis Alimentarias 2022 publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), revela que este nivel récord incluye a 570.000 personas en Etiopía, el sur de Madagascar, Sudán del Sur y Yemen que se encuentran en la fase de catástrofe y han requerido una acción urgente para evitar un colapso generalizado de los medios de subsistencia y muertes por inanición.

    El documento detalla que en la lista de países que padecen el flagelo, 39 naciones se repiten cada año y que su población hambrienta se duplicó entre 2016 y 2021 con incrementos constantes desde 2018.

    Según los organismos, el aumento es resultado de diversos factores que se retroalimentan y que van desde conflictos hasta crisis ambientales y climáticas, económicas o sanitarias. Y la raíz de todas estas, sostuvieron son la pobreza y la desigualdad.

    Los países que ya enfrentan altos niveles de hambre aguda son particularmente vulnerables a los riesgos creados por esa conflagración por su alta dependencia de las importaciones de alimentos e insumos agrícolas y su vulnerabilidad ante las crisis de precios de la comida.

    De acuerdo con los datos de la FAO y el PMA, 12,76 millones de personas se encuentran en “situación de crisis o peor” en cinco países latinoamericanos y caribeños: El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras y Nicaragua. El número supone un aumento de un millón de personas en un año.

    En el apartado dedicado a América Latina y el Caribe, el informe precisa que de esas cinco naciones, Haití alberga la mayor crisis alimentaria de la región, con un tercio de las personas hambrientas: 4,4 millones.

    Guatemala ocupa el segundo lugar con 3,73 millones de personas con hambre. Le siguen en la lista Honduras, con 3,29 millones y El Salvador con 985.000. En cuanto a Nicaragua, las agencias estiman la cifra alrededor de 400.000 personas.

    Entre las causas del incremento de la inseguridad alimentaria, el estudio cita el alza de precio de los alimentos básicos, la demanda laboral atípicamente baja debida al impacto económico de la pandemia, los eventos climáticos extremos y los altos niveles de inseguridad.

    Con respecto a la nutrición, el documento indica que la falta de información actualizada no permite una evaluación de la situación actual, pero recuerda que el retraso en el crecimiento ha sido tradicionalmente alto en la región, especialmente en Guatemala.

    Del mismo modo, enfatiza que el sobrepeso está aumentando entre los niños y especifica que, de acuerdo con los datos disponibles, de 2019 a 2021 la emaciación estuvo dentro del rango “muy bajo” para todos los países, menos Haití, donde se le clasificó como de gravedad “media”.

    Para 2022, la FAO y el PMA prevén una disminución en la cantidad de personas con hambre en la región, calculando que serán entre 10,66 y 10,8 millones los que la sufrirán en los mismos cinco países.

    Fuente: ONU 04 de mayo de 2022

  • Lunes, 18 de abril de 2022

    ¿Cómo puede México Reconstruir Mejor?

    La pandemia ha golpeado fuertemente a América Latina y el Caribe, y México no es la excepción. Pero si en cada crisis hay una oportunidad, entonces este podría ser el momento para que México recupere el tiempo perdido.

    En las últimas tres décadas, México ha tenido un desempeño inferior al de países similares en términos de crecimiento, productividad, inclusión y reducción de la pobreza.

    Pero ahora, en el Banco Mundial, vemos una clara oportunidad para que México se embarque en una recuperación económica dinámica, más inclusiva y sostenible, con vientos internacionales favorables gracias al crecimiento de la demanda en Estados Unidos. Tres áreas requieren atención especial: desencadenar la productividad, aumentar la inclusión financiera y proteger a los más vulnerables.

    Lo que es más importante, una agenda de crecimiento inclusivo debe impulsar la productividad y la creación de empleo. Un reporte reciente del Banco Mundial revela una severa mala asignación de recursos en la economía mexicana debido a la falta de competencia y barreras regulatorias. Con demasiada frecuencia, las empresas jóvenes no pueden crecer debido a la falta de acceso al crédito y las distorsiones del mercado, mientras que las empresas de bajo rendimiento absorben recursos clave que podrían aprovecharse mejor en otros lugares.

    Existe una gran divergencia en la productividad entre empresas, sectores y regiones. Las firmas conectadas a las cadenas de valor globales entregan el doble de productividad que las que no lo están, por lo que el desafío es que más empresas estén mejor integradas. Del mismo modo, las empresas bien administradas son mejores para innovar y exportar. Sin embargo, el acceso a los mercados, la competencia y los obstáculos institucionales reducen los incentivos para mejorar las prácticas de gestión, dejando grandes oportunidades sin explotar.

    La inclusión financiera en México también debe mejorar, dada su importancia para reducir la pobreza e impulsar la prosperidad. El plan del gobierno México 2020-24 incluye varias políticas para promover la inclusión financiera que el Banco Mundial apoya, como desarrollar el marco regulatorio para fortalecer el sector fintech y digitalizar los programas sociales para facilitar a los mexicanos la apertura de cuentas bancarias, especialmente de forma remota.

    Estas políticas beneficiarán a dos grupos clave que pueden hacer mucho para aliviar la pobreza y mejorar la igualdad en México: mujeres y migrantes. En cuanto a los migrantes, las familias mexicanas vulnerables dependen más de las remesas que las de los estratos de mayores ingresos y el acceso a las cuentas bancarias aumenta los ahorros de los migrantes, en particular de los menos favorecidos.

    La inclusión financiera de las mujeres es aún más importante si queremos lograr un crecimiento inclusivo. Las empresas dirigidas por mujeres suelen tener menos acceso al crédito, ya que las mujeres poseen menos activos que pueden utilizarse como garantía. Las mujeres también se encuentran a menudo bajo una mayor presión familiar para utilizar los préstamos para fines distintos a sus negocios. Se requieren instrumentos financieros especialmente adaptados a las necesidades de ellas.

    Las mujeres también necesitan una mayor inclusión económica en general. En todas partes, las trabajadoras se han visto más afectadas por la pandemia y su participación en la actividad económica es fundamental para el crecimiento. Incluso antes de la pandemia, solo el 45 % de las mujeres en edad laboral tenían trabajo en México, en comparación con el 77 % de los hombres. En la OCDE, solo Turquía e Italia tienen peor desempeño, en América Latina, solo Guatemala. Eso representa una enorme pérdida para la economía mexicana.

    Finalmente, también se pueden dar grandes pasos hacia la protección de los más vulnerables. Uno de los objetivos más importantes en México es mitigar el impacto del cambio climático y los desastres naturales. En particular, los terremotos y los eventos hidrometeorológicos inducidos por el clima afectan de manera desproporcionada a los estados más pobres del sur.

    Fuente: UNCTAD 12 de abril de 2022

    Lunes, 18 de abril de 2022

    5 datos sobre pobreza laboral al 4° trimestre del 2021

    El indicador de pobreza laboral, que el CONEVAL actualiza trimestralmente, permite dar seguimiento en el tiempo al porcentaje de la población que tiene un ingreso laboral inferior al valor monetario de la canasta alimentaria.

    A continuación, te compartimos datos puntuales sobre la evolución de este indicador al 4° trimestre del 2021.

  • A nivel nacional, la pobreza laboral disminuyó 0.7% entre el tercer y el cuarto trimestre del 2021, al pasar del 40.7% al 40.3%.

  • Si bien se ha mostrado una recuperación de la economía y el mercado laboral posterior a la contingencia sanitaria por la COVID-19, este indicador aún no alcanza el nivel observado antes del inicio de la pandemia en el primer trimestre de 2020, que fue del 36.6%.

  • En relación con las zonas de residencia, el 35.7% de la población urbana se encontró en pobreza laboral en el cuarto trimestre del 2021; este porcentaje fue de 54.8% en el ámbito rural.

  • Las entidades federativas que registraron el mayor aumento trimestral en el porcentaje de población con pobreza laboral fueron los siguientes: Guanajuato (3.5 puntos porcentuales); Puebla y Morelos (ambos con 2.1) y Querétaro (2.0).

  • Entre las entidades con mayor disminución en el porcentaje de población con pobreza laboral durante el mismo periodo destacan: Sonora (4.1), Baja California Sur (4.0) y Sinaloa con 3.9 puntos porcentuales.

    Fuente: CONEVAL 11 de abril de 2022

  • Jueves, 7 de abril de 2022

    La recuperación en América Latina y
    el Caribe demanda reformas urgentes

    Las economías de América Latina y el Caribe (ALC) van camino a una recuperación tras la crisis de COVID-19, aunque las secuelas de la pandemia persisten y la necesidad de un crecimiento dinámico, inclusivo y sostenible es cada vez más urgente, de acuerdo a un nuevo informe del Banco Mundial, Consolidar la recuperación: aprovechando las oportunidades del crecimiento verde.

    Luego de un rebote de 6,9 por ciento en 2021, se espera que el PIB de la región crezca 2,3 por ciento este año y un 2,2 por ciento adicional en 2023, logrando la mayoría de los países revertir las pérdidas de PIB que tuvieron lugar durante la crisis pandémica. No obstante, estas modestas proyecciones colocan al crecimiento regional entre los más bajos del mundo en un momento en que la región enfrenta grandes incertidumbres.

    Del lado positivo, el proceso de vacunación se ha generalizado en la región, las empresas nuevamente están contratando y las escuelas reabren sus puertas. De todas formas, las secuelas a largo plazo de la crisis persisten y necesitan atención. La tasa de pobreza a nivel regional se elevó a 27,5 por ciento en 2021 y sigue por encima de su nivel prepandémico de 25,6 por ciento, mientras que las pérdidas de aprendizaje podrían resultar en una reducción del 10 por ciento en los ingresos futuros de millones de jóvenes en edad escolar. Para evitar el regreso de las bajas tasas de crecimiento de la década de 2010, los países de la región deben llevar a cabo una serie de reformas estructurales largamente postergadas y aprovechar las oportunidades que ofrece una economía mundial cada vez más verde.

    De acuerdo al informe, es imperativo poner en marcha una serie de reformas a favor del crecimiento en infraestructura, educación e innovación, y las inversiones más importantes deben financiarse a través de un gasto más eficiente y mayores ingresos fiscales. Pero estas reformas tan necesarias deben responder a los grandes acontecimientos que están configurando la economía mundial, incluido el cambio climático.

    En los últimos veinte años, subraya el informe, los países de América Latina y el Caribe perdieron el equivalente a 1,7 por ciento de su PIB anual a causa de los desastres relacionados con el clima, mientras que unas 5,8 millones de personas podrían caer en la extrema pobreza en la región para el año 2030. La agricultura probablemente se vea seriamente impactada, con una reducción en los rendimientos de los cultivos en casi todos los países, mientras que la estabilidad de la generación de energía se verá afectada por cambios en el ciclo hidrológico.

    El informe plantea una combinación de políticas que puede ayudar a aprovechar las oportunidades que brinda el crecimiento verde. Éstas incluyen:

  • Políticas para la fijación de precios que promuevan la adopción de las actuales tecnologías bajas en carbono, por ejemplo mediante reformas en los subsidios a los combustibles fósiles y el establecimiento de impuestos sobre el carbono y esquemas de comercialización de emisiones.

  • Mecanismos creíbles de verificación que posibiliten las primas de precio verdes. Esto permitirá la exportación de créditos/compensaciones de carbono y sacar provecho de los mercados de financiamiento verde.

  • Sistemas mejorados para identificar y adoptar tecnologías que mitiguen el impacto de la región sobre el clima y la ayuden a adaptarse, mientras aprovecha sus ventajas naturales para crecer. La agricultura climáticamente inteligente, por ejemplo, puede ayudar a los países a adaptarse a los cambios en los patrones de lluvia.

  • Compromisos en términos de política, planes a largo plazo creíbles, inversiones complementarias y mecanismos de reducción del riesgo, que reducen la incertidumbre y aceleran la adopción de tecnologías que promueven el crecimiento mientras se adaptan a y mitigan el cambio climático.

    Fuente: UNCTAD 07 de abril de 2022

  • Jueves, 7 de abril de 2022

    Nueva edición del Anuario Estadístico de la CEPAL

  • La versión 2021 de esta publicación actualiza una selección de estadísticas clave sobre el desarrollo de los países de la región.

    La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) difundió el Anuario Estadístico de América Latina y el Caribe 2021, disponible en internet, en el que se presenta una síntesis estadística que da cuenta del desarrollo socio-demográfico, económico y ambiental de los países de la región.

    Esta publicación anual, una de las más importantes del organismo regional de las Naciones Unidas, constituye una referencia para quienes deseen contar con datos estadísticos descriptivos comparables entre países y en el tiempo. La presente edición contiene información que se encontraba disponible hasta mediados de diciembre de 2021.

    El Anuario Estadístico 2021 se organiza en tres capítulos. En el primero se presentan aspectos demográficos y sociales que incluyen indicadores de población, trabajo, educación, salud, vivienda y servicios básicos, pobreza y distribución del ingreso y género.

    En el ámbito social, los datos del Anuario evidencian el impacto de la pandemia de COVID-19 en las condiciones de vida de la población. En 2020 la pobreza en América Latina alcanzó al 33,0% de la población, incluyendo a un 13,1% de la población en situación de pobreza extrema. Estas cifras representan el mayor incremento anual observado en los últimos 20 años, de 2,5 puntos porcentuales en la pobreza y de 1,7 puntos en la pobreza extrema.

    El impacto de la pandemia sobre el empleo se evidenció en la reducción de la tasa de participación de la población en la actividad económica, que para América Latina y el Caribe alcanzó apenas 57,8% en 2020 frente a un 62,5% en 2019; así como en un aumento de la tasa de desocupación abierta, que pasó de 8,1% en 2019 a 10,5% en 2020. En consecuencia, la población sin ingresos propios de la región tuvo un aumento apreciable, especialmente concentrado entre las personas de 15 a 24 años.

    El segundo capítulo presenta información económica referida a cuentas nacionales, balanza de pagos, comercio exterior e índices de precios, entre otros. El Anuario muestra para el año 2021 una proyección positiva de recuperación del Producto Interno Bruto a precios constantes de 2010 de 6,3%, frente a la caída registrada a nivel regional durante el año 2020 de -6,8%, resultado del impacto que tuvo la pandemia por COVID-19 durante este período. Estos resultados se reflejan en el PIB promedio por habitante, el cual alcanzó 8.307 dólares en 2020 y 8.747 dólares en 2021, con una tasa de 5,3%.

    Por su parte, la inversión extranjera directa (IED) en la región tuvo una variación de -20,4% en 2020 en comparación con el 2019, siendo del orden de -20,7% para América Latina y -10% para el Caribe. Mientras que, como porcentaje del PIB, la IED representó el 2,1% para el mismo período.

    Al analizar los índices de precios de los principales productos de exportación de la región, se advierte un incremento del 28% para el año 2021, revirtiendo la baja que se detectó para el año 2020 en donde se registró una caída de 4,9% con referencia al año 2019.

    En 2021 los precios al consumidor registraron una variación de 12,6% para América Latina y el Caribe sin considerar las cifras de la República Bolivariana de Venezuela, alcanzando un valor del 42,1% al considerar este dato en el cálculo regional. El mayor aporte lo tendrían los precios de los bienes de alimentos y bebidas alcanzando una variación de 12,5% (sin considerar la cifra de Venezuela).

    El tercer capítulo ofrece estadísticas e indicadores ambientales de la región. Destacan métricas sobre condiciones físicas, cobertura terrestre, ecosistemas, biodiversidad, calidad ambiental, tierra, recursos energéticos, hídricos y biológicos, emisiones al aire, desastres, asentamientos humanos, regulación y gobernanza ambiental.

    El informe también evidencia que desde 1990 la región incrementó sus exportaciones de recursos naturales (RRNN) renovables y no renovables en un 168%, aunque la participación de las exportaciones primarias (RRNN renovables y no renovables) en las exportaciones totales ha disminuido en un 31%. Esto significa una mayor presión sobre los recursos naturales que provoca un impacto desfavorable en el ambiente.

    El Anuario Estadístico se publica en versión impresa y en formato web las cuales incluyen una selección de cuadros y gráficos orientados a brindar un resumen de la información estadística desde la perspectiva regional. La versión web interactiva facilita la navegación y el acceso a la información presentada en su versión impresa, vinculando los gráficos y tablas estadísticas con las series de datos disponibles en las bases de datos de CEPAL, lo que permite acceder a información más detallada y sobre un período histórico mucho más amplio. También incluye un capítulo adicional donde se explican los aspectos metodológicos y las referencias a las fuentes de los datos utilizadas.

    La información que da sustento al Anuario forma parte del conjunto de estadísticas disponibles en CEPALSTAT, la plataforma que da acceso a toda la información estadística actualizada de los países de la región recolectada, sistematizada y publicada por la CEPAL, plataforma que fue recientemente actualizada tecnológica y funcionalmente, incluyendo un Geoportal que permite visualizar las estadísticas de la región en el territorio.

    Dado que la mayor parte de la información proviene de las oficinas nacionales de estadística, bancos centrales, organismos internacionales y otras instituciones oficiales, la CEPAL invita a los usuarios a prestar atención a las fuentes y notas técnicas que se presentan en este trabajo. Los datos se obtienen a partir de metodologías y estándares internacionales con el fin de asegurar la mayor comparabilidad posible entre los países, por lo que estas cifras pueden no coincidir necesariamente con los datos nacionales.

    Fuente: CEPAL 05 de abril de 2022

  • Jueves, 10 de marzo de 2022

    Dos tercios de los hogares con niños
    han perdido ingresos durante la pandemia

  • Un informe de UNICEF y el Banco Mundial revela que la pérdida de ingresos ha obligado a los adultos de uno de cada cuatro hogares con niños a pasar un día o más sin comer

    Al menos dos terceras partes de los hogares con niños han sufrido una pérdida de ingresos desde que la pandemia de la COVID-19 sacudió el mundo hace dos años, según un nuevo informe publicado por UNICEF y el Banco Mundial.

    El informe, denominado Impact of COVID-19 on the welfare of households with children (Repercusiones de la COVID-19 sobre el bienestar de los hogares con niños) presenta las conclusiones de los datos recopilados en 35 países y señala que los hogares con tres o más hijos son los que más probabilidades tienen de haber perdido ingresos, ya que más de tres cuartas partes de estos hogares han sufrido una reducción de sus ingresos, en comparación con el 68% de los hogares con uno o dos hijos.

    El informe también señala que las pérdidas de ingresos han obligado a los adultos de uno de cada cuatro hogares con niños a dejar de comer durante un día o más. Los adultos de casi la mitad de los hogares con niños declaran haberse saltado una comida por falta de dinero. Alrededor de una cuarta parte de los adultos de los hogares con o sin niños declararon que se habían quedado sin trabajo desde que se inició la pandemia, según el informe.

    El informe concluye que los niños se ven privados de las necesidades más básicas, ya que los que pertenecen al 40% de los hogares no realizan ningún tipo de actividad educativa mientras sus escuelas están cerradas. Dado que los datos se recopilan a nivel de hogar, es probable que la tasa de participación real a nivel individual sea aún más baja, especialmente para los niños que provienen de hogares con tres o más hijos.

    Aunque los hogares con tres o más hijos fueron los que más sufrieron la pérdida de ingresos, también fueron los que más ayuda recibieron de los gobiernos, ya que el 25% recibió este tipo de asistencia, en comparación con el 10% de los hogares sin hijos. El informe señala que esta ayuda contribuyó a mitigar el impacto adverso de la crisis en los hogares que la recibieron.

    El informe señala que antes de la COVID-19, uno de cada seis niños en todo el mundo –356 millones– vivía en la pobreza extrema, ya que los miembros de sus hogares trataban de sobrevivir con menos de 1,90 dólares al día. Más del 40% de los niños vivían en una situación de pobreza moderada. Y casi 1.000 millones de niños vivían en la pobreza multidimensional en los países en desarrollo, una cifra que desde entonces ha aumentado en un 10% como resultado de la pandemia.

    UNICEF y el Banco Mundial exhortan a las autoridades a que impulsen una ampliación rápida de los sistemas de protección social para los niños y sus familias. El apoyo, que incluiría la entrega de transferencias en efectivo y la universalización de las prestaciones para los niños, son inversiones fundamentales que pueden ayudar a sacar a las familias de las dificultades económicas y ayudarlas a prepararse para futuras crisis. Desde el comienzo de la pandemia, más de 200 países o territorios han introducido miles de medidas de protección social, y el Banco Mundial ha financiado la aplicación de dichas medidas con unos 12.500 millones de dólares, una ayuda que ha llegado a casi 1.000 millones de personas en todo el mundo.

    Fuente: UNCTAD 10 de marzo de 2022

  • Jueves, 24 de febrero de 2022

     

    Chiapas. Pobreza Municipal 2020

    La Secretaría de Hacienda, en el marco del Comité Estatal de Información Estadística y Geográfica, presenta el documento Chiapas. Pobreza Municipal 2020.

    Este documento pretende mostrar un panorama general de los resultados de la Medición Multidimensional de la Pobreza para los municipios del estado de Chiapas en el periodo comprendido entre el año 2015 y 2020, tomando como fuente de información los datos publicados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).

    San Juan Cancuc fue el municipio con el mayor porcentaje de población en condición de pobreza en el año 2020 con 99.3%, cifra que representó a 38,036 personas de un total municipal de 38,321; es decir que sólo 285 personas no padecen esta condición.

    En lo que se refiere a la población en situación de pobreza extrema, en el año 2020 Chalchihuitán fue el municipio con el mayor porcentaje de población en esta condición con 76.4%, cifra que representó a 16,918 personas de un total municipal de 22,131.

    En lo que se refiere a la población en situación de pobreza moderada, en el año 2020 El Porvenir fue el municipio con el mayor porcentaje de población en esta condición con 80.5%, cifra que representó a 7,721 personas de un total municipal de 9,590.

    En lo que se refiere a la población vulnerable por carencia social, en el año 2020 La Libertad fue el municipio con el mayor porcentaje de población en esta condición con 51.9%, cifra que representó a 2,743.

    En lo que se refiere a la población vulnerable por ingreso, en el año 2020, Chicoasén fue el municipio con el mayor porcentaje de población en esta condición con 11.0%, cifra que representó a 597 personas.

    En el año 2020, Tuxtla Gutiérrez fue el municipio con el mayor porcentaje de población no pobre y no vulnerable, con 20.2%, cifra que representó a 118,413 personas.

    En el año 2020, Zinacantán fue el municipio con el mayor porcentaje de población con rezago educativo, con 56.9%, cifra que representó a 26,055 personas.

    En el año 2020, Cacahoatán fue el municipio con el mayor porcentaje de población con carencia por acceso a los servicios de salud, con 60.7%, cifra que representó a 31,103 personas.

    En el año 2020, Aldama fue el municipio con el mayor porcentaje de población con carencia por acceso a la seguridad social, con 96.1%, cifra que representó a 8,227 personas.

    En el año 2020, Chalchihuitán fue el municipio con el mayor porcentaje de población con carencia por calidad y espacios de la vivienda, con 64.1%, cifra que representó a 14,178 personas.

    En el año 2020, San Juan Cancuc fue el municipio con el mayor porcentaje de población con carencia por servicios básicos en la vivienda, con 99%, cifra que representó a 37,950 personas.

    En el año 2020, Rincón Chamula San Pedro fue el municipio con el mayor porcentaje de población con carencia por acceso a la alimentación, con 54.8%, cifra que representó a 4,825 personas.

    En el año 2020, San Andrés Duraznal fue el municipio con el mayor porcentaje de población con ingreso inferior a la línea de pobreza por ingresos, con 99.7%, cifra que representó a 6,089 personas.

    En el año 2020, San Andrés Duraznal fue el municipio con el mayor porcentaje de población con ingreso inferior a la línea de pobreza extrema por ingresos, con 94.4%, cifra que representó a 5,767 personas.

    Fuente: SH 24 de febrero de 2022

    Jueves, 24 de febrero de 2022

    El sistema económico mundial
    necesita urgentemente una revisión

    El sistema económico multilateral global ha sido sometido a pruebas de estrés dos veces este siglo. La primera vez fue con la crisis económica mundial de 2008; el segundo – con la pandemia de COVID-19.

    Y los resultados no son buenos. Si bien se han perdido más de seis millones de vidas en todo el mundo, el deterioro del clima ha seguido cobrando un precio adicional en vidas y medios de subsistencia, y la crisis ha empujado a 100 millones de personas a la pobreza, un nuevo multimillonario ha surgido cada día de la pandemia.

    A medida que los principales accionistas del régimen económico mundial siguen mostrándose antipáticos a los cambios requeridos en las reglas, normas y políticas, y la confianza en el gobierno, en todos los niveles, continúa deteriorándose, la economía mundial actual tiene un parecido inquietante con la de principios de la década de 1930, cuando , frente a los problemas de deuda sin resolver, la creciente desigualdad y la polarización política, los cantos de sirena de los banqueros centrales y los pensadores económicos ayudaron a marcar el comienzo de una depresión global que condujo a una guerra mundial.

    El sistema tenía fallas críticas que no deben ignorarse, pero logró alcanzar sus objetivos hasta que las crecientes luchas distributivas en la década de 1970 alentaron a los legisladores de EE. UU. a salvar el sistema internacional basado en el dólar a través de una combinación de políticas de tipos de cambio flexibles, finanzas desreguladas y impuestos más bajos que finalmente condujeron al mundo inestable y desigual en el que vivimos ahora.

    Los movimientos de precios y el afán de lucro estaban así completamente encargados de entregar el bien común, en casa y en el extranjero.

    Si bien este cambio de imagen prometió mucho, la desigualdad, el endeudamiento y la inversión productiva insuficiente se han convertido en la nueva normalidad de un panorama económico hiperglobalizado.

    Las persistentes crisis de este siglo demuestran que el sistema necesita urgentemente una reforma fundamental. Hay una opción: aprender las lecciones de la historia o dejar que la historia se repita.

    Ya se han dado pasos en esta dirección. La Agenda 2030 forjada por las Naciones Unidas ofrece un “plan de acción para las personas, el planeta y la prosperidad” transformador para el siglo XXI, análogo al desarrollado en Bretton Woods en 1944. Pero los ministros del G20 que se reunieron la semana pasada en Indonesia perdieron la oportunidad de avanzar una agenda para una reforma más profunda.

    Un orden multilateral renovado debe priorizar el papel de los bienes públicos globales que se necesitan para brindar prosperidad compartida y un planeta saludable, promover la cooperación y las acciones colectivas para brindar equidad y equilibrio a los resultados del mercado, coordinar las iniciativas políticas para mitigar los riesgos comunes y garantizar que no la búsqueda de estos objetivos más amplios por parte de una nación infringe la capacidad de otras naciones para lograrlos.

    El G20 debería presionar por un FMI reformado, encargado de reducir los flujos financieros especulativos y aumentar el capital en apoyo de inversiones productivas bajas en carbono, incluso mediante el monitoreo y la eliminación de subsidios equivocados y la eliminación de flujos financieros ilícitos.

    Es más, cuando se producen crisis, el remedio debería ser un gasto fiscal expansivo y transferencias financieras directas a los hogares en lugar de la austeridad, que reduce aún más los ingresos y provoca malestar social.

    Pero para muchas economías emergentes, las presiones del servicio de sus deudas externas les impiden movilizar recursos para la inversión productiva; y cuando ocurre un desastre, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU y los compromisos descritos en el Acuerdo Climático de París podrían evaporarse. Un mecanismo multilateral para la reestructuración de la deuda soberana es parte integral del cumplimiento de los ODS.

    Los bancos de desarrollo de todo el mundo, a nivel nacional y mundial, deben ayudar a los países a movilizar recursos para proyectos bajos en carbono y de alta productividad ampliando sus recursos en infraestructura sostenible, promoviendo estrategias industriales verdes y apoyando una transición justa para los trabajadores y las comunidades adjuntas. a la actividad económica intensiva en carbono y obsoleta.

    El creciente número de catástrofes relacionadas con el clima, el creciente malestar social y el resurgimiento del populismo de derecha son advertencias tempranas de lo que se convertirá en una nueva normalidad si no lo hacemos. Este es un momento para la acción vigorosa y positiva. El tiempo se está acabando.

    Fuente: UNCTAD 24 de febrero de 2022

    Miércoles, 16 de febrero de 2022

    ¿Qué son las canastas alimentaria y no alimentaria?

    ¿Los ingresos de la población mexicana son suficientes para adquirir alimentos, bienes y servicios? Para saber esto, el CONEVAL actualiza mensualmente la Línea de Pobreza por Ingresos (LPI) y la Línea de Pobreza Extrema por Ingresos (LPEI). La LPI equivale al valor monetario de una canasta alimentaria, mientras que la LPEI equivale a una canasta alimentaria más una canasta no alimentaria.

    Estas estimaciones, el Consejo las realiza tanto para el ámbito rural como para el ámbito urbano y son un insumo importante para la medición multidimensional de pobreza.

    ¿Sabes cómo se conforman estas canastas? Te lo explicamos a continuación.



    Fuente: CONEVAL 15 de febrero de 2022

    Viernes, 4 de febrero de 2022

    La FAO presenta un método mejorado
    de medición de la pobreza rural

  • Elaboración del Índice de Pobreza Rural Multidimensional junto con la Universidad de Oxford

    La mayoría de la población pobre del mundo vive en zonas rurales, pero resulta difícil obtener información fiable y armonizada sobre sus cifras y condiciones.

    Para ayudar a cubrir esta deficiencia en la lucha contra el hambre mundial, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha publicado un informe en colaboración con la Iniciativa de Pobreza y Desarrollo Humano (OPHI), en el que se presenta un Índice de Pobreza Rural Multidimensional innovador.

    El Índice de Pobreza Rural Multidimensional amplía los métodos actuales de medición de la pobreza rural al examinar con mayor detenimiento capacidades de la población rural como la seguridad alimentaria, la calidad de su nutrición, su educación y los niveles de vida. Además, la FAO y la OPHI han añadido dos aspectos fundamentales que repercuten en la vida de los habitantes del medio rural en particular, a saber, el acceso (o la falta de este) a activos agrícolas adecuados, la exposición a riesgos ambientales y de otro tipo y la protección social.

    El Índice de Pobreza Rural Multidimensional se basa en el concepto de que una única dimensión, como los ingresos de los hogares, no refleja con exactitud la pobreza en las zonas rurales. En la actualidad se reconoce ampliamente que unas condiciones de vida difíciles significan mucho más que una cuenta bancaria vacía.

    Esa idea queda reflejada en el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) global, que fue presentado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y la OPHI en 2010 y que abarcó 109 países y 5 900 millones de personas en 2021.

    El Índice de Pobreza Rural Multidimensional, que amplía el alcance del IPM global, incluye también una combinación innovadora de datos geoespaciales y datos de encuestas que cuantifica los riesgos de exposición a sequías, inundaciones y olas de calor de los habitantes del medio rural.

    La utilidad de esta nueva herramienta se ilustra en el informe conjunto de la FAO y la OPHI, que probó el índice utilizando recientes encuestas por hogares en Etiopía, Malawi, el Níger y Nigeria.

    En el informe se muestra cómo el Índice de Pobreza Rural Multidimensional capta información adicional y diferente en comparación con otras mediciones, tanto monetarias como multidimensionales que no comprenden las especificidades del medio rural. Las dimensiones incluidas demostraron su eficacia desde el punto de vista estadístico. La superposición entre las privaciones monetarias y no monetarias es significativa; sin embargo, el Índice de Pobreza Rural Multidimensional refleja más cosas. En Malawi, por ejemplo, la métrica monetaria no determinó como pobre a un 14 % de la población rural pobre identificada por el Índice de Pobreza Rural Multidimensional.

    El índice también se probó sobre el terreno, en concreto en 64 zonas rurales de Malawi. Se pidió a miembros de las comunidades que examinaran las dimensiones incluidas en el Índice de Pobreza Rural Multidimensional, basándose en su experiencia de vida, y definieran, en sus propias palabras, las condiciones de vida difíciles y la pobreza rurales. Aunque la mayoría de las dimensiones se consideraron cruciales, también surgieron otras como el estado mental o la apariencia física. Si bien no todas estas se pueden obtener fácilmente en encuestas a gran escala, se han aprendido importantes enseñanzas respecto de la limitación de la métrica monetaria y la importancia de adaptar la medición a los contextos rurales.

    Todo esto no consiste únicamente en producir más datos. Determinar de manera más precisa quiénes son las poblaciones en situación de pobreza extrema, dónde viven y qué obstáculos concretos les impiden salir de la pobreza en las zonas rurales puede desempeñar un papel esencial a la hora de formular políticas más acertadas para luchar contra la pobreza y el hambre en el medio rural.

    La FAO está prestando apoyo a los países para formular y aplicar políticas que aborden las condiciones de los agricultores pobres y en pequeña escala, potenciando sus medios de vida y mejorando su resiliencia y capacidad para escapar de la pobreza extrema. El Índice de Pobreza Rural Multidimensional puede ayudar como instrumento de orientación para los responsables de la formulación de políticas y como herramienta de seguimiento para proyectos y programas que tratan de hacer frente a la pobreza rural.

    Fuente: FAO 04 de febrero de 2022

  • Lunes, 31 de enero de 2022

    Pobreza extrema en la región sube a 86 millones en 2021

  • En su informe anual Panorama Social de América Latina, la CEPAL estima que entre 2020 y 2021 las personas en situación de pobreza extrema se incrementaron en cerca de cinco millones.

    La crisis sanitaria permanece vigente y América Latina y el Caribe es la región más vulnerable del mundo en esta pandemia. Así, como consecuencia de la crisis sanitaria y social prolongada de la pandemia de COVID-19, la tasa de pobreza extrema en América Latina habría aumentado del 13,1% de la población en 2020 al 13,8% en 2021, un retroceso de 27 años, mientras que se estima que la tasa de pobreza general habría disminuido levemente, del 33,0% al 32,1% de la población. Esto significa que la cantidad de personas en pobreza extrema pasaría de 81 a 86 millones, y el número total de personas en situación de pobreza bajaría ligeramente de 204 a 201 millones, informó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

    Según el informe, la región experimentó un notorio retroceso en su lucha contra la pobreza en 2020 por causa de la pandemia. Tanto la pobreza como la pobreza extrema aumentaron por sexto año consecutivo. En 2020 la pobreza extrema se elevó a niveles registrados 27 años atrás, mientras que la tasa de pobreza general se ubicó en un nivel similar al de finales de la década de 2000.

    En el estudio, la CEPAL indica que en 2020 aumentó la proporción de mujeres que no recibe ingresos propios y se mantuvieron las brechas de pobreza en áreas rurales, pueblos indígenas y la niñez. Asimismo, al examinar distintos índices, entre ellos el coeficiente de Gini, se constató un aumento de la desigualdad.

    De acuerdo con el organismo de las Naciones Unidas, la pobreza habría sido mayor en 2020 si los países de la región no hubieran adoptado medidas como las transferencias de ingresos de emergencia. La pobreza extrema habría sido alrededor de 1,8 puntos porcentuales más alta, y la pobreza general habría sido 2,9 puntos porcentuales más elevada en promedio en 7 países.

    Pese a lo anterior, el Panorama Social 2021 consigna que en los últimos 10 meses de 2020 las transferencias de emergencia anunciadas por los países para mitigar el efecto de la crisis representaron un gasto de 89.700 millones de dólares, mientras que en los primeros diez meses de 2021 el gasto anunciado en estas medidas fue la mitad: 45.300 millones de dólares.

    El documento sostiene que la desigualdad aumentó entre 2019 y 2020, con lo que se quebró una tendencia decreciente que venía observándose desde 2002. El Coeficiente de Gini -utilizado internacionalmente para medir la distribución del ingreso- aumentó en 0,7 puntos porcentuales para el promedio regional entre 2019 y 2020. Este deterioro tiene relación directa con las repercusiones de la pandemia.

    América Latina y el Caribe es una de las regiones del mundo que lleva más tiempo de interrupción de clases presenciales, en promedio cerca de 56 semanas de interrupción total o parcial, lo que ha generado brechas en el desarrollo de habilidades cognitivas, la pérdida de oportunidades de aprendizaje y el riesgo de aumento del abandono escolar. Asimismo, el cierre escolar ha impactado sobre la sobrecarga de las tareas de cuidado de las mujeres. Por ello, el retorno seguro a clases presenciales es urgente en 2022, subraya la comisión regional de las Naciones Unidas.

    En el estudio, la CEPAL recalca que sin control de la crisis sanitaria la recuperación económica no será sostenible, y advierte que América Latina y el Caribe es la región más vulnerable del mundo ante el COVID-19.

    La región presenta el mayor número de defunciones informadas por COVID-19 a nivel global (1.562.845 hasta el 31 de diciembre de 2021), cifra que seguirá creciendo mientras la pandemia persista. Estas representan el 28,8% del total de defunciones por COVID-19 informadas en el mundo, pese a que la población de la región apenas asciende al 8,4% de la población mundial.

    Al 26 de enero de 2022, el 62,3% de la población de América Latina y el Caribe (en torno a 408 millones de personas) contaba con un esquema completo de vacunación, por lo que la CEPAL hace un llamado a incrementar los esfuerzos, de tal manera que a mediados de 2022 todos los países de la región hayan vacunado al 70% de su población con el esquema completo.

    el informe aborda la propuesta de la CEPAL de transitar hacia una sociedad del cuidado, que supone reconocer que los cuidados son una necesidad universal y a la vez expresan diversidades estructurales como el ciclo de la vida, las condiciones físicas, las condiciones socioeconómicas y de ingresos y las diferencias territoriales. “La universalidad, la coordinación interinstitucional e intersectorial, la corresponsabilidad y la sostenibilidad financiera constituyen pilares fundamentales de las políticas integrales de cuidados que precisa la región”, concluye el documento.

    Fuente: CEPAL 25 de enero de 2022

  • Jueves, 13 de enero de 2022

    América Latina crecerá un 2,1% en 2022, un
    año que se prevé más complejo que el anterior

  • La inflación en aumento, el manejo de la deuda y los problemas estructurales de baja inversión y productividad, pobreza y desigualdad son los principales retos para su crecimiento y generación de empleos.

    América Latina y el Caribe bajará su ritmo de crecimiento a 2,1% en 2022, luego de haber alcanzado un promedio de 6,2% el año pasado, estimó la CEPAL, explicando que la desaceleración ocurre en medio de las grandes disparidades que hay en las capacidades de los países desarrollados, emergentes y en desarrollo para implementar políticas fiscales, sociales, monetarias, de salud y de vacunación con miras a una recuperación sostenible de la crisis desatada por la pandemia de COVID-19.

    Los motores económicos de la región tendrán un desempeño bajo este año. La CEPAL estima que Brasil, la economía más grande, será la que menos crezca con apenas un 0,5%. México, por su parte avanzará 2,9%, Colombia 3,7% y Chile 1,9%.

    En la conferencia de prensa en México para la presentación del Balance Preliminar de la Economías de América Latina y el Caribe 2021, elaborado por la CEPAL, Alicia Bárcena señaló que en un escenario como el que plantea el 2022, es crucial la creatividad “para poder articular políticas fiscales y monetarias con mayor coordinación y con una mirada de mediano plazo”.

    No obstante los retrocesos, la CEPAL prevé una ligera mejoría en los niveles de pobreza y pobreza extrema, con una disminución del 1,5% de la pobreza, y del 0,7% de la pobreza extrema.

    El estudio de la CEPAL atribuye la compleja realidad de la región en 2022 a la perseverancia e incertidumbre sobre la evolución de la pandemia; la fuerte desaceleración del crecimiento mundial; la persistencia de la baja inversión, la productividad y la lenta recuperación del empleo; la persistencia de los efectos sociales provocados por la crisis; el menor espacio fiscal; los aumentos en las presiones inflacionarias; y los desequilibrios financieros.

    El informe destaca que el menor crecimiento mundial significará una menor demanda externa y un menor crecimiento del comercio mundial, lo que impactará directamente a las economías latinoamericanas. En cuanto a los precios de las materias primas, de cuyas exportaciones depende gran parte del PIB regional, las proyecciones apuntan a una disminución o, en el mejor de los casos, a que se mantengan al nivel de 2021, pero no a que suban.

    Por lo mismo, la recuperación de los países de la región dependerá, sobre todo, de la demanda interna, que en 2021 tuvo un repunte con el mayor consumo propulsado por los apoyos en efectivo implementados por los gobiernos para sortear la emergencia del COVID-19 y por las remesas, que crecieron un 30%.

    Para controlar la inflación y no frenar el crecimiento, las autoridades monetarias deben echar mano de todos los instrumentos con los que cuentan, más allá de la tasa de interés. También abogó por incrementar los niveles de recaudación y mejorar la estructura tributaria.

    Fuente: ONU 12 de enero de 2022

  • Lunes, 20 de diciembre de 2021

    Día Internacional de la Solidaridad Humana

  • Nuestro futuro se basa en nuestra solidaridad

    El programa de los Objetivos de Desarrollo Sostenible pone en el centro a la persona y al planeta, se apoya en los derechos humanos y está respaldado por una alianza mundial decidida a ayudar a la gente a superar la pobreza, el hambre y las enfermedades. Se forjará por tanto sobre la base de una cooperación y solidaridad mundiales.

    El Día Internacional de la Solidaridad Humana es:

  • Un día para celebrar nuestra unidad en la diversidad;

  • Un día para recordar a los gobiernos que deben respetar sus compromisos con los acuerdos internacionales;

  • Un día para sensibilizar al público sobre la importancia de la solidaridad;

  • Un día para fomentar el debate sobre las maneras de promover la solidaridad para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre otros, el objetivo de poner fin a la pobreza;

  • Un día para actuar y buscar nuevas iniciativas para la erradicación de la pobreza.

    La solidaridad se identifica en la Declaración del Milenio (PDF) como uno de los valores fundamentales para las relaciones internacionales en el siglo 21 y para que quienes sufren o tienen menos se beneficien de la ayuda de los más acomodados. En consecuencia, en el contexto de la globalización y el desafío de la creciente desigualdad, el fortalecimiento de la solidaridad internacional es indispensable.

    Convencida de que la promoción de la cultura de la solidaridad y el espíritu de compartir es importante para la lucha contra la pobreza, la Asamblea General proclamó el 20 de diciembre como Día Internacional de la Solidaridad Humana.

    A través de iniciativas como la creación del Fondo Mundial de Solidaridad para erradicar la pobreza y la proclamación del Día Internacional de la Solidaridad Humana, este concepto fue promovido como crucial en la lucha contra la pobreza y en la participación de todos los interesados pertinentes.

    La solidaridad ha definido el trabajo de las Naciones Unidas desde el nacimiento de la Organización que, desde su creación, atrajeron a los pueblos del mundo para promover la paz, los derechos humanos y el desarrollo económico y social. La organización fue fundada en la premisa básica de la unidad y la armonía entre sus miembros, expresada en el concepto de seguridad colectiva que se basa en la solidaridad de sus miembros a unirse “para mantener la paz y la seguridad internacionales”.

    Así mismo, la Organización se basa en este espíritu de solidaridad para “la cooperación en la solución de problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario”.

    La solidaridad es uno de los valores fundamentales y universales en que deberían basarse las relaciones entre los pueblos en el siglo XXI. Por ese motivo, la Asamblea General decidió proclamar el 20 de diciembre de cada año Día Internacional de la Solidaridad Humana, en su 60/209 (PDF) de fecha 22 de diciembre de 2005.

    Además, con el objetivo de erradicar la pobreza y promover el desarrollo humano y social en los países menos industrializados, en particular entre los segmentos más pobres de sus poblaciones, la Asamblea General creó el Fondo Mundial de Solidaridad, en su resolución 57/265 (PDF).

    Fuente: ONU 20 de diciembre de 2021

  • Jueves, 16 de diciembre de 2021

    CONEVAL da a conocer la información
    de la medición de pobreza municipal 2020

    El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) da a conocer los resultados de la Medición de pobreza a nivel municipal 2020 y su comparativo con los años 2010 y 2015. Esta información permite, por primera vez, contar con tres estimaciones en el tiempo de los indicadores de la medición multidimensional de la pobreza a escala municipal, cuya comparabilidad permite observar la evolución de la pobreza a este nivel de desagregación.

    La publicación de los resultados de la Medición de pobreza a nivel municipal permite concluir la serie comparable 2010, 2015 y 2020; los espacios analíticos, indicadores y umbrales son los mismos con el objetivo de mantener la comparabilidad y asegurar la posibilidad de identificar los cambios ocurridos en materia de pobreza a lo largo de una década. Con este ejercicio, el CONEVAL da cumplimiento al mandato de la LGDS y a lo establecido en los Lineamientos y criterios generales para la definición, identificación y medición de la pobreza 2010.

    Principales resultados

    La diversidad social, económica y geográfica del territorio hace necesaria la existencia de información a diferentes escalas y dimensiones para comprender la dinámica del fenómeno de la pobreza al interior de las entidades federativas. A lo largo de una década, la medición de pobreza a nivel municipal ha permitido identificar las regiones en las que es necesario actuar de manera más urgente para mejorar las condiciones de vida de la población

    Con los resultados de 2020, en general, se observa una mayor concentración de la pobreza en algunas zonas específicas que, en ocasiones trasciende los límites administrativos, por ejemplo, las regiones en donde históricamente se han registrado las condiciones de mayores rezagos socioeconómicos como la del Nayar, la Tarahumara, Altos de Chiapas y la Mixteca (Oaxaca, Puebla y Guerrero), así como la aglomeración de personas en situación de pobreza en los espacios urbanos.

    Pobreza

    En 2020, los 15 municipios con mayor porcentaje de población en situación de pobreza (98.5% o más) se localizaron en las entidades de Oaxaca (8), Chiapas (6) y Guerrero (1).

    En 2020, los 15 municipios con menores porcentajes de población en situación de pobreza (hasta 11% de su población en esta condición) se localizaron en Nuevo León (11), Ciudad de México (1), Chihuahua (1), Coahuila (1) y Sonora (1).

    El grupo de 15 municipios con mayor porcentaje de población en situación de pobreza comparte algunas características en común, por ejemplo: todos se localizan en zonas altas y serranas del sur del país. Su población oscila entre 312 y 47,837 habitantes. 14 de ellos son municipios indígenas donde la población se dedica, principalmente, a las actividades del sector primario. Seis de cada diez personas residen en localidades con accesibilidad a carretera pavimentada5 baja o muy baja. Chenalhó (Chiapas) y Cochoapa el Grande (Guerrero) presentan alta dispersión de localidades, mientras que, el resto de los municipios del listado tiene una dispersión baja o media de sus localidades.

    Pobreza Extrema

    De acuerdo con los resultados de la Medición de pobreza en los municipios de México, 2020, los 15 municipios con mayor porcentaje de población en situación de pobreza extrema se localizaron en las entidades de Oaxaca (12), Chiapas (2) y Guerrero (1). Todos son municipios indígenas y en su mayoría se ubicaron en zonas de compleja orografía, y con dificultades para el acceso a carretera pavimentada: en diez de estos municipios, más de la mitad de la población presentó grado bajo o muy bajo de accesibilidad; las actividades económicas están enfocadas al sector primario, y la población oscila entre los 477 y 33,890 habitantes.

    De 2010 a 2020 solo los municipios de San Pedro Garza García (Nuevo León), Huépac (Sonora) y la demarcación territorial de Benito Juárez (Ciudad de México) se posicionaron entre los de menor porcentaje de población en situación de pobreza extrema. San Pedro Garza García y Benito Juárez son centros urbanos de más de 110,000 habitantes; mientras que, Huépac tiene poco más de 1,000 habitantes.

    En 2020 la concentración de la población en situación de pobreza extrema, al igual que en situación de pobreza se presentó, principalmente, en los espacios urbanos. En Chiapas, sus tres principales centros urbanos: Tuxtla Gutiérrez, Tapachula y Ocosingo se encuentran entre los de mayor número de personas en pobreza extrema (estos municipios representan 21% del total de población del estado).

    Carencias sociales

    La distribución territorial de las carencias sociales en 2020 conserva en su mayoría los mismos patrones que los mostrados en 2010 y 2015. El rezago educativo se acentuó en las regiones donde históricamente se han registrado los mayores niveles de rezagos socioeconómicos en el país. El acceso a los servicios de salud fue de las carencias que aumentó en un mayor número de municipios respecto de 2015, razón por la que su distribución en el territorio fue más generalizada; sin embargo, destacan algunas concentraciones de altos porcentajes en Jalisco, Michoacán, Chiapas, Zona Metropolitana del Valle de México y Veracruz. El acceso a la seguridad social se mantiene como una de las carencias con los porcentajes más altos, aunque es notoria su disminución en 2020 en los estados del norte del país.

    Desde 2010, el número de municipios con 50% o más de población con carencia por acceso a la alimentación ha presentado una disminución; sin embargo, en 2020, en 16 municipios sus porcentajes fueron superiores a 60%, de estos, 14 son indígenas y se localizaron, principalmente, en Oaxaca.

    Datos relevantes

  • Los municipios con mayor población en situación de pobreza se localizaron en zonas metropolitanas y con alta densidad de población. En 2020 la mitad de la población en situación de pobreza se concentró en 173 municipios de los cuales 117 pertenecen a alguna zona metropolitana. En 2015 esta cifra fue de 185 municipios y en 2010 de 199 municipios.

  • Entre 2015 y 2020, las mayores disminuciones en el porcentaje de población en situación de pobreza (mayor o igual a 5 puntos porcentuales) se observaron en 947 municipios, entre los que destacan: Rosario y Huejotitán en Chihuahua; San Antonio Acutla en Oaxaca, y Cerralvo en Nuevo León con disminuciones superiores a 37 puntos porcentuales. De estos, 258 pertenecen a la entidad de Oaxaca.

  • Entre 2015 y 2020, los mayores aumentos en el porcentaje de población en situación de pobreza (mayor o igual a 5 puntos porcentuales) se observaron en 339 municipios, entre los que destacan: Tulum en Quintana Roo; Atil en Sonora; Santa María Coyotepec en Oaxaca; Mazatecochco de José María Morelos en Tlaxcala; Huixquilucan en Estado de México, y Akil en Yucatán, con aumentos superiores a 20 puntos porcentuales.

  • En los municipios de la frontera norte los porcentajes de población en situación de pobreza en 2020 oscilan entre 13.8% y 47.8%, mientras que, en los municipios de la frontera sur el porcentaje se encontraba entre 43.8% y 95.4%.

  • En 9 de cada 10 municipios indígenas más de 60% de la población se encontraba en situación de pobreza en 2020.

  • En 2020, la mitad de la población en situación de pobreza extrema se concentraba en 204 municipios. Entre estos resaltan: Acapulco de Juárez en Guerrero, León en Guanajuato, Iztapalapa en Ciudad de México y Toluca en Estado de México

  • De 2015 a 2020, en 233 municipios se observó un aumento de al menos cinco puntos porcentuales en pobreza extrema. Entre los municipios con más de cien mil habitantes y en este rango de aumento, destacan algunos que pertenecen a zonas metropolitanas, como: Chilpancingo de los Bravo (Guerrero); Santa Cruz Xoxocotlán (Oaxaca); Milpa Alta y Xochimilco (Ciudad de México); San Martín Texmelucan (Puebla), y Almoloya de Juárez (Estado de México).

  • En 683 municipios se observó una disminución de al menos 5 puntos porcentuales en el porcentaje de población en situación de pobreza extrema para el periodo 2015-2020, de los cuales 296 son municipios indígenas principalmente localizados en Oaxaca.

  • En 2020, la mitad de la población no pobre y no vulnerable se concentra en 46 municipios urbanos, principalmente de Ciudad de México, Estado de México y Nuevo León.

  • En 2020, en 527 de los 623 municipios indígenas, 5% o menos de su población se encontraba en situación de no pobre y no vulnerable.

    Fuente: CONEVAL 15 de diciembre de 2021

  • Martes, 7 de diciembre de 2021

     

    realiza un llamamiento de financiación de
    emergencia de 9.400 millones de dólares

  • Los fondos apoyarán programas esenciales para más de 177 millones de niños necesitados en 145 países y territorios hasta 2022

    UNICEF ha realizado un llamamiento de financiación de emergencia sin precedentes por valor de 9.400 millones de dólares para atender a más de 327 millones de personas –entre ellas 177 millones de niños– afectadas por las crisis humanitarias y la pandemia de COVID-19 en todo el mundo.

    El llamamiento es un 31% mayor que el del año pasado, ya que las necesidades humanitarias siguen aumentando.

    El llamamiento incluye 2.000 millones de dólares para la respuesta de UNICEF en Afganistán, donde 13 millones de niños necesitan ayuda humanitaria urgente. Entre ellos hay un millón de niños que corren el peligro de sufrir desnutrición aguda grave en un momento en que el sistema sanitario está al borde del colapso. El llamamiento para Afganistán es el mayor de la historia de UNICEF para un solo país.

    UNICEF también necesitará 909 millones de dólares para la crisis de los refugiados de Siria, otros 334 millones de dólares para la crisis en el interior de Siria, 484 millones de dólares para la respuesta en Yemen y más de 356 millones de dólares para los programas en la República Democrática del Congo.

    El llamamiento de financiación de este año, el mayor de la historia de UNICEF, se produce también en un momento en el que la escalada de conflictos ha llevado a millones de niños y a sus comunidades al borde del abismo. Los ataques a los niños que viven en países en conflicto, incluidos los ataques contra las infraestructuras civiles fundamentales para la supervivencia de los niños, continúan a un ritmo alarmante. El año pasado se confirmaron cerca de 24.000 violaciones graves contra los niños, es decir, 72 violaciones al día.

    Como parte de su Acción Humanitaria para la Infancia, que establece el llamamiento de la organización para 2022, UNICEF tiene previsto llegar a:

  • 7,2 millones de niños con tratamiento para la desnutrición aguda grave;

  • 21,3 millones de niñas, niños y mujeres con acceso a intervenciones de mitigación, prevención o respuesta ante el riesgo de violencia de género;

  • 51,9 millones de personas con cauces seguros y accesibles para denunciar la explotación y los abusos sexuales por parte de los trabajadores humanitarios;

  • 23,6 millones de hogares con asistencia en efectivo.

    Gracias al apoyo de los asociados, los principales resultados en 2021 fueron los siguientes:

  • 5 millones de niños y cuidadores recibieron acceso a salud mental y apoyo psicosocial;

  • 22,4 millones de niños y mujeres recibieron servicios esenciales de atención sanitaria en centros apoyados por UNICEF;

  • Más de 812,2 millones de personas recibieron mensajes sobre la prevención de enfermedades y el acceso a los servicios de salud con el fin de que modificaran su comportamiento;

  • 14,9 millones de hogares recibieron transferencias de dinero en efectivo para fines humanitarios.

    El Informe de Acción Humanitaria para la Infancia de este año se presenta en el marco del CY21, un Foro Mundial para la Infancia y la Juventud que reúne a líderes, expertos, promotores del cambio y personas influyentes, junto con niños, niñas y jóvenes. El foro tiene como objetivo acelerar soluciones nuevas y de eficacia probada, inspirar compromisos para impulsar el cambio y movilizar conocimientos y recursos para promover los derechos de la infancia con el fin de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030.

    Fuente: UNICEF 07 de diciembre de 2021

  • Miércoles, 24 de noviembre de 2021

    CONEVAL presenta información referente a
    la pobreza laboral al tercer trimestre de 2021

    El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) estima los datos referentes al porcentaje de la población con un ingreso laboral inferior al valor monetario de la canasta alimentaria (pobreza laboral) a partir de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Después de haberse interrumpido la ENOE del segundo trimestre 2020 debido a la contingencia sanitaria por la COVID19,1 en septiembre de 2020 el INEGI dio a conocer la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo denominada Nueva Edición (ENOEN) que incorpora dos estrategias de levantamiento —entrevistas cara a cara y vía telefónica—, en el marco del mismo diseño conceptual, estadístico y metodológico de la ENOE tradicional.

    De acuerdo con el ajuste en las proyecciones poblacionales de la ENOE y ENOEN anunciados por el INEGI, y la agenda permanente de actualización del CONEVAL, se dan a conocer adecuaciones en los indicadores del ITLP y la pobreza laboral: la incorporación de las Líneas de Pobreza Extrema por Ingresos (canasta alimentaria) actualizadas, y la actualización del periodo base del ITLP al primer trimestre 2020.

    El cambio anual en el porcentaje de la pobreza laboral, entre el tercer trimestre 2020 y el tercer trimestre de 2021, presenta una disminución a nivel nacional de 5.3 puntos porcentuales al pasar de 46.0% a 40.7%, respectivamente.

    Diversos indicadores muestran señales de recuperación en comparación con el tercer trimestre 2020, periodo afectado por el cierre de actividades debido a la COVID-19. El ingreso laboral real per cápita presentó un aumento de 12.5% al pasar de $2,460.50 a $2,769.23. Mientras que la masa salarial real aumentó 13.5%, es decir, $37,745.45 millones de pesos al pasar de $279,373.56 a $317,119.01 millones de pesos en este periodo, por lo que en el último año ha presentado una recuperación, aunque su nivel aún es inferior al inicio de la contingencia sanitaria.

    Entre los factores que explican el aumento trimestral de la pobreza laboral se encuentra el aumento de las Líneas de Pobreza Extrema por Ingreso, que fue superior al incremento del ingreso real per cápita, el cual fue de 0.8%. En específico, en los ámbitos rural y urbano las Líneas de Pobreza Extrema por Ingresos presentaron aumentos superiores a la inflación promedio del tercer trimestre del 20201 (1.3%) de 3.1% y 2.9%, respectivamente.

    Entre el segundo y tercer trimestre 2021, se observa un aumento del ITLP de 2.2% al pasar de 1.0882 a 1.1116 entre el segundo trimestre 2021 y el tercer trimestre 2021.

    En términos anuales, el ITLP mostró una disminución en las zonas urbanas de 12.5%, mientras que en las zonas rurales dicha disminución fue de 9.0%. Lo anterior, se acompaña de un aumento de 12.7% en el ingreso laboral real de las zonas urbanas, y de 10.8% en zonas rurales.

    Entre el segundo y tercer trimestre 2021, se observó una disminución real del ingreso laboral por persona en los hogares de los primeros tres quintiles de ingresos. Estas disminuciones se concentran en el primer y segundo quintil, es decir, en el 20.0% y 40.0% de la población de menor ingreso.

    De manera anual, se observa una recuperación en todos los quintiles de ingreso al comparar con el tercer trimestre de 2020, periodo en el cual se presentó un deterioro a partir de la emergencia sanitaria; sin embargo, los niveles de ingreso aún son inferiores a los del primer trimestre 2020 (previo al inicio de la emergencia sanitaria), excepción del quinto decil, el cual supera los niveles del primer trimestre 2020 en $198.56 pesos en promedio.

    Entre el segundo trimestre 2021 y tercer trimestre 2021, las tres entidades que tuvieron la mayor disminución en pobreza laboral fueron: Quintana Roo con una disminución de 4.3; Baja California Sur con 4.2, y Ciudad de México con 2.4 puntos porcentuales. En contraste, las tres entidades que presentaron el mayor aumento trimestral fueron: Veracruz con un aumento de 6.6; Sinaloa con 6.1, y Chiapas con 3.2 puntos porcentuales.

    En el tercer trimestre de 2021, el ingreso laboral real promedio de la población ocupada a nivel nacional fue de $6,390.60 al mes. Durante este periodo, los hombres ocupados reportaron un ingreso laboral mensual de $6,916.17 y las mujeres $5,581.78. Esto indica que el ingreso de los hombres ocupados es aproximadamente 1.2 veces el de las mujeres.

    Durante el tercer trimestre de 2021, los ocupados en situación formal reportaron un ingreso laboral mensual de $9,211.04 y los ocupados en situación de informalidad $4,405.22. Lo que indica que el ingreso de los ocupados en situación formal es aproximadamente 2.1 veces el los ocupados en situación de informalidad.

    Entre el segundo trimestre 2021 y el tercer trimestre 2021, el ingreso laboral real de los ocupados en municipios indígenas disminuyó 6.1%; en contraste, el ingreso laboral real promedio de los ocupados que residen en municipios no indígenas aumentó 0.3%. En el tercer trimestre estos ingresos se ubicaron en $3,095.64 y $6,720.99 pesos, respectivamente.

    Fuente: CONEVAL 23 de noviembre de 2021

    Martes, 9 de noviembre de 2021

    El hambre sigue en aumento y, en algunos países, empuja
    a comer langostas del desierto o cactus para sobrevivir

  • Con 45 millones de personas al borde la inanición, cuando eran 42 millones a principios de año y 27 millones en 2019, la agencia de la ONU calcula que el coste de evitar la hambruna en el mundo asciende ahora a 7000 millones de dólares, frente a los 6600 millones estimados a principios de 2021.

    El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas advirtió que sigue creciendo el número de personas que se encuentran al borde de la hambruna, mientras el número de personas que sufren un problema de hambre aguda se ha disparado y ha crecido en alrededor de tres millones de personas desde el inicio de año.

    La cifra de quienes pasan hambre de forma aguda ha aumentado desde los 42 millones de principios de año, y los 27 millones de 2019, hasta los actuales 45 millones en 43 países.

    El Programa Mundial de Alimentos y sus socios humanitarios continúan intensificando sus esfuerzos para ayudar a millones de personas que se enfrentan al hambre. Sin embargo, las necesidades superan ampliamente los recursos disponibles en un momento en el que las fuentes de financiación tradicionales están sobrecargadas.

    El coste de evitar la hambruna en el mundo asciende ahora a 7000 millones de dólares, frente a los 6600 millones estimados a principios de año.

    Un análisis de vulnerabilidad de la agencia de la ONU en 43 países demuestra que las familias se ven obligadas a comer menos, o a saltarse las comidas por completo, a alimentar a los niños en lugar de a los adultos y, en algunos casos extremos, a comer langostas, hojas silvestres o cactus para sobrevivir, como en Madagascar.

    En otras zonas, las familias se ven obligadas a casar a los niños a una edad temprana o a sacarlos de la escuela, a vender sus bienes como el ganado o lo poco que les queda. Un caso extremo es el reportado por los medios de comunicación de Afganistán que señalan que las familias se ven obligadas a vender a sus hijos en un intento desesperado por sobrevivir.

    La subida de los precios de los alimentos recientemente anunciada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación no solo provoca que los alimentos estén fuera del alcance de millones de las personas más pobres del mundo, sino que también aumenta el coste de la adquisición de la comida en los mercados mundiales.

    A esta coyuntura se suman los altos precios del combustible, que aumentan los costes de transporte y suponen una mayor presión sobre las cadenas de suministro mundiales: cuando hace un año el envío de un contenedor costaba 1000 dólares ahora cuesta 4000 o incluso más.

    Durante este año, el Programa Mundial de Alimentos se ha embarcado en la mayor operación de su historia dirigida a 139 millones de personas en los 85 países en los que opera.

    Esta labor abarca tanto las necesidades alimentarias y nutricionales de emergencia, como el trabajo con los socios para fortalecer la resiliencia y aumentar la autonomía de las personas más pobres y vulnerables del planeta.

    Fuente: ONU 08 de noviembre de 2021

  • Jueves, 28 de octubre de 2021

    El bienestar se debilita en América Latina a
    causa de la pandemia, según muestran los datos

    La pandemia de COVID-19 corre el riesgo de revertir muchas de las mejoras en el bienestar de las personas logradas en las últimas dos décadas en América Latina, así como de profundizar los desafíos existentes, según un nuevo informe de la OCDE.

    ¿Cómo va la vida en América Latina? dice que la pandemia afectó duramente a la región de América Latina y el Caribe (ALC), en particular a los grupos más vulnerables de la sociedad. COVID-19 ha causado un gran número de muertes y ha tocado todos los aspectos del bienestar de las personas.

    La pandemia golpeó en un momento de creciente vulnerabilidad en varias áreas: el crecimiento de los ingresos y la reducción de la pobreza ya se estaban debilitando; el empleo estaba cayendo y el desempleo aumentando; y la satisfacción de las personas con sus condiciones de vida y su confianza en las instituciones públicas estaban disminuyendo. El informe dice que las fuertes caídas en la satisfacción con la vida y las conexiones sociales entre 2019 y 2020 subrayan el costo humano de la crisis.

    Utilizando el marco de bienestar de la OCDE, que se centra en las personas y sus comunidades más que en la economía como un objetivo en sí mismo, el informe analiza 11 aspectos del bienestar actual: ingresos y consumo, trabajo y calidad del empleo, vivienda, salud, conocimientos y habilidades, calidad del medio ambiente, bienestar subjetivo, seguridad, equilibrio entre la vida laboral y personal, las conexiones sociales y el compromiso civil. También analiza los recursos para el bienestar futuro: capital natural, económico, humano y social.

    Las personas de la región de ALC experimentaron en general mejoras en el bienestar material en varias áreas en las dos décadas anteriores a la pandemia. El gasto en consumo de los hogares aumentó en promedio un tercio entre 2000 y 2019. La esperanza de vida mejoró al igual que el nivel de educación secundaria y el número de hogares con acceso a agua potable.

    Pero junto con estos desarrollos positivos, el fin del auge de los precios de las materias primas hizo que el progreso en las condiciones de vida material se estancara, o incluso empeorara, después de 2014. Las propias percepciones de las personas sobre sus niveles de vida se debilitaron mientras que el ritmo de reducción de la desigualdad de ingresos también se desaceleró. La reducción de la pobreza en varios países se estancó después de 2015, mientras que los niveles de empleo cayeron entre las personas de 25 años o más. El desempleo ya estaba aumentando antes de la pandemia, muestra el informe.

    Una vez que golpeó la pandemia, la satisfacción con la vida en general cayó más drásticamente en América Latina que en los países de la OCDE, y particularmente entre los más vulnerables: mujeres, jóvenes, personas que viven en áreas rurales y personas con menor nivel educativo.

    A raíz de la pandemia, se estima que el número de personas que se encuentran por debajo de la línea de pobreza absoluta en toda la región aumentó en 22 millones a 209 millones en 2020, según la definición de la Comisión de la CEPAL de la ONU. Los cierres y las medidas de contención para mitigar la pandemia han sido particularmente difíciles para los trabajadores informales y con salarios bajos. Hasta el 38% de todos los trabajadores (y el 61% de los trabajadores informales vulnerables) en la región no tienen acceso a ningún tipo de protección social, dice el informe.

    Dado que las escuelas permanecieron cerradas durante más de 41 semanas en muchos de los países, se implementaron soluciones de aprendizaje remoto en toda la región. Sin embargo, su efectividad se vio obstaculizada por el hecho de que el 46% de los niños de 5 a 12 años viven en hogares sin conectividad y menos del 14% de los estudiantes pobres (aquellos que viven con menos de USD 5,5 al día) en la educación primaria tienen una computadora conectada. a Internet en casa.

    La pandemia ha subrayado la importancia del acceso a la atención médica, tanto para las condiciones de salud física como mental. Ya alrededor del 25% de la población de América Latina no tenía acceso a la atención médica esencial antes de la pandemia.

    El informe dice que la mejora del bienestar debe estar en el centro de los planes de recuperación para abordar los desafíos nuevos y preexistentes que han surgido. También sugiere que las medidas de éxito más amplias, más allá de las puramente macroeconómicas, deberían informar el diseño y la evaluación de las políticas. Se avanzó en esta dirección gracias a la adopción e implementación de los ODS en los últimos años. Sin embargo, es necesario hacer más para garantizar que las consideraciones de bienestar orienten las prioridades de las políticas.

    Fuente: OECD 28 de octubre de 2021

    Jueves, 14 de octubre de 2021

    Estadísticas a Propósito del Día Mundial
    para la Erradicación de la Pobreza

    Datos nacionales

  • De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2020, el ingreso corriente promedio trimestral en los hogares en México es de 53 798 pesos, esto significa una disminución de casi 6 puntos porcentuales con respecto a 2018 (57 065 pesos).
  • Los servicios de educación y gastos de esparcimiento son el rubro de gasto con mayor cambio entre 2018 y 2020. Disminuyó de 12% a 8 por ciento.
  • En el rubro de cuidados de la salud, el gasto corriente trimestral de los hogares aumentó de 3% en 2018 a 4% en 2020.
  • La conmemoración del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza se remonta al 17 de octubre de 1987 y se ha conmemorado cada año a partir de 1993, desde su declaración por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Este día tiene el propósito de promover una mayor conciencia sobre la necesidad de erradicar la pobreza y la indigencia en todos los países, en particular en los países en desarrollo, necesidad que se ha convertido en una de las prioridades del desarrollo.

    El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ofrece información sobre las fuentes principales de ingresos en los hogares, así como las principales características del gasto de los hogares en México de acuerdo con información de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2020.

    Ingreso en los hogares

    De acuerdo con la ENIGH 2020 el promedio del ingreso total trimestral en los hogares de México es de 53 798 pesos por hogar; esto significa una disminución de 5.7 puntos porcentuales con respecto al promedio de la ENIGH 2018 (57 065 pesos).

    El ingreso corriente promedio trimestral por hogar según la ENIGH 2020 es de 50 309 pesos, esta cifra representa una disminución de 3 110 pesos trimestrales con respecto al ingreso de 2018 (53 419 pesos).

    La principal fuente de ingreso de los hogares la constituye el ingreso por trabajo, que en 2020 representó 64%, tres puntos porcentuales menos que en 2018 (67%). Estos ingresos corresponden a un monto de 32 106 pesos, cifra menor a los 35 951 pesos que reportó la ENIGH 2018, es decir, una disminución de 10.7 por ciento.

    La segunda fuente de ingresos son las transferencias con 18 por ciento. Estas reflejan un aumento de tres puntos porcentuales con respecto a 2018 que fue de 15 por ciento.

    Fuente: INEGI 14 de octubre de 2021

    Jueves, 7 de octubre de 2021

    La pobreza multidimensional es un
    problema más étnico que geográfico

  • En América Latina, por ejemplo, los pueblos indígenas se encuentran entre los más pobres. En Bolivia, las comunidades indígenas representan alrededor del 44% de la población, pero representan el 75% de los pobres multidimensionales.

    El Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) mundial, elaborado por el Programa para el Desarrollo de la ONU y la Iniciativa de Oxford para la Pobreza y el Desarrollo Humano, muestra también que en nueve grupos étnicos específicos encuestados, más del 90% de su población está atrapada en la pobreza.

    Además de los ingresos, el Índice mide la pobreza mediante varios indicadores, como la salud deficiente, la educación insuficiente y el bajo nivel de vida.

    La investigación para el informe se ha llevado a cabo en 109 países y abarca 5900 millones de personas. Presenta, además, un desglose por etnia, raza y casta, en 41 naciones.

    En América Latina, por ejemplo, los pueblos indígenas se encuentran entre los más pobres. En Bolivia, las comunidades indígenas representan alrededor del 44% de la población, pero representan el 75% de los pobres multidimensionales.

    Las cifras son también muy reveladoras en la India, donde cinco de cada seis personas en situación de pobreza pertenecen a “tribus o castas inferiores”, según el citado Programa.

    En los 109 países estudiados, un total de 1300 millones de personas son multidimensionalmente pobres.

    Aproximadamente la mitad de estas personas, 644 millones, son menores de 18 años, y casi el 85% vive en el África subsahariana o en el sur de Asia. Más del 67% vive en países de renta media.

    Alrededor de 788 millones de personas viven en hogares con al menos una persona desnutrida, y unos 568 millones carecen de fuentes de agua potable en un radio de 30 minutos a pie.

    De las 80 naciones y 5000 millones de personas de las que hay datos, 70 naciones redujeron su Índice de pobreza multidimensional en al menos un período. Los cambios más rápidos se produjeron en Sierra Leona y Togo.

    La directora de la Iniciativa de Oxford para la Pobreza y el Desarrollo Humano de la Universidad de Oxford, Sabina Alkire, insistió en la necesidad de arreglar las desigualdades estructurales que oprimen y obstaculizan el progreso.

    Para ella, el desglose de los datos de pobreza multidimensional por etnia, raza, casta y género “desenmascara las disparidades y constituye una guía vital para que los responsables políticos no dejen a nadie atrás en la última década de acción”.

    Fuente: ONU 07 de octubre de 2021

  • Jueves, 7 de octubre de 2021

    El Índice de pobreza revela profundas
    desigualdades entre grupos étnicos

    Las disparidades en la pobreza multidimensional entre grupos étnicos se mantienen consistentemente altas en muchos países y en nueve grupos étnicos más del 90 % de la población se encuentra atrapada en la pobreza, según revela el nuevo análisis sobre pobreza multidimensional a nivel mundial.

    El Índice global de Pobreza Multidimensional (IPM), producido por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Iniciativa sobre Pobreza y Desarrollo Humano de Oxford (OPHI), mide la pobreza a partir de la valoración de diversas privaciones experimentadas por las personas en sus vidas cotidianas, como la falta de buena salud, una educación insuficiente, y un bajo nivel de vida. El informe, examina el grado y la composición de la pobreza multidimensional en 109 países, donde viven 5.900 millones de personas, además de ofrecer datos desglosados por etnia, raza y casta de 41 países en los que existen datos disponibles.

    El informe concluye que, en algunos casos, las disparidades en la pobreza multidimensional entre grupos étnicos y raciales son aún mayores que las disparidades entre territorios geográficos subnacionales. De hecho, al efectuar un desglose del IPM por grupos étnicos, el rango de los valores es mayor que el obtenido entre los 109 países y en todas las demás variables de desagregación aplicadas.

    Asimismo, el informe muestra la enorme variación en pobreza multidimensional que puede existir dentro de un mismo país entre diversos grupos étnicos. Por ejemplo, la diferencia en el porcentaje de personas en situación de pobreza multidimensional en los distintos grupos étnicos en Gabón y Nigeria supera los 70 puntos porcentuales.

    En América Latina, las poblaciones indígenas se encuentran entre las más pobres. Así, en Bolivia, las comunidades indígenas constituyen el 44 % de la población pero representan el 75 % de las personas en situación de pobreza multidimensional. Las cifras son también abrumadoras en India, donde cinco de cada seis personas en pobreza multidimensional proceden de tribus o castas más bajas.

    El informe incluye también un análisis de la pobreza multidimensional intrafamiliar centrado en el género. En los 109 países incluidos, alrededor de dos tercios de la población en situación de pobreza multidimensional (836 millones) viven en hogares en los que no hay ninguna mujer o niña con, al menos, seis años de escolarización completa. Una sexta parte de la población en situación de pobreza multidimensional (215 millones) vive en hogares en los que al menos un niño o un hombre han completado seis o más años de escolarización pero ninguna mujer o niña lo ha hecho. El informe pone de manifiesto también que las mujeres y niñas que viven en situación de pobreza multidimensional corren un mayor riesgo de sufrir violencia a manos de sus parejas.

    A nivel mundial, en 109 países con una población de 5.900 millones de personas:

  • 1.300 millones de personas sufren la pobreza en múltiples dimensiones.

  • Aproximadamente la mitad (644 millones) son menores de 18 años.

  • Casi el 85 % vive en el África subsahariana (556 millones) y Asia meridional (532 millones).

  • Más del 67 % vive en países de renta media

    Pero ¿cuál es la realidad cotidiana de las personas en situación de pobreza multidimensional? Los datos dibujan un panorama sombrío:

  • 1.000 millones de personas están expuestas a combustibles de cocina sólidos, 1.000 millones viven con sistemas de saneamiento inadecuados y 1.000 millones carecen de una vivienda digna.

  • 788 millones viven en hogares donde, al menos, una persona sufre desnutrición.

  • 568 millones carecen de agua potable o tienen que caminar más de 30 minutos (ida y vuelta) para poder acceder a ella.

    Aunque todavía no contamos con datos completos sobre el impacto de la COVID-19 en el IPM, la pandemia ha desnudado las grietas existentes en los sistemas de protección social, en la educación y la vulnerabilidad de los trabajadores en todo el mundo. Estas grietas, señala el informe, son más profundas en los países con mayores tasas de pobreza multidimensional. Por ejemplo, millones de niños y niñas vieron interrumpida su escolarización presencial durante la pandemia en todo el mundo, pero la alteración en la educación formal fue más acentuada en los países con los índices de pobreza multidimensional más elevados. Un ejemplo es Zambia, donde la diferencia entre el porcentaje de hogares con niños que iban a la escuela antes de la pandemia y los que utilizaron la educación a distancia durante la misma fue de alrededor de 80 puntos porcentuales. Si nos atenemos a la experiencia de emergencias sanitarias anteriores, es posible que muchos de estos niños y niñas ya no vuelvan a la escuela.

    Fuente: PNUD 07 de octubre de 2021

  • Jueves, 7 de octubre de 2021

    Se necesitan reformas urgentes para impulsar el crecimiento
    y evitar otra década perdida en América Latina y el Caribe

    Las secuelas de la crisis de COVID-19 llevarán años en desaparecer si los países de América Latina y el Caribe no toman medidas inmediatas para impulsar un deslucido proceso de recuperación de la pandemia, con la pobreza en su mayor nivel en décadas, de acuerdo con un nuevo informe del Banco Mundial, Recobrar el crecimiento: Reconstruyendo economías dinámicas pos-COVID con restricciones presupuestarias.

    Si bien se prevé que el crecimiento regional se recupere un 6,3 por ciento en 2021, junto a una aceleración de la vacunación y una caída en las muertes por COVID-19, la mayoría de los países no logrará revertir del todo la contracción de 6,7 por ciento que tuvo lugar el año pasado. Más aún, las previsiones de crecimiento para los próximos dos años caen por debajo del 3 por ciento, un regreso a las tasas de crecimiento bajas de la década de 2010, generando preocupación de una nueva década perdida en términos de desarrollo.

    Para alcanzar el ritmo de crecimiento necesario para hacer avanzar a la región y reducir las tensiones sociales, esta debe llevar a cabo de forma urgente reformas muy postergadas aunque viables en el ámbito de la infraestructura, la educación, la salud, la política energética y la innovación, además de encarar los nuevos desafíos planteados por el cambio climático, según el informe.

    No obstante, la recuperación a nivel regional enfrenta múltiples obstáculos. Cualquier resurgimiento del virus impactará sobre el crecimiento, mientras que la persistencia de las presiones inflacionarias a nivel mundial podría derivar en tasas de interés más elevadas, reduciendo la demanda. A su vez, el elevado nivel de endeudamiento del sector privado podría acotar su capacidad de liderar la recuperación, mientras que los crecientes niveles de déficit público y endeudamiento limitan el potencial de cualquier intervención pública futura.

    Mediante un aumento de la transparencia y la rendición de cuentas en el sector público, y aprovechando la disciplina del sector privado, el informe insta a promover el crecimiento sostenible y equitativo en tres grandes áreas:

    Replantear las prioridades de gasto público: acercándose a niveles mundiales de eficiencia y fijando nuevas prioridades para el gasto, los sistemas de salud pueden obtener ganancias rápidas que alargarían la esperanza de vida promedio en cuatro años. La educación puede mejorarse centrándose en las escuelas más afectadas, con un mejor uso de tecnologías y promoviendo las carreras terciarias cortas capaces de alinear mejor las habilidades disponibles con las necesidades de la industria. El gasto en investigación y desarrollo, que es la mitad del porcentaje observado en los países de ingreso medio, puede ser usado de manera más eficiente asegurando la existencia de vínculos entre los centros de investigación y el sector privado, mientras que un mayor nivel de transferencias públicas e inversión en infraestructura puede servir para impulsar el crecimiento y reducir la desigualdad. La generación y el consumo de energía pueden volverse más sostenibles en términos ambientales y fiscales focalizando mejor los subsidios hacia los segmentos más vulnerables (entre el 40 y el 60 por ciento de los subsidios eléctricos se dirige al 20 por ciento más alto de la escala de ingreso).

    Gasto más eficiente: en lugar de recortar el gasto, reducir la ineficiencia en el sistema de contrataciones públicas y en los programas de transferencias, que representan pérdidas promedio de 4,4 por ciento del PIB, podría liberar recursos para otros fines. Solamente en las contrataciones se estima que el uso de mejores prácticas tendientes a reducir la corrupción, la ineficiencia y aumentar la competitividad de las licitaciones podría resultar en un ahorro del 22 por ciento del gasto sin cambios en las actuales leyes de contratación pública.

    Potenciar los ingresos: hay espacio para aumentar los impuestos sin afectar el crecimiento de manera significativa. Las áreas a explorar incluyen ampliar los impuestos sobre la propiedad y en menor medida sobre la renta de las personas, elevar los gravámenes sobre alimentos no saludables y las emisiones de carbono, y mejorar la capacidad de recaudación en una región donde el nivel de evasión del impuesto sobre la renta de las sociedades es prácticamente del 50 por ciento.

    Fuente: UNCTAD 06 de octubre de 2021

    Miércoles, 25 de agosto de 2021

    La seguridad alimentaria y la COVID-19

    Cada vez más países se enfrentan a crecientes niveles de inseguridad alimentaria grave, que echan por tierra años de avances de desarrollo. Incluso antes de que la COVID-19 redujera los ingresos e interrumpiera las cadenas de suministro, el hambre crónica y el hambre aguda estaban aumentando por diversos factores, como los conflictos, las condiciones socioeconómicas, los peligros naturales, el cambio climático y las plagas.

    El índice de precios de los productos básicos agrícolas se mantuvo cercano al nivel máximo registrado desde 2013, y el 16 de julio de 2021 era aproximadamente un 30 % más alto que en enero de 2020. Los precios del maíz, el trigo y el arroz superaban en alrededor del 43 %, el 12 % y el 10 %, respectivamente, los de enero de 2020. Las alzas reflejan la fuerte demanda, junto con la incertidumbre respecto del clima, las condiciones macroeconómicas y las alteraciones de la oferta relacionadas con la COVID-19, aun cuando las perspectivas de la producción mundial de los cereales más importantes siguen siendo buenas.

    Los principales riesgos para la seguridad alimentaria se plantean a nivel nacional: los mayores precios minoristas, combinados con la disminución de los ingresos, implica que más y más hogares están reduciendo la cantidad y la calidad de su consumo de alimentos.

    Numerosos países están experimentando una elevada inflación de precios de los alimentos a nivel minorista, lo que obedece a la persistencia de las alteraciones de la oferta derivadas de las medidas de distanciamiento social impuestas debido a la COVID-19, las devaluaciones monetarias y otros factores. El alza del precio de los alimentos afecta más a la población de los países de ingreso bajo y mediano, que gasta en alimentos un porcentaje mayor de sus ingresos que la de los países de ingreso alto.

    Según encuestas telefónicas rápidas realizadas por el Banco Mundial en 48 países, un número considerable de personas se está quedando sin alimentos o está reduciendo su consumo. La disminución de la ingesta de calorías y la nutrición deficiente amenazan los avances obtenidos en materia de salud y reducción de la pobreza, y podrían tener efectos duraderos en el desarrollo cognitivo de los niños pequeños. Entre 720 millones y 811 millones de personas padecieron hambre en el mundo en 2020, de acuerdo con el informe de las Naciones Unidas El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo (i). Si se toma en cuenta el valor medio de las proyecciones (768 millones), se desprende que alrededor de 118 millones de personas más que en 2019 sufrían hambre crónica en 2020. Al utilizar otro indicador que refleja el acceso a alimentos suficientes a lo largo del año, se llega a la conclusión de que casi 2370 millones de personas (el 30 % de la población mundial) carecieron de acceso a alimentos suficientes en 2020, lo que representa un aumento de 320 millones en apenas un año.

    El hambre presentaba una tendencia al alza incluso antes de la pandemia de COVID-19, que intensificó los efectos de los fenómenos climáticos extremos, los conflictos y otras crisis que ya menoscababan las oportunidades económicas.

    A nivel de los países, el Grupo Banco Mundial trabaja con los Gobiernos y los asociados internacionales para vigilar de cerca las cadenas nacionales de suministro alimentario y agrícola, analizar de qué forma la pérdida de empleo y de ingresos está afectando la capacidad de las personas para comprar alimentos, y asegurar que los sistemas alimentarios continúen funcionando pese a las dificultades que plantea la COVID-19.

    Fuente: UNCTAD 24 de agosto de 2021

    Lunes, 23 de agosto de 2021

    CONEVAL presenta información referente a la
    pobreza laboral al segundo trimestre de 2021

    El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), estima los datos referentes a la pobreza laboral a partir de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). En 2020, debido a la contingencia sanitaria, se interrumpió la recolección de la información de la ENOE durante el segundo trimestre de 2020. De esta forma, INEGI incorporó dos estrategias de levantamiento en el marco del mismo diseño conceptual, estadístico y metodológico de la ENOE tradicional, con la finalidad de contar con información relevante para monitorear la situación de la ocupación y empleo en el periodo de contingencia de la COVID-19.1,2,3 De manera que, a partir de septiembre de 2020, el INEGI dio a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo denominada Nueva Edición(ENOEN).

    El poder adquisitivo del ingreso laboral real per cápita tuvo un aumento de 2.9% entre el primer trimestre 2021 y el segundo trimestre 2021, al pasar de $1,827.39 a $1,879.53. Este cambio trimestral del ingreso laboral representa un incremento de $52.15 pesos respecto al primer trimestre de 2021.

    En cuanto al tercer trimestre de 2020, el poder adquisitivo del ingreso laboral real per cápita del segundo trimestre 2021 presentó un aumento de 11.7%; sin embargo, este aún se encuentra por debajo del que se reportó en el primer trimestre de 2020, previo a la crisis sanitaria derivada del virus SARS-CoV-2 (COVID-19), cuando se ubicó en $1,919.84 pesos.

    En el segundo trimestre 2021, en promedio, las Líneas de Pobreza Extrema por Ingresos (LPEI) rural y urbana, es decir, el valor monetario de las canastas alimentarias, mostraron un incremento trimestral de 3.2% y 2.6%, respectivamente, ambos aumentos son superiores a la inflación trimestral promedio que fue de 1.4%. Cabe señalar que estos aumentos son los más altos desde el primer trimestre 2020.

    El porcentaje de la población con un ingreso laboral inferior al costo de la canasta alimentaria disminuyó de forma trimestral al pasar de 39.4% en el primer trimestre de 2021 a 38.5% en el segundo trimestre de 2021. Entre los factores que explican esta disminución se encuentra el incremento trimestral de 2.9% en el ingreso laboral real, el aumento en la masa salarial de 3.1% y de los ocupados (4.9%) durante el mismo periodo.

    La recuperación paulatina de la economía mexicana también se refleja en el registro de ocupados en el IMSS. Este comportamiento se observa a partir del tercer trimestre 2020 donde se mostró una recuperación de las plazas registradas. De tal forma que, entre el primer y segundo trimestre de 2021, el número de trabajadores permanentes y eventuales en el IMSS reflejó una recuperación de 149,671 empleos (0.7%), donde los trabajadores permanentes presentaron un aumento de 195,676 empleos (1.1%), mientras que, en los trabajadores eventuales se dio una disminución de 46,005 empleos (-1.6%). De manera similar, se registró este comportamiento en las plazas tanto para hombres (0.5%) como para las mujeres (1.2%).

    Entre el primer trimestre de 2021 y segundo trimestre de 2021 se observa un aumento de la pobreza laboral para las personas ocupadas según su situación de formalidad: informales y formales. Durante este periodo, el porcentaje de ocupados informales con un ingreso laboral promedio por debajo de la canasta alimentaria pasó de 19.8% a 21.2%. Por otro lado, el porcentaje de trabajadores formales en esta situación se mantuvo aproximadamente en los mismos niveles, alrededor del 0.9% entre los mismos periodos. Asimismo, se observó una disminución de 0.3% y 1.2% en el ingreso laboral real promedio tanto de los trabajadores informales y los formales, respectivamente.

    Entre el primer y el segundo trimestre de 2021, se observa un aumento en el número de trabajadores subordinados y remunerados al pasar de 36.6 millones a 38.1 millones. Este aumento representa la incorporación al mercado laboral como trabajadores subordinados y remunerados de 1.5 millones de personas. En el caso de empleadores, trabajadores por cuenta propia y trabajadores sin pago, durante estos trimestres se observa un aumento de 98.6 mil, 559.6 mil y 249.5 mil trabajadores, respectivamente.

    En cuanto a la relación de dependientes económicos, que indica el promedio del número de dependientes económicos que hay en los hogares por cada residente ocupado, entre el primer trimestre de 2021 y el segundo trimestre de 2021 se observa que esta relación disminuyó en 5.7%, al pasar de 1.5 a 1.4, respectivamente.

    Respecto al total de los desocupados según la clasificación de los antecedentes laborales, del primer al segundo trimestre de 2021 hubo una disminución de 5.6 puntos porcentuales en el porcentaje de personas que perdieron o terminaron su empleo anterior (es decir, pasó de 67.6% a 62.1% en cada trimestre).

    En relación con el tiempo de las personas que se encuentran desempleadas, entre el primer trimestre de 2021 y el segundo trimestre de 2021, hubo una disminución de 1.9 puntos porcentuales en la población que permaneció más de un mes y hasta tres meses desempleado (de 32.0% a 30.1%, respectivamente); mientras que, en la población de más de tres meses hasta seis meses, se presentó un incremento de 5.6 puntos porcentuales en el mismo periodo (11.0% a 16.6%). De igual manera, se observa una disminución en las personas con una duración de desempleo de más de seis meses hasta un año, de 4.8 puntos porcentuales, al pasar de 10.2% a 5.4% entre el primer y segundo trimestre de 2021, respectivamente.

    Entre el primer trimestre de 2021 y el segundo trimestre de 2021, el número de trabajadores domésticos con alguna remuneración aumentó en 5.2%, al pasar de 2.0 a 2.1 millones de personas. Este incremento derivó en una mayor incorporación de trabajadores del hogar para ambos sexos, aunque los hombres presentaron un mayor aumento, en comparación con las mujeres (11.4% y 4.6% respectivamente).

    Del total de trabajadores del hogar remunerados en el segundo trimestre de 2021, 16.2% se encontraban en situación de pobreza laboral, es decir, su ingreso laboral fue inferior al valor monetario de la canasta alimentaria; esto representa un aumento de 2.0 puntos porcentuales con respecto al primer trimestre 2021.

    Este aumento fue provocado por la caída del 12.5% del ingreso promedio real de los trabajadores domésticos hombres. De manera contraria, las mujeres presentaron un incremento de 2.2%; sin embargo, la brecha salarial entre hombres y mujeres se mantiene en $995.69 pesos reales.

    Entre el primer trimestre de 2021 y el segundo trimestre de 2021, se observó un aumento real del ingreso laboral per cápita en los hogares en todos los quintiles de ingresos. Estos incrementos se concentran principalmente en el primer quintil, es decir, en el 20.0% de la población de menores ingresos, ya que se observa que su ingreso laboral real per cápita promedio pasó de $92.69 a $118.78 pesos reales entre el primer y el segundo trimestre de 2021, lo cual corresponde a un incremento trimestral de 28.1%. Por otra parte, el ingreso laboral per cápita promedio del resto de la población mostró una recuperación de menor magnitud. Por ejemplo, el 20.0% de la población con mayores ingresos (quinto quintil) presentó un aumento trimestral de 1.6% en este periodo.

    la población ocupada con ingreso laboral menor al salario mínimo presentó el mayor aumento (758,449 personas), al pasar de 15,185,382 ocupados en el primer trimestre 2021 a 15,943,831 ocupados en el segundo trimestre de 2021. En contraste, la población con ingreso laboral mayor a 5 salarios mínimos y hasta 10, fue el único rango que presentó una disminución durante este periodo (14,201 personas ocupadas) al pasar de 973,598 a 959,397, respectivamente.

    La masa salarial real (monto de las remuneraciones totales de los ocupados) aumentó 3.1% entre el primer trimestre 2021 y el segundo trimestre 2021, al pasar de $209,821.71 a $216,255.28 millones de pesos. Lo anterior representa un aumento de $6,433.57 millones de pesos entre estos periodos.

    El porcentaje de población que no puede adquirir la canasta alimentaria con su ingreso laboral entre el primer trimestre 2021 y el segundo trimestre 2021 disminuyó a nivel nacional 0.9 puntos porcentuales. Destacan los estados de Hidalgo con una disminución de 6.8; Quintana Roo con 3.7 y Baja California con 3.5 puntos porcentuales.

    Por otra parte, entre el tercer trimestre 2020 y el segundo trimestre 2021, el porcentaje de población que no puede adquirir la canasta alimentaria con su ingreso laboral disminuyó 5.8 puntos porcentuales a nivel nacional, lo cual se vio reflejado en una disminución de la pobreza laboral en la mayoría de las entidades federativas.

    En el segundo trimestre de 2021 el ingreso laboral real de los trabajadores a nivel nacional fue de $1,879.53, lo que representa un aumento de 2.9% con respecto al trimestre anterior, en el que el ingreso total fue de $1,827.39.

    En el segundo trimestre 2021, el ingreso laboral real promedio de la población ocupada a nivel nacional fue de $4,380.71 al mes. Los hombres ocupados reportaron un ingreso laboral mensual de $4,755.36 y las mujeres $3,803.92; la brecha de los ingresos laborales entre hombres y mujeres el segundo trimestre fue de $951.45, la cual es $94.91 mayor que la del primer trimestre 2021 ($856.54). En términos relativos en el segundo trimestre 2021 el ingreso de los hombres ocupados es aproximadamente 1.3 veces el de las mujeres, lo que indica una proporción mayor al del trimestre anterior (1.2 veces más).

    En el segundo trimestre 2021, el ingreso laboral real promedio del total de la población ocupada que reside en municipios no indígenas fue de $4,585.36 al mes, aproximadamente el doble del ingreso real de los ocupados residentes en municipios indígenas, que en promedio fue de $2,256.05.

    En el segundo trimestre de 2021, la población adulta (30 a 64 años), los jóvenes (12 a 29 años), y los adultos mayores (65 años o más) recibieron en promedio por su trabajo $4,801.09, $3,630.72, y $3,212.42, respectivamente. Es decir, durante este periodo, la población de 30 a 64 años recibió aproximadamente 1.3 veces el ingreso de los jóvenes y 1.5 veces el de los adultos mayores, proporciones similares a las del trimestre anterior.

    Fuente: CONEVAL 20 de agosto de 2021

    Jueves, 19 de agosto de 2021

     

    Chiapas. Pobreza 2020

    La Secretaría de Hacienda, en el marco del Comité Estatal de Información Estadística y Geográfica, presenta el documento Chiapas. Pobreza 2020.

    Este documento pretende mostrar un panorama general de la Población Hablante de Lengua Indígena (PHLI) residente en el Estado de Chiapas en el año 2020, tomando como fuente de información los datos publicados por el INEGI como resultado del reciente Censo de Población y Vivienda 2020.

    A nivel nacional se registro que 43.9% de la población se encontraba en condición de pobreza.

    El estado de Chiapas tuvo el mayor porcentaje de población en condición de pobreza ya que representa tres cuartas partes de su población total, es decir 75.5%.

    A nivel nacional se registró un aumento de 2 puntos en cuanto al porcentaje de población en condición de pobreza entre los años 2018 y 2020. Lo anterior representó un aumento de 3 millones 763 mil personas.

    En lo que respecta a Chiapas, se ubicó dentro de las 13 entidades que redujeron su porcentaje de población en condición de pobreza, registrando 2.5 puntos porcentuales menos en el año 2020 en relación al año 2018, en términos absolutos fue una disminución de 52 mil personas.

    En lo que respecta al porcentaje de población en condición de pobreza moderada en el año 2020, a nivel nacional se obtuvo el valor de 35.4% del total de la población.

    El estado de Chiapas, ocupó la tercera posición a nivel nacional con un valor de 46.4%, que representa 2 millones 594 mil personas con esta condición en el año 2020.

    A nivel nacional se registró un aumento de 0.5 puntos en cuanto al porcentaje de población en condición de pobreza moderada, entre los años 2018 y 2020, lo anterior representó un aumento de 1 millón 666 mil personas.

    Chiapas, se ubicó dentro de las 19 entidades que redujeron su porcentaje de población en condición de pobreza moderada, registrando 1 punto porcentual menos en el año 2020 en relación al año 2018, en términos absolutos fue una disminución de 61 mil personas.

    En lo que respecta al porcentaje de población en condición de pobreza extrema en el año 2020, a nivel nacional se obtuvo el valor de 8.5% del total de la población.

    En este aspecto, el estado de Chiapas registro el valor más alto a nivel nacional con 29%; que representa 1 millón 623 mil personas en esta condición.

    A nivel nacional se registró un aumento de 1.5 puntos en cuanto al porcentaje de población en condición de pobreza extrema, entre los años 2018 y 2020, lo anterior representó un aumento de poco más de 2 millones de personas.

    Chiapas se ubicó como la tercer entidad con la mayor reducción del porcentaje de población en condición de pobreza extrema con 1.5 puntos porcentuales menos, lo que en términos absolutos representó una disminución de poco menos de 10 mil personas.

    A nivel nacional el porcentaje de población vulnerable por carencias sociales alcanzó la cifra de 23.7%.

    Chiapas se ubicó como la entidad con el menor porcentaje de población en esta condición al registrar 14.1%, cifra que representa a 788 mil personas.

    A nivel nacional el porcentaje de población vulnerable por ingresos alcanzó la cifra de 8.9% en el año 2020.

    La entidad con el menor porcentaje de población en esta condición es Oaxaca con 2.4%, en segundo lugar se ubica Chiapas al registrar 3.3% de su población, esta cifra representa a 183 mil personas.

    El porcentaje de población no pobre y no vulnerable a nivel nacional registró un valor de 23.5% en el año 2020.

    La entidad con el menor porcentaje de población en esta condición es Chiapas con 7.1%, que en términos absolutos representa 397 mil personas.

    El porcentaje de población con rezago educativo a nivel nacional registró un valor de 19.2% en el año 2020.

    Para el mismo año, Chiapas fue la entidad que registró el mayor porcentaje de población en esta condición con 32.5%, dicho valor representó un aumento de 1.3 puntos porcentuales en relación al valor registrado en 2018.

    En lo que se refiere a la carencia por acceso a los servicios de salud, se tiene que a nivel nacional se registró que 28.2% de la población se encontraba en esta condición en el año 2020.

    Para el año 2020, en el estado de Chiapas se registró que 37.1% de su población padecía esta condición, dicho valor posicionó al estado como la segunda entidad con el mayor porcentaje registrado.

    Cabe mencionar que el incremento del valor estatal entre el año 2018 y el 2020 fue de poco más del doble, es decir 19.7 puntos porcentuales más.

    El porcentaje de población con carencia por acceso a la seguridad social a nivel nacional en 2020 registró el valor de 52% de la población.

    Para el mismo año, Chiapas fue el estado con el mayor porcentaje de población en esta condición con 78.9%, dicho valor fue 4.2 puntos porcentuales menos que el registrado en el 2018 (83.1%).

    A nivel nacional, el porcentaje de población con carencia por calidad y espacios de la vivienda en 2020 registró el valor de 9.3% de la población con esta carencia.

    Chiapas ocupó la tercera posición a nivel nacional como las entidades con mayo porcentaje de su población con esta carencia, dicho valor fue 20%; mismo que registro un descenso de 3.6 puntos porcentuales en relación al año 2018 (23.6%).

    La dotación de servicios básicos ha sido contemplada en todo momento por los diferentes niveles de gobierno, para el año 2020 a nivel nacional, el porcentaje de población con carencia por acceso a estos servicios en la vivienda registró el valor de 17.9%.

    Chiapas ocupó la segunda posición a nivel nacional como las entidades con mayor porcentaje de su población con esta carencia, dicho valor fue 55.8%; registrando una disminución de 1.3 puntos porcentuales en relación al año 2018 (57.1%).

    El porcentaje de población con carencia por acceso a la alimentación nutritiva y de calidad a nivel nacional se ubicó en 22.5% para el año 2020.

    En lo que respecta al estado de Chiapas, se tiene que 24.5% de su población presenta esta carencia, dicho valor presentó una disminución de 1.2 puntos porcentuales en relación al año 2018 (25.7%).

    A nivel nacional, el porcentaje de población con ingreso inferior a la línea de pobreza extrema por ingresos fue de 17.2 para el año 2020.

    Chiapas fue el estado con el mayor porcentaje de población con esta carencia al registrar 44.1%, a pesar de lo anterior también fue el estado con la mayor disminución de dicho porcentaje al registrar 5.2 puntos porcentuales menos en relación al año 2018 (49.4%).

    A nivel nacional, el porcentaje de población con ingreso inferior a la línea de pobreza por ingresos alcanzó un valor de 52.8% para el año 2020.

    Chiapas, al igual que en el indicador anterior, fue el estado con el mayor porcentaje de población con esta carencia al registrar 78.8%, aún con lo anterior se ubicó dentro de las entidades que lograron reducir dicho porcentaje con 2.2 puntos porcentuales menos en relación al año 2018 (81%).

    Fuente: SH 19 de agosto de 2021

    Jueves, 12 de agosto de 2021

    Valor de la canasta alimentaria, julio 2021

    El valor de la Línea de Pobreza Extrema por Ingresos (canasta alimentaria) urbana pasó de $1,688.57 (julio de 2020) a $1,810.09 (julio de 2021), incrementó 7.2%, mientras que el valor de la Línea de Pobreza Extrema por Ingresos (canasta alimentaria) rural pasó de $1,287.59 (julio de 2020) a $1,383.84 (julio de 2021), incrementó 7.5%.

    Respecto a la variación mensual, el valor de la Línea de Pobreza Extrema por Ingresos (canasta alimentaria) urbana pasó de $1,793.40 (junio de 2021) a $1,810.09 (julio de 2021), incrementó 0.9%, mientras que el valor de la Línea de Pobreza Extrema por Ingresos (canasta alimentaria) rural pasó de $1,370.74 (junio de 2021) a $1,383.84 (julio de 2021), incrementó 1.0%.

    Fuente: CONEVAL 11 agosto de 2021

    Jueves, 5 de agosto de 2021

    CONEVAL presenta las estimaciones de
    pobreza multidimensional 2018 y 2020

    El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en cumplimiento con las disposiciones establecidas en los Lineamientos y criterios generales para la definición, identificación y medición de pobreza, publicados en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 30 de octubre de 2018,8 y derivado de cambios normativos y de investigaciones que fundamentan la incorporación de adecuaciones técnicas para reflejar los cambios sociales del país, actualizó la Metodología para la medición multidimensional de la pobreza en México.

    La tercera edición de la actualización de la Metodología para la medición multidimensional de la pobreza en México responde a dos elementos centrales: 1) cambios normativos aprobados por el Poder Legislativo a partir de 2010 y 2) cambios técnicos producto de los procesos de investigación realizados por el CONEVAL. Con ello, a partir de los resultados de 2020 y los presentados para 2018 comienza una nueva serie de medición de pobreza.

    Cabe señalar que, aunque dicha actualización implicó cambios en los criterios adoptados para la definición de los umbrales o la construcción de los indicadores, la metodología conserva los mismos fundamentos, criterios generales y la definición de pobreza multidimensional presentada en 2009.

    El CONEVAL en el marco de sus atribuciones y con base en información contenida en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2020, publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) el 28 de julio del presente año, da a conocer las estimaciones de pobreza multidimensional 2020 y su comparativo con 2018, con base en los Lineamientos 2018 iniciando con ello una nueva serie.

  • Entre 2018 y 2020, el porcentaje de la población en situación de pobreza aumentó de 41.9% a 43.9%, mientras que el número de personas en esta situación pasó de 51.9 a 55.7 millones de personas.

  • El porcentaje de la población en situación de pobreza extrema presentó un incremento de 7.0% a 8.5% entre 2018 y 2020 y el número de personas en situación de pobreza extrema aumentó de 8.7 a 10.8 millones de personas.

  • En términos de carencias sociales, el mayor cambio entre 2018 y 2020 es un aumento de 12.0 puntos porcentuales en la carencia por acceso a los servicios de salud, que pasó de 16.2% a 28.2%. Otras carencias que aumentaron en menor medida son el rezago educativo con un incremento de 0.25 puntos porcentuales y la carencia por acceso a alimentación nutritiva y de calidad (0.31 puntos porcentuales).

  • Por otro lado, entre 2018 y 2020, se observa una disminución a nivel nacional de los indicadores de la carencia por calidad y espacios de la vivienda y de la carencia por acceso a los servicios básicos en la vivienda con 1.7 puntos porcentuales cada una; así como de la carencia por acceso a la seguridad social, con 1.4 puntos porcentuales.

  • Entre 2018 y 2020, 19 entidades federativas presentaron un aumento en el porcentaje de la población en situación de pobreza. 4 Las tres entidades con mayores incrementos fueron: Quintana Roo (de 30.2% a 47.5%), Baja California Sur (de 18.6% a 27.6%) y Tlaxcala (de 51.0% a 59.3%), con 17.3, 9.0 y 8.3 puntos porcentuales más, respectivamente.

  • Entre 2018 y 2020, el porcentaje de la población hablante de lengua indígena en situación de pobreza aumentó de 75.8% a 76.8%7 y el de la población no hablante de lengua indígena en situación de pobreza cambió de 39.3% a 41.5%.

  • Entre 2018 y 2020, el ingreso corriente total per cápita disminuyó 6.9%. Esta reducción es producto de la caída de todas las fuentes de ingreso, salvo las transferencias monetarias totales, que aumentaron 16.2%, al pasar de $639.67 a $743.51.

  • Ante dicho contexto, los resultados de la medición de pobreza multidimensional 2020 permiten guiar y fortalecer la implementación de programas o acciones de política de desarrollo social enfocadas en alentar la recuperación del ingreso de las personas y la atención del conjunto de carencias sociales, con la coordinación interinstitucional de los tres niveles de gobierno.

    Fuente: CONEVAL 05 de agosto de 2021

  • Lunes, 12 de julio de 2021

    Valor de la canasta alimentaria junio de 2021

    El valor de la Línea de Pobreza Extrema por Ingresos (canasta alimentaria) urbana pasó de $1,679.08 (junio de 2020) a $1,793.40 (junio de 2021), incrementó 6.8%, mientras que el valor de la Línea de Pobreza Extrema por Ingresos (canasta alimentaria) rural pasó de $1,279.09 (junio de 2020) a $1,370.74 (junio de 2021), incrementó 7.2%.

    Respecto a la variación mensual, El valor de la Línea de Pobreza Extrema por Ingresos (canasta alimentaria) urbana pasó de $1,778.98 (mayo de 2021) a $1,793.40 (junio de 2021), incrementó 0.8%, mientras que el valor de la Línea de Pobreza Extrema por Ingresos (canasta alimentaria) rural pasó de $1,360.83 (mayo de 2021) a $1,370.74 (junio de 2021), incrementó 0.7%.

    Fuente: CONEVAL 12 julio de 2021

    Lunes, 12 de julio de 2021

    Informe de las Naciones Unidas: El año de la
    pandemia, dominado por un repunte del hambre mundial

  • El mayor aumento se registra en África. El mundo, que se encuentra en una coyuntura crítica, debe actuar ahora para invertir la situación para 2030.

    El hambre mundial empeoró de forma espectacular en 2020, según informaron las Naciones Unidas, y es probable que ello se deba en gran parte a la repercusión de la enfermedad por coronavirus (COVID-19). Aunque todavía no se ha cartografiado por completo el impacto de la pandemia*, en un informe preparado por varios organismos se estima que el año pasado estaba subalimentada cerca de la décima parte de la población mundial, lo cual puede suponer hasta 811 millones de personas. La cifra es indicio de que será preciso un esfuerzo tremendo para que el mundo cumpla su promesa de poner fin al hambre para 2030.

    La edición del año en curso de El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo es la primera evaluación mundial en su género realizada en tiempos de pandemia. La publicación del informe es obra conjunta de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

    Ya a mediados del decenio de 2010 el hambre había empezado a aumentar sigilosamente, frustrando las esperanzas de una disminución irreversible. Resulta perturbador que en 2020 el hambre se disparara en términos tanto absolutos como relativos superando al crecimiento demográfico: se estima que el año pasado padeció subalimentación cerca del 9,9 % de la población total, frente al 8,4 % registrado en 2019.

    Más de la mitad de la población subalimentada (418 millones de personas) vive en Asia; más de un tercio (282 millones) vive en África, y una proporción inferior (60 millones) vive en América Latina y el Caribe. Sin embargo, el aumento más acusado del hambre se registró en África, donde la prevalencia estimada de la subalimentación (21 % de la población) supera en más del doble a la de cualquier otra región.

    El año 2020 también fue sombrío en relación con otras mediciones. Globalmente, más de 2 300 millones de personas (el 30 % de la población mundial) carecieron de acceso a alimentos adecuados durante todo el año: este indicador, conocido como prevalencia de la inseguridad alimentaria moderada o grave, se disparó en un año tanto como en los cinco años anteriores combinados. La desigualdad de género se agudizó: en 2020, por cada 10 hombres que padecían inseguridad alimentaria, había 11 mujeres que la padecían (frente a 10,6 en 2019).

    Persistió la malnutrición en todas sus formas, que se cobró un precio alto entre los niños: se estima que en 2020 más de 149 millones de menores de 5 años padecieron retraso del crecimiento (su estatura era demasiado baja para su edad); más de 45 millones padecieron emaciación (su delgadez era excesiva para su altura), y casi 39 millones sufrieron sobrepeso***. No menos de 3 000 millones de adultos y niños seguían sin poder acceder a dietas saludables, en gran parte a causa de los costos excesivos. Casi un tercio de las mujeres en edad reproductiva padece anemia. A escala mundial, pese a los avances en algunos aspectos (por ejemplo, se alimenta a más niños pequeños exclusivamente con leche materna), el mundo no va camino de cumplir para 2030 las metas correspondientes a ninguno de los indicadores en materia de nutrición.

    A partir de las tendencias actuales, en El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo se estima que el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 (Hambre cero de aquí a 2030) quedará incumplido por un margen de casi 660 millones de personas. De esta cifra total, puede que unos 30 millones se deban a los efectos duraderos de la pandemia.

    Como se indicaba en el informe del año pasado, la transformación de los sistemas alimentarios es esencial para lograr la seguridad alimentaria, mejorar la nutrición y poner las dietas saludables al alcance de todos. En la edición del año en curso se pasa a exponer seis “vías de transformación” que, según afirman los autores, se basan en “un conjunto coherente de carteras de políticas e inversiones” dirigidas a contrarrestar los factores que determinan el hambre y la malnutrición.

    Fuente: FAO 12 de julio de 2021

  • Viernes, 2 de julio de 2021

    Gasto en ayuda social mitigó la pobreza generada por la pandemia,
    pero la brecha entre los países ricos y los pobres aumentó

  • Los países ricos gastaron hasta 212 veces más por persona que las naciones pobres en ayudas sociales para mitigar los efectos económicos sin precedentes de la pandemia.

    Un nuevo informe divulgado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) muestra que las políticas de asistencia en efectivo redujeron sustancialmente el número de personas que de otra forma habrían caído en la pobreza durante la pandemia de la COVID-19.

    Mitigación de la pobreza’. El informe incluye nuevos datos de cómo el gasto en ayudas sociales impidió que las personas quedaran en la pobreza.

    En los 41 países para los cuales hay datos, las medidas de ayuda social ayudaron a escapar de la pobreza a un 80% de las personas —12 millones de un total de 15 millones— que podrían haber quedado por debajo del umbral de pobreza de USD 1,90.

    Cuando los beneficios de las políticas de asistencia social se miden según umbrales de pobreza más altos en los mismos 41 países —por ejemplo, las personas que viven con USD 5,50 por día o menos en esas naciones —, desde marzo de 2020 se evitó que 31 millones de un total de 42 millones de personas cayeran en la pobreza.

    Si bien los beneficios generales de las estrategias de mitigación fueron sólidos, el estudio también revela que estos efectos se limitaron en gran medida a los países de ingresos altos e ingresos medianos altos, que pudieron destinar más dinero a las medidas de protección social.

    En el caso de los países de ingresos medianos, el gasto en ayuda social no alcanzó para impedir que el número de pobres aumentara, y en los países de ingresos bajos, fue imposible impedir la pérdida de ingresos.

    Los datos disponibles revelan diferencias abismales entre los países ricos y los pobres en lo referido a los fondos movilizados para preservar los ingresos y mitigar la pobreza. A nivel mundial, se invirtieron USD 2,9 billones en políticas de protección social, pero apenas USD 379 000 millones se destinaron a los países en desarrollo.

    Mientras que los países de ingresos altos han destinado una media de USD 847 per cápita a las políticas de protección social (asistencia social y seguros), los países de ingresos bajos e ingresos medianos han gastado apenas un promedio de USD 124 por persona. Si se consideran solo los países de ingresos bajos, la suma promedio per cápita destinada a la protección social alcanza a solo USD 4.

    El estudio también señala que haber destinado un ingreso temporal básico a todos los hogares pobres y vulnerables del mundo en desarrollo podría haber reducido el número de personas que cayeron en la pobreza extrema a nivel mundial.

    Las proyecciones del informe muestran que eso habría sido posible destinando apenas un 0,5% del PIB de los países en desarrollo a medidas de apoyo a los ingresos durante seis meses.

    “En el informe se incluyen algunas reflexiones sobre cómo la pandemia afectó a los hogares pobres y vulnerables en los países en desarrollo, pero también sobre la importancia de las opciones de política para mitigar los aumentos en la pobreza. La conclusión es que los países de ingresos bajos fueron incapaces de poner en marcha programas sólidos de asistencia social, lo que implica que no todos los países lograrán recuperarse de la pandemia al mismo ritmo”.

    Fuente: PNUD 01 de julio de 2021

  • Viernes, 25 de junio de 2021

    La crisis de la pandemia provoca una reducción
    de la clase media en América Latina y el Caribe

    La pandemia de COVID-19 empujó el año pasado a 4,7 millones de personas de la clase media a la vulnerabilidad o la pobreza en América Latina y el Caribe (ALC), posiblemente revirtiendo décadas de avances sociales, de acuerdo con un nuevo informe del Banco Mundial. El impacto es aún más dramático si el efecto de un programa de transferencias sociales de carácter masivo y temporal en Brasil es excluido de las proyecciones. Sin ese efecto brasileño, un total de 12 millones de personas en la región perdieron su lugar en la clase media en 2020.

    Lo mismo ocurre con la pobreza. A nivel regional, hubo 400.000 menos pobres en 2020, pero sin el efecto compensador de Brasil se calcula que unas 20 millones de personas cayeron en la pobreza en 2020, con un aumento adicional de 1,4 millones a causa del crecimiento poblacional, de acuerdo con El lento ascenso y súbita caída de la clase media en América Latina y el Caribe.

    En las últimas dos décadas, el número de personas que viven en la pobreza en la región se redujo a la mitad. La clase media (ingreso per cápita de entre US$13 y US$70 al día) superó a los vulnerables (ingreso de entre US$5,50 y US$13 al día) y pobres (por debajo de la línea de pobreza de US$5,50 al día) para pasar a ser el grupo más grande en 2018, pero ese crecimiento se estancó en los últimos años y la región fue una de las más afectadas por la pandemia del coronavirus en términos de costos sanitarios y económicos. En 2020, la clase media se redujo a 37,3% de la población, la clase vulnerable creció a 38,5% y los pobres representaron el 21,8% de la población de ALC.

    Si bien las medidas paliativas como los programas de protección social ayudaron a contener el impacto negativo en el corto plazo, sin una recuperación acelerada e inclusiva y niveles similares de medidas de mitigación, la pobreza podría crecer nuevamente en 2021. Garantizar un acceso amplio a las vacunas, implantar sistemas eficientes y efectivos para distribuirlas y administrarlas, y fortalecer los sistemas de salud en toda la región será clave para la recuperación.

    Asimismo, la crisis amplificó los efectos nocivos de la desigualdad en la región. Más de la mitad (54,4%) de los trabajadores de la región opera en el sector informal, nueve de cada diez trabajadores que viven en la pobreza se encuentran en el sector informal, y casi un tercio son empleados autónomos.

    No obstante, menos de uno de cada cuatro hogares cuenta con saneamiento adecuado, 9% carece de electricidad y apenas el 25% utiliza Internet en casa. De cara a la pandemia y la incertidumbre en curso, los gobiernos deben priorizar el acceso equitativo a los servicios esenciales.

    Los confinamientos subrayaron la importancia de un acceso amplio a Internet y métodos alternativos para adquirir bienes y servicios. Los países deben seguir invirtiendo en infraestructura digital para acelerar estos cambios y promulgar leyes para expandir la economía digital.

    Por otra parte, los programas de protección social deben reevaluarse para ajustar su alcance e incorporar nuevos beneficiarios. Las transferencias de ingreso son útiles para brindarles a los grupos vulnerables algún tipo de seguridad financiera durante los períodos de confinamiento, pero son temporales y podrían no ser suficientes para evitar una caída fuerte de la clase media.

    Fuente: BANCO MUNDIAL 24 de junio de 2021

    Miércoles, 23 de junio de 2021

    Atrapados: alta desigualdad y bajo
    crecimiento en América Latina y el Caribe

    La región se encuentra en una trampa de alta desigualdad y bajo crecimiento. La concentración de poder, la violencia, y las políticas de protección social ineficientes alimentan ese círculo vicioso y limitan el desarrollo humano.

    La brecha entre extrema riqueza y extrema pobreza y vulnerabilidad que caracteriza a la región quedó en evidencia como nunca y se profundizó aún más a raíz de la pandemia de la COVID-19. El Informe Regional de Desarrollo Humano 2021 “Atrapados: Alta Desigualdad y Bajo Crecimiento en América Latina y el Caribe”, lanzado de forma virtual por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), analiza la trampa en la que se encuentra sumida la región, que impide el avance hacia el logro de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible.

    A pesar de los avances de las últimas décadas, los países de América Latina y el Caribe son más desiguales que los de otras regiones con niveles similares de desarrollo, y sus indicadores sociales aún se encuentran por debajo de los esperados para su nivel de ingreso promedio.

    El informe explora tres factores que se repiten y retroalimentan el círculo vicioso de alta desigualdad y bajo crecimiento: la concentración de poder, la violencia en todas sus formas y las políticas de protección social que no funcionan bien.

    El documento señala que la concentración de poder en manos de unos pocos que defienden sus intereses privados es uno de los factores que conectan la alta desigualdad con el bajo crecimiento. A través de su influencia política, el poder mal utilizado distorsiona las políticas públicas y debilita las instituciones. Un ejemplo que se explora en el informe es el rol de las élites económicas en el bloqueo a reformas fiscales que apoyarían una forma más progresiva de redistribución. Para balancear la distribución de poder, el organismo sugiere explorar líneas de acción como la regulación del lobby y el financiamiento de las campañas políticas.

    También se destaca que la región es la más violenta del planeta, y advierte que si bien la desigualdad causa mayor violencia, la violencia también aumenta la desigualdad porque afecta de manera desproporcionada a las poblaciones más vulnerables, contribuyendo a perpetuar su estado de privación. La violencia limita también el crecimiento a través de su impacto sobre el capital humano (y la productividad) y sobre la inversión pública y privada que se ve distorsionada, así como por el gasto en seguridad y por la incertidumbre acerca de los derechos de propiedad.

    Entre las líneas de acción que propone el documento para abordar este tema, figuran el fortalecimiento de los sistemas de justicia local y la expansión de la atención en salud mental para las víctimas de violencia.

    El informe también se detiene en la fragilidad de los sistemas de protección social de la región, evidenciada en su limitada capacidad de respuesta durante la pandemia. La vinculación de los sistemas de aseguramiento frente a los riesgos con el empleo formal ha motivado a los gobiernos a crear sistemas paralelos, de menor calidad, para cubrir a las personas que quedan excluidas, que en la región son la mayoría. Los países de ALC tienen mercados laborales segmentados y sistemas de protección social que reproducen desigualdades e incentivan la organización de la producción en negocios muy pequeños y poco productivos. Para ello, el documento sugiere repensar la protección social para asegurar universalidad.

    Finalmente, el reporte plantea que las soluciones deben llevar a un mayor crecimiento con sostenibilidad ambiental, y a una mayor inclusión y movilidad social. Se trata de soluciones que requieren balancear el poder en el área de la definición de reglas y políticas, erradicar la violencia en todas sus formas y redefinir del ambiente institucional que constituye la esencia del contrato social: las oportunidades en el mercado laboral, la fiscalidad y la protección social.

    Fuente: PNUD 22 de junio de 2021

    Miércoles, 2 de junio de 2021

    Daños de la COVID-19 a largo plazo: Lenta
    recuperación del empleo y riesgo de mayor desigualdad

  • Las proyecciones de la OIT destacan el peligro de que la COVID-19 deje en el mercado laboral mayor desigualdad geográfica y demográfica, más pobreza y menos trabajos dignos.

    Según una nueva evaluación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la crisis del mercado de trabajo provocada por la pandemia de COVID-19 dista mucho de haber terminado, y al menos hasta 2023 el crecimiento del empleo no logrará compensar las pérdidas sufridas.

    Las proyecciones de la OIT recogidas en Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Tendencias 2021 indican que el déficit de puestos de trabajo derivado de la crisis mundial llegará a los 75 millones en 2021 para luego reducirse a 23 millones en 2022. El correspondiente déficit en horas de trabajo, que abarca el déficit de puestos de trabajo y la reducción de horas, equivale a 100 millones de empleos a tiempo completo en 2021 y a 26 millones de empleos a tiempo completo en 2022. Esta insuficiencia de puestos y horas de trabajo viene a añadirse a los persistentes niveles de desocupación, subutilización de la mano de obra y condiciones de trabajo deficientes anteriores a la crisis.

    En consecuencia, se prevé que en 2022 el número de personas desempleadas en el mundo se sitúe en 205 millones, muy por encima de los 187 millones de 2019. Esta cifra equivale a una tasa de desocupación del 5,7 por ciento. Antes del periodo de crisis de la COVID-19, solo se había registrado una tasa similar en 2013.

    Las regiones más afectadas en el primer semestre de 2021 han sido América Latina y el Caribe, y Europa y Asia Central. En ambas, la pérdida estimada de horas de trabajo superó el 8 por ciento en el primer trimestre, y el 6 por ciento en el segundo, mientras que a nivel mundial y en los mismos periodos las tasas fueron de 4,8 y 4,4 por ciento.

    La caída del empleo y de las horas de trabajo se ha traducido en una reducción drástica de los ingresos laborales y el consiguiente aumento de la pobreza. En comparación con 2019, a nivel mundial, la categoría de trabajadores pobres o sumamente pobres (es decir, que esas personas y sus familias viven con una suma inferior a 3,20 dólares de los Estados Unidos por persona al día) se ha engrosado con 108 millones de personas. Según el informe, “los cinco años de avance hacia la erradicación de la pobreza laboral se han perdido”, y ello empaña el horizonte de la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible de haber erradicado la pobreza en 2030.

    El informe concluye que la crisis de la COVID-19, ha afectado con más dureza a los trabajadores más vulnerables, de ahí que también haya agravado las desigualdades preexistentes. Dada la falta de protección social generalizada –por ejemplo, la de los 2000 millones de trabajadores del sector informal– las perturbaciones laborales relacionadas con la pandemia han tenido consecuencias catastróficas para los ingresos y los medios de subsistencias de las familias.

    Fuente: OIT 02 de junio de 2021

  • Jueves, 27 de mayo de 2021

    Líneas de Pobreza por Ingresos: estimación
    del bienestar económico de la población

    Las Líneas de Pobreza por Ingresos son una referencia monetaria que establece el CONEVAL para medir el bienestar económico de la población como parte de la medición multidimensional de la pobreza.

    Son dos las líneas que el CONEVA utiliza: Línea de Pobreza por Ingresos (LPI) y Línea de Pobreza Extrema por Ingresos (LPEI), las cuales nos permiten conocer si los ingresos de los hogares mexicanos, tanto en el ámbito rural como en el urbano, posibilitan que las familias adquieran los productos de la canasta alimentaria y la no alimentaria.

    La canasta alimentaria se compone de los víveres que al mes consumen las familias y su costo lo conforma la LPEI. El proceso para su construcción consiste en establecer los nutrientes que aportan los alimentos consumidos por los hogares; obtener el Coeficiente de Adecuación Energética; comparar el consumo real de calorías con el mínimo indispensable; seleccionar un Estrato Poblacional de Referencia (EPR), quiénes consumen lo requerido, así como conocer qué alimentos consumen y con qué frecuencia para determinar los alimentos en la canasta y el costo de esta.

    En tanto, las canastas alimentaria y no alimentaria forman el valor monetario de la LPI; esta se establece cuando se elige un EPR; se estipulan sus gastos en bienes o servicios no alimentarios como transporte, cuidado personal, vivienda, entre otros, y se contempla el gasto para tener esos productos y servicios después de cubrir el costo de la canasta alimentaria.

    Cada mes, el CONEVAL actualiza el valor monetario de las Líneas de Pobreza por Ingreso tanto para zonas rurales como urbanas. Para su construcción, retoma la información de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del INEGI. Es importante destacar que no deben considerarse como un patrón de consumo sugerido porque este depende de ciertos factores en cada hogar.

    Para conocer más sobre este tema, consulta Construcción de las Líneas de Pobreza por Ingresos. Documento metodológico.

    Fuente: CONEVAL 26 mayo de 2021

    Miércoles, 19 de mayo de 2021

    Un año en pandemia: Más de 5 millones de
    personas se sumaron a la pobreza laboral

  • El aumento observado en el año de la emergencia sanitaria por la covid-19 equivale a la población de Michoacán o Chiapas. El 30% de las nuevas personas con ingresos laborales ínfimos vive en la CDMX.

    México cerró el primer trimestre del año con 5 millones más de personas en pobreza laboral respecto al mismo periodo de 2020. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en el arranque del 2021 este indicador llegó a un nivel de 39.4%, un incremento anual de 3.8 puntos porcentuales, espacio en el que pasamos de ver a la covid-19 en las noticias internacionales a vivirla en nuestras casas.

    El Coneval dio a conocer los resultados del Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP) para el periodo enero-marzo de 2021. De acuerdo con esta información, la población cuyos ingresos no le permiten cubrir el costo de una canasta básica alimentaria aumentó de 45.1 a 50.1 millones de personas en un año. La tercera parte de quienes se sumaron a esta condición viven en la Ciudad de México.

    En su reporte, el organismo señala que la brecha en la distribución del ingreso también se amplió, y con ello la desigualdad. Las personas con menores percepciones son ahora más pobres. Las mujeres y las personas jóvenes e indígenas son las más afectadas. En cambio, quienes tienen los mejores ingresos en el país se han visto mínimamente afectados.

    Para efectos de esta medición, la población está dividida en cinco grupos o quintiles según sus ingresos laborales. La población en el primero de ellos percibía apenas 156.46 pesos en el primer trimestre de 2020. Pero para este trimestre sus ganancias bajaron 40% y llegaron a 92.69 pesos en promedio. Esa cifra ni siquiera equivale a un salario mínimo actual, que es de 141.7 pesos diarios.

    En el otro extremo, la población que más gana, y que se ubica en el quinto quintil, tuvo una reducción de 1.5% respecto a lo que obtenía a inicios del año pasado.

    La pandemia es la principal explicación de este aumento en la precariedad laboral, según el Coneval. En ello coincide Rogelio Gómez, pero para el exconsultor del Banco Mundial (BM), la reacción del gobierno federal también tiene gran relevancia en estos resultados.

    El país ha recuperado más de 10 millones de empleos de los 12 millones que perdió en el momento más álgido de la pandemia. Sin embargo, “es trabajo de menor calidad, con bajos salarios, sin contrato y seguridad social”.

    En su informe previo, correspondiente al periodo octubre-diciembre de 2020, el Coneval señaló que 40.7% de la población se encontraba en pobreza laboral. Es decir, si comparamos la situación de finales del año pasado con el primer trimestre de éste, la proporción de personas con ingresos ínfimos se redujo 1.3 puntos.

    El nuevo reporte del Consejo detalla que en 26 de las 32 entidades federativas aumentó la pobreza laboral. Sólo Nayarit, Chiapas, Oaxaca, Zacatecas, Tamaulipas y Campeche quedaron fuera de los números rojos. De hecho, reportaron que en este primer trimestre del año tienen a menos personas en esta condición que las que tenían a inicios de 2020.

    En contraparte, entre las entidades que más resultaron afectadas destaca principalmente la Ciudad de México. La capital del país tuvo un incremento de 14.9 puntos en su población que trabaja, invierte esfuerzo e incluso dinero y arriesga su salud en un momento como éste de pandemia, pero que lo que obtiene a cambio no le alcanza ni para lo más básico. En esta entidad la población en pobreza laboral aumentó de 28.3 a 43.2 por ciento.

    En los primeros meses de este año el ingreso laboral real fue de 2,039 pesos a nivel nacional. A la par que los ingresos de las personas tuvieron una disminución anual de 4.8%, los precios de los artículos que componen una canasta alimentaria aumentaron, señala el Coneval.

    Lo anterior tuvo efectos diferentes en las zonas rurales y urbanas. Y fue en las ciudades donde aumentó más el porcentaje de personas cuyo ingreso no alcanza para comprar los alimentos básicos. En el primer trimestre de 2020, el 31.7% de la población ocupada en una urbe estaba en pobreza laboral. Para enero-marzo de este 2021 ya eran 36.4 por ciento. Es decir, el incremento fue de 4.8 puntos.

    Había muchas más personas pobres por ingreso en las zonas rurales antes de la pandemia, y las sigue habiendo. Sin embargo, a inicios del año pasado el 48% de la población estaba en esa situación y ahora lo está el 48.9%, un aumento fue de 0.9 puntos.

    Fuente:EL ECONOMISTA 18 de mayo de 2021

  • Miércoles, 19 de mayo de 2021

    El Coneval presenta información referente a
    la pobreza laboral al primer trimestre de 2021

  • A partir de la información publicada por el INEGI, el CONEVAL da a conocer únicamente los resultados de la pobreza laboral para el primer trimestre de 2020 y el primer trimestre de 2021.

  • El CONEVAL cuenta con información de la evolución de la pobreza laboral y el ITLP en forma trimestral desde el 2005, con base en la información proveniente de la Encuesta Nacional de Ocupación de Empleo (ENOE) realizada por el INEGI.

  • La pobreza laboral (porcentaje de la población con un ingreso laboral inferior al valor de la canasta alimentaria) aumentó 3.8 puntos porcentuales a nivel nacional, al pasar de 35.6% a 39.4% entre el primer trimestre de 2020 y el primer trimestre 2021.

  • Entre los factores que explican el incremento anual de la pobreza laboral se encuentran la disminución anual de 4.8% en el ingreso laboral real y el aumento de las líneas de pobreza extrema por ingresos (valor monetario de la canasta alimentaria), de 3.7% en zonas urbanas y de 4.0% en zonas rurales.

  • La pobreza laboral aumentó en 26 de las 32 entidades federativas. Destacan Ciudad de México con un incremento de 14.9 puntos porcentuales; Quintana Roo con 10.1 y Baja California Sur con 8.3 puntos.

  • La disminución del ingreso laboral real promedio se concentra en el primer y segundo quintil de ingreso, con disminuciones del 40.8% y 11.5%, respectivamente, mientras que en el 20.0%
    de la población con mayores ingresos (quinto quintil) esta disminución es de 1.5%. Esto se tradujo en un aumento de la desigualdad del ingreso laboral que, medido a partir del coeficiente de Gini, el cual pasó de 0.490 a 0.512 en el mismo periodo.

  • En el primer trimestre 2021, el ingreso laboral real promedio de la población ocupada a nivel nacional fue de $4,456.58 al mes. El ingreso laboral mensual de los hombres ocupados durante este periodo fue $4,787.40 y el de las mujeres, $3,930.86. Lo que indica una brecha entre los ingresos laborales en este trimestre de $856.54.

  • Por otra parte, el ingreso laboral real de los ocupados indígenas fue de $2,173.14, menos de la mitad del ingreso laboral real de los ocupados no indígenas ($4,619.90); es decir, una brecha de $2,446.76.

    El poder adquisitivo del ingreso laboral real per cápita tuvo una disminución de 4.8% entre el primer trimestre 2020 y el primer trimestre 2021, al pasar de $1,919.84 a $1,827.39. Esta variación anual del ingreso laboral representa una pérdida de $92.46 pesos respecto al primer trimestre de 2020, antes del inicio de la pandemia por COVID-19.

    Durante el primer trimestre 2021, se observó un aumento del Índice de Precios al Consumidor (INPC) respecto al registrado en el mismo periodo del año anterior. La inflación promedio anual se ubicó en 4.0%, 0.6 puntos porcentuales superior a la del primer trimestre 2020 (3.4%). Este comportamiento en el nivel de precios se podría deber, en parte, al aumento en las variaciones anuales de los precios de los energéticos que se observaron en marzo 2021.

    En el primer trimestre 2021, en promedio, las líneas de pobreza extrema por ingresos (valor monetario de la canasta alimentaria) aumentaron anualmente 3.7% en zonas urbanas y 4.0% en zonas rurales.

    Asimismo, la variación de la línea de pobreza extrema por ingresos urbana fue inferior a la inflación anual promedio del trimestre (4.0%), mientras que la variación de la línea de pobreza extrema por ingresos rural fue similar a esta última.

    El porcentaje de la población con un ingreso laboral inferior al costo de la canasta alimentaria aumentó al pasar de 35.6% en el primer trimestre 2020 a 39.4% en el primer trimestre 2021. Entre los factores que explican este incremento se encuentra la disminución anual de 4.8% en el ingreso laboral real y el aumento en los precios del valor monetario de la canasta alimentaria durante el mismo periodo.

    Este mismo comportamiento se da en los ámbitos rural y urbano; sin embargo, destaca el incremento en el ámbito urbano de 4.8 puntos porcentuales al pasar de 31.7% a 36.4%, mientras que en el rural
    dicho incremento fue de 0.9 puntos porcentuales, al pasar de 48.0% a 48.9% durante este periodo

    El impacto generalizado de la emergencia sanitaria y las medidas adoptadas para mitigar la contingencia provocaron la contracción de la economía. No obstante, en periodos recientes diversos
    indicadores económicos han mostrado signos de recuperación. Por ejemplo, el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) con cifras desestacionalizadas, pasó de tener una variación anual promedio de -8.2% durante el tercer trimestre 2020 a -4.1% en el cuarto trimestre 2020. Sin embargo, para el primer trimestre 2021, la variación anual de enero y febrero de la actividad económica mostró disminuciones similares al trimestre inmediato anterior: -4.3% y -4.0%, dicho comportamiento podría estar relacionado en parte con el aumento de casos por COVID-19 durante estos periodos.

    Fuente: CONEVAL 18 mayo de 2021

  • Jueves, 13 de mayo de 2021

    Presenta el Coneval la Segunda Fase de la
    Plataforma para el Análisis Territorial de la Pobreza

  • La Plataforma para el Análisis Territorial de la Pobreza (PATP) es una herramienta que permite el análisis y divulgación de información geoespacial sobre la pobreza desde una perspectiva territorial.

  • La segunda fase de la PATP incorpora nuevos indicadores a la dimensión gobierno relacionados con programas sociales y la actualización de indicadores en las dimensiones económicas, sociodemográficas y geográficas.

  • Los nuevos indicadores en la dimensión gobierno refieren a la presencia de algunos programas sociales prioritarios del Gobierno federal en 2020 y su vínculo con la población en situación de pobreza en los municipios de México.

  • El programa Beca Universal para Estudiantes de Educación Media Superior Benito Juárez tuvo beneficiarios en 9 de cada 10 municipios del país. Y aunque en 1,203 municipios no se identificó población objetivo en situación de pobreza, sí existieron beneficiarios del programa.

  • En 2020, el programa Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores presenta en 3 de cada 4 municipios la relación de las participaciones de programas sociales y de la subpoblación en situación de pobreza con resultado menor a 1, lo que indica que hay mayor proporción de población adulta mayor en situación de pobreza, que personas beneficiarias en el municipio.

    El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) pone a disposición de la ciudadanía la segunda fase de la Plataforma para el Análisis Territorial de la Pobreza (PATP), herramienta que permite el análisis y la divulgación de información geoespacial sobre la pobreza desde una perspectiva territorial

    La PATP es un proyecto a largo plazo de actualización constante, en función de la disponibilidad de la información, y está organizada en cinco dimensiones: económica, sociodemográfica, infraestructura, geográfica y gobierno. Para cada dimensión, hay una serie de indicadores que están disponibles mediante visores geoespaciales que destacan las características y contextos específicos de los municipios orientados principalmente al análisis de la pobreza.

    La presentación de la segunda fase está enfocada, principalmente, en la incorporación de nuevos indicadores a la dimensión gobierno relacionados con programas sociales. De manera adicional, se realizó la actualización de algunos indicadores, lo cual fue posible por la reciente publicación de fuentes de información utilizadas para cada uno de estos.

    Los 14 nuevos indicadores que se integraron a la dimensión gobierno refieren a la presencia de algunos programas sociales prioritarios del Gobierno federal en 2020 y su vínculo con la población en situación de pobreza en los municipios de México. Para esto, se generaron dos tipos de indicadores: El primero es la Relación de las participaciones de programas sociales y de la población en situación de pobreza que es una comparación entre los beneficiarios de un programa y las personas en situación de pobreza de un municipio donde opera el programa. Este indicador se estimó para los siguientes programas sociales:

    La constante actualización de la PATP permite contar con una herramienta que facilita el análisis de las características específicas de los municipios de México a partir de cruces de información entre los distintos indicadores, en su versión más reciente, y las estimaciones de pobreza a nivel municipal generadas por el CONEVAL

    Fuente: CONEVAL 12 mayo de 2021

  • Miércoles, 5 de mayo de 2021

    La inseguridad alimentaria aguda
    alcanza su nivel más alto en cinco años

  • Los conflictos, las conmociones económicas —en particular debido a la COVID-19 y a las condiciones meteorológicas extremas— abocaron al menos a 155 millones de personas a la inseguridad alimentaria aguda en 2020.

    El número de personas que sufre inseguridad alimentaria aguda y necesita asistencia urgente para salvar su vida y salvaguardar sus medios de subsistencia alcanzó en 2020 su nivel más alto en cinco años en los países aquejados por crisis alimentarias, según se revela en un informe anual presentado por la Red mundial contra las crisis alimentarias, una alianza internacional de las Naciones Unidas, la Unión Europea (UE), organismos gubernamentales y no gubernamentales que trabaja para hacer frente conjuntamente a las crisis alimentarias.

    La seria advertencia formulada en el Informe mundial de 2021 sobre las crisis alimentarias pone de manifiesto que los conflictos o las conmociones económicas, a menudo relacionadas con la enfermedad por coronavirus (COVID-19) junto con las condiciones meteorológicas extremas, siguen abocando a millones de personas a la inseguridad alimentaria aguda.

    En el informe de la Red mundial contra las crisis alimentarias se revela que al menos 155 millones de personas se encontraban en contextos de crisis con una inseguridad alimentaria aguda o en situaciones peores (Fases 3 a 5 de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF/CH)) en 55 países o territorios en 2020 -un aumento de alrededor de 20 millones de personas respecto del año anterior- y se advierte seriamente de una tendencia preocupante: la inseguridad alimentaria aguda lleva aumentando de forma incesante desde 2017, año de la primera edición del informe.

    De dichas personas, en torno a 133 000 habían alcanzado en 2020 la fase más grave de inseguridad alimentaria aguda -la fase de catástrofe (Fase 5 de la CIF/CH)- en Burkina Faso, Sudán del Sur y el Yemen, donde fue preciso actuar urgentemente para evitar la muerte generalizada y el colapso de los medios de vida.

    Al menos otros 28 millones de personas se enfrentaron a niveles de emergencia (Fase 4 de la CIF/CH) de inseguridad alimentaria aguda en 2020 -lo que significa que se encontraban a un paso de la inanición -en 38 países o territorios donde la intervención urgente salvó vidas y salvaguardó los medios de subsistencia, además de evitar que la hambruna se propagase.

    Treinta y nueve países y territorios han padecido crisis alimentarias durante los cinco años que la Red mundial contra las crisis alimentarias ha venido publicando su informe anual; en esos países o territorios, la población afectada por altos niveles de inseguridad alimentaria aguda (Fases 3 a 5 de la CIF/CH) aumentó de 94 millones a 147 millones entre 2016 y 2020.

    Además, en los 55 países y territorios con crisis alimentaria que abarca el informe, más de 75 millones de niños menores de cinco años sufrían retraso del crecimiento (eran demasiado bajos) y más de 15 millones, emaciación (estaban demasiado delgados) en 2020.

    Las principales causas subyacentes de la creciente inseguridad alimentaria aguda de 2020 fueron:

  • Los conflictos (principal factor que abocó a casi 100 millones de personas a la inseguridad alimentaria aguda, respecto de los 77 millones de 2019);

  • Las conmociones económicas -a menudo debido a la COVID-19- ocuparon el lugar de los fenómenos meteorológicos como segunda causa de inseguridad alimentaria aguda en cuanto a número de personas y de países afectados (más de 40 millones de personas en 17 países o territorios, respecto de los 24 millones de personas y los ocho países de 2019);

  • Las condiciones meteorológicas extremas (más de 15 millones de personas, respecto de 34 millones).

    Si bien en 2021 los conflictos siguen siendo la principal causa de las crisis alimentarias, la COVID-19 y las medidas de contención de la enfermedad, así como los fenómenos meteorológicos extremos, continuarán exacerbando la inseguridad alimentaria aguda en las economías frágiles.

    “Un año después de que se declarase la pandemia de la COVID-19, las perspectivas para 2021 y posteriormente son sombrías. Los conflictos, las restricciones impuestas a raíz de la pandemia que han exacerbado las penurias económicas y la amenaza persistente de condiciones atmosféricas adversas probablemente sigan desencadenando crisis alimentarias”, afirmaron la UE, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas -miembros fundadores de la Red mundial- junto con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) en la declaración que publicaron con el informe.

    “La pandemia de la COVID-19 ha puesto de manifiesto la fragilidad del sistema alimentario mundial y la necesidad de sistemas más equitativos, sostenibles y resilientes para alimentar de forma nutritiva y sistemática a 8 500 millones de personas para 2030. Es necesaria una transformación radical de nuestros sistemas agroalimentarios a fin de lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”.

    “El carácter prolongado de la mayoría de las crisis alimentarias indica que las tendencias medioambientales, sociales y económicas a largo plazo agravadas por los crecientes conflictos y la inseguridad están menoscabando la resiliencia de los sistemas agroalimentarios. Si las tendencias actuales no se revierten, la frecuencia y la gravedad de las crisis alimentarias se incrementarán”.

    Para abordar esos desafíos, la Red mundial redoblará los esfuerzos para promover los sistemas agroalimentarios resilientes que sean sostenibles desde el punto de vista social, medioambiental y económico y apoyará grandes eventos este año, tales como la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios, el Convenio sobre la Diversidad Biológica, la Cumbre del Grupo de los Veinte (G-20), la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y la Cumbre sobre Nutrición para el crecimiento. Asimismo, cooperará con la iniciativa del Grupo de los Siete (G-7) para evitar la hambruna.

    La Red mundial hace hincapié en la necesidad de actuar urgentemente y con decisión y pide a la comunidad internacional que se movilice contra el hambre.

    Fuente: FAO 23 de abril de 2021

  • Lunes, 26 de abril de 2021

    El CONEVAL presenta el Índice de Rezago Social 2020
    a nivel entidad federativa, municipal y localidad.

  • Se presenta el Índice de Rezago Social 2020 (IRS) con el objetivo de contribuir al conjunto de herramientas que el CONEVAL pone a disposición de la ciudadanía y los gobiernos para identificar las zonas prioritarias del país en términos de desarrollo social y así apoyar a la toma de decisiones en materia de política social.

  • El Índice de Rezago Social incorpora indicadores de rezago educativo, acceso a los servicios de salud, calidad y espacios en la vivienda, servicios básicos en la vivienda, y, activos en el hogar.

  • En esta ocasión se presenta el Índice de Rezago Social 2020, con lo cual se cuenta con 20 años de información del grado de rezago social en nuestro país.

  • Para 2020, 108, 149 localidades contaban con información de rezago social, de las cuales 7,741 localidades (7.2% del total) estaban en muy alto rezago social; mientras que 17,292 localidades (16.0% del total) mostraron muy bajo rezago social.

  • En el 2021, el CONEVAL dará a conocer la medición de la pobreza a nivel nacional y estatal 2020, con la cual inicia un nuevo ciclo de comparabilidad 2018-2020, con la misma metodología utilizada desde 2008, pero con algunas actualizaciones de indicadores, desde el punto de vista normativo y técnico.

    El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) da a conocer los resultados de las estimaciones correspondientes al año 2020 del Índice de Rezago Social (IRS) a nivel entidad federativa, municipal y por localidad, con base en el Censo de Población y Vivienda 2020, publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI)

    El IRS no es una medición de pobreza, ya que no incorpora todas las dimensiones que la medición multidimensional de la pobreza debe de contemplar de acuerdo con la Ley General de Desarrollo Social, permite tener información de indicadores sociales desagregados hasta nivel localidad, con lo que CONEVAL contribuye con la generación de datos para la toma de decisiones en materia de política social.

    Es un indicador que es utilizado para el diseño de política pública que incorpora información de educación, acceso a servicios de salud, servicios básicos de la vivienda, calidad y espacios en la vivienda, y activos en el hogar. De esta forma, el IRS resume las cinco dimensiones mencionadas en un valor numérico, el cual permite clasificar a los estados, municipios y localidades en cinco grados de rezago social: muy alto, alto, medio, bajo y muy bajo.

    Resultados a Nivel Entidad Federativa 2020

    De las 32 entidades federativas, cuatro se encontraban en muy alto rezago social y, también cuatro presentaron un grado muy bajo de rezago social.

    Las entidades con mayor rezago social fueron Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Veracruz y Puebla.

    Las entidades con menor rezago social fueron Nuevo León, Coahuila, Ciudad de México, Aguascalientes y Colima.

    Resultados a Nivel Municipal 2020

    De los 2,469 municipios, solo 152 municipios, que representan 6.2% del total, mostraron un grado muy alto de rezago social; en tanto que 677 (27.4% del total) presentaron muy bajo rezago social.

    Los municipios con mayor rezago social fueron Batopilas de Manuel Gómez Morín en
    Chihuahua, Mezquital en Durango, Del Nayar en Nayarit, Cochoapa el Grande en Guerrero, Mezquitic en Jalisco, Chalchihuitán y Sitalá en Chiapas, San José Tenango en Oaxaca, Urique en Chihuahua y Mixtla de Altamirano en Veracruz.

    Las demarcaciones territoriales o los municipios con menor rezago social fueron Benito Juárez en Ciudad de México; Apodaca en Nuevo León; Coacalco de Berriozábal en el Estado de México; San Nicolás de los Garza en Nuevo León; Coyoacán y Miguel Hidalgo en Ciudad de México; Cuautitlán en el Estado de México; Guadalupe en Nuevo León; Cuauhtémoc y Azcapotzalco en Ciudad de México.

    Resultados a Nivel Localidad 2020

    Para este año 108, 149 localidades contaban con información de rezago social, de las cuales 7,741 localidades estaban en muy alto rezago social, lo que representa cerca del 7.2% del total de
    localidades; mientras que 17,292 localidades, que representan 16.0% del total, mostraron muy bajo rezago social.

    Respecto a las localidades, se encontró que, para 2020 las localidades con el IRS más alto fueron: El Sabino, Sinaloa; Sicochi, Chihuahua; La Guacamaya, Durango; San Jerónimo, Chiapas; Las Cruces, Nayarit; Ninguno, Jalisco; La Mesa de Papante, El Chalate, Rincón de Vinateros, El Rincón Grande, y Las Higueras, así como Mesa de Remisacachi y La Agüita, Chihuahua. Estas localidades cuentan con un grado de rezago social muy alto.

    En 2020, se identificaron 86 localidades que presentan el valor mínimo de IRS y que, en consecuencia, cuentan con un grado de rezago social muy bajo. A continuación, se muestra el cuadro con las localidades que presentan el menor nivel de IRS según entidad federativa.

    Baja California cuenta con 16 localidades con un IRS bajo, mientras que entidades como Campeche o Chiapas, registran una localidad con IRS bajo.

    La publicación del Índice de Rezago Social (IRS) 2020 para los niveles de entidad federativa, municipio y localidad abona a los esfuerzos del CONEVAL por ofrecer información actualizada que muestre las diferencias en el rezago social en el país y permita identificar los territorios o regiones que requieren atención prioritaria. Este Índice tiene la virtud de poder ordenar entidades federativas, municipios y localidades de mayor a menor rezago social en un momento en el tiempo; sin embargo, la técnica estadística utilizada para su cálculo (conocida como análisis de componentes principales) no permite la comparación de los valores del índice a lo largo del tiempo.

    Fuente: CONEVAL 26 abril de 2021

  • Martes, 20 de abril de 2021

    Los precios de los productos básicos se
    estabilizan tras los aumentos de principios de 2021

    Los precios de los productos básicos continuaron su recuperación en el primer trimestre de 2021, y se prevé que se mantendrán cercanos a los niveles actuales a lo largo del año, gracias al repunte de la economía mundial y a las mejoras en las perspectivas de crecimiento, según la publicación semestral Commodity Markets Outlook (Perspectivas de los mercados de productos básicos) del Banco Mundial.

    Sin embargo, el panorama futuro depende en gran medida de los avances en la contención de la pandemia de la COVID-19, así como de las medidas normativas de apoyo que adopten las economías avanzadas y las decisiones de producción de los principales generadores de productos básicos.

    Se estima que este año los precios de la energía aumentarán, en promedio, más de un tercio respecto de los valores de 2020, y que el petróleo se ubicará en un valor medio de USD 56 por barril. Se prevé que los precios de los metales aumentarán un 30 %, en tanto que los precios de los productos agrícolas se incrementarán casi un 14 %. Gracias al repunte de la actividad económica, así como a algunos factores específicos de la oferta, en particular en los sectores del petróleo, el cobre y algunos alimentos básicos, casi todos los precios de los productos básicos han superado los niveles previos a la pandemia.

    Tras los mínimos históricos alcanzados durante la pandemia, se observa una recuperación de los precios del petróleo crudo, respaldada por el acelerado repunte de la economía mundial y los continuos recortes a la producción promovidos por la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus socios. Se espera que la demanda se fortalezca durante 2021.

    Se prevé que los precios se ubicarán en un promedio de USD 60 por barril en 2022. Sin embargo, si las medidas de contención de la pandemia no prosperan, una nueva disminución de la demanda podría ejercer presión sobre los precios.

    Se estima que los precios de los metales retrocederán parcialmente respecto de los aumentos de este año, a medida que el crecimiento generado por los estímulos pierda su fuerza en 2022. Si algunas de las principales economías emergentes retiran los estímulos antes de lo previsto, los precios podrían inclinarse a la baja; sin embargo, la implementación de un importante programa de infraestructura en Estados Unidos podría ayudar a sostener los precios de los metales, entre ellos los del aluminio, el cobre y el mineral de hierro. Por otra parte, intensificar el avance de la matriz energética mundial hacia la descarbonización también podría fortalecer la demanda de metales.

    Los precios agrícolas han aumentado sustancialmente este año, en particular los de los productos alimentarios básicos, a raíz de la disminución de la oferta en América del Sur y la fuerte demanda de China. No obstante, la mayor parte de los mercados mundiales de alimentos básicos siguen estando adecuadamente abastecidos en comparación con los niveles históricos, y se prevé que los precios se estabilizarán en 2022.

    En una de las secciones destacadas de la publicación se investigan las repercusiones de los drásticos cambios en los precios de los metales sobre los países exportadores. Los metales, en particular el cobre y el aluminio, son una de las principales fuentes de ingresos por exportaciones para un 35 % de los mercados emergentes y las economías en desarrollo, y revisten una gran importancia en lo referido al crecimiento económico, la estabilidad macroeconómica y, por ende, la reducción de la pobreza. Dado que los precios de los metales responden principalmente a la demanda internacional, estos países pueden verse sumamente afectados por las recesiones mundiales, que pueden generar caídas tanto en los precios de los metales como en los ingresos por exportaciones. Las ganancias extraordinarias derivadas de los altos precios de los metales, que en general se extienden poco en el tiempo, deberían reservarse para enfrentar los efectos negativos y a más largo plazo de las disminuciones de los precios, que justificarían la adopción de políticas de apoyo.

    Fuente: BANCO MUNDIAL 20 de abril de 2021

    Lunes, 19 de abril de 2021

    América Latina y el Caribe es clave para
    alimentar a 10.000 millones de personas en 2050

  • Latinoamérica y el Caribe aportan el 14% de la producción mundial de alimentos. Su nueva misión regional es impulsar la transformación necesaria de los sistemas agroalimentarios para alimentar a 10.000 millones de personas en 2050.

    América Latina y el Caribe aporta el 14% de la producción mundial de alimentos y el 45% del comercio internacional neto de productos agroalimentarios, y sus sistemas agroalimentarios suponen hasta la mitad del empleo total, así como entre el 30 y el 40% del producto interior bruto económico.

    En la Revolución Verde de los años 60 y 70 que creció en México fue decisiva para acabar con las hambrunas en todo el mundo, la nueva misión, regional, es “impulsar la necesaria transformación de los sistemas agroalimentarios para que podamos alimentar a 10.000 millones de personas en 2050”.

    Para que llegue a producirse será necesario aumentar la productividad agrícola mediante sistemas agroalimentarios sostenibles con dietas seguras y saludables, una mayor eficiencia hídrica, la regeneración del suelo y el almacenamiento de carbono, menos gases de efecto invernadero, la preservación de los bosques tropicales y la biodiversidad y una mayor equidad para los pequeños agricultores, los pueblos indígenas y los jóvenes y mujeres del medio rural.

    La pandemia de COVID-19 ha producido un impacto negativo en el continente americano, donde se han producido casi la mitad de las muertes y los casos documentados de la enfermedad. A este dato negativo, se le añade la contracción de un 7,7% del PIB de América Latina y el Caribe en 2020 que ha provocado un retroceso sin precedentes en la lucha contra el hambre y la pobreza.

    “La mayor caída económica del mundo producto del COVID-19 se verá en América Latina y el Caribe. 2,7 millones de empresas han cerrado. La región podría tardar una década en volver al nivel prepandemia”.

    Fuente: ONU 16 de abril de 2021

  • Viernes, 16 de abril de 2021

    El Banco Mundial adelanta la AIF-20 para ayudar a los países
    más pobres a recuperarse de la crisis provocada por la COVID-19

    El Banco Mundial puso en marcha anticipadamente el vigésimo proceso de reposición de los recursos de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), su fondo para los países más pobres del mundo, con el objetivo de ayudar a dichos países a recuperarse de la crisis desatada por la COVID-19 e iniciar la transición hacia un desarrollo verde, resiliente e inclusivo. La vigésima reposición de los recursos de la AIF (AIF-20) concluirá en diciembre de 2021 con un paquete de políticas y financiamiento para apoyar a 74 países entre julio de 2022 y junio de 2025.

    “En 2020, la AIF aceleró sus compromisos de financiamiento para ayudar a los países más pobres del mundo a contener los impactos de la pandemia y sentar las bases para la recuperación. Me complace que nuestros accionistas hayan acordado una reposición anticipada para que la AIF pueda continuar con estos esfuerzos”.

    “La AIF es una plataforma sumamente eficaz que consolida los recursos mundiales de los donantes y los mercados de capital para respaldar programas y gastos de desarrollo nacionales bien orientados. Para proporcionar a los países más pobres el financiamiento en condiciones concesionarias y las donaciones que necesitan con tanta urgencia en este momento, será imprescindible lograr que para diciembre de 2021 tenga lugar una AIF-20 ambiciosa y exitosa”.

    El ciclo de tres años de la AIF-19 comenzó en julio de 2020 con USD 23 500 millones en contribuciones de donantes destinadas a proporcionar un financiamiento total de USD 82 000 millones a los países de la AIF. Casi la mitad de este monto se ha comprometido para ayudar a los países más pobres del mundo en el primer año del ciclo de la AIF-19, por lo que es necesario acelerar la AIF-20 a fin de que los países puedan disponer de recursos financieros adicionales para atender sus necesidades de desarrollo urgentes. En febrero de 2021, los representantes de los donantes y los prestatarios de la AIF acordaron realizar la AIF-20 un año antes de lo previsto debido a las presiones de la crisis provocada por la COVID‑19.

    En el marco del tema “Construir mejor tras la crisis: hacia un futuro verde, resiliente e inclusivo”, el proceso de la AIF-20 se basará en los avances logrados en la AIF-19 y en la misión del Banco Mundial y su respuesta a la COVID-19. Los representantes de los donantes y los prestatarios de la AIF acordaron que en el marco de políticas de la AIF-20 se mantendrán los cuatros temas especiales de la AIF-19 (cambio climático; fragilidad, conflicto y violencia; género, y empleo y la transformación económica), y se incorporará el capital humano como el quinto tema especial. En la AIF-20 también se profundizarán los esfuerzos de recuperación haciendo hincapié en cuatro cuestiones transversales: preparación para la crisis; sostenibilidad y transparencia de la deuda; gobernanza e instituciones, y tecnología.

    Fuente: BANCO MUNDIAL 15 de abril de 2021