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CONEVAL – Persiste brecha entre mujeres y hombres en participación económica

Persiste brecha entre mujeres y hombres
en la participación económica

  • De acuerdo con el Informe sobre Pobreza y Género 2008-2018, el promedio a nivel nacional del trabajo doméstico o de cuidados no remunerados se ubicó en 27.8 horas semanales para las mujeres y 15.2 para los hombres en 2018.

  • La brecha entre mujeres y hombres en la tasa de participación económica descendió 8.1 puntos porcentuales entre 2008 y 2018, aun así, la brecha persiste, misma que se acentúa en situación de pobreza. La tasa de participación de las mujeres en este último año a nivel nacional se ubicó en 52% y en los hombres fue de 83%.

  • De acuerdo con los últimos datos disponibles de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nueva Edición (ENOEN ), entre el cuarto trimestre de 2019 y el de 2020, la Población No Económicamente Activa (PNEA) de mujeres, que reportó quehaceres domésticos como ocupación, aumentó más que en los hombres, en ellas fue de 1.3 millones (21.0 millones al final del periodo), y en ellos de 0.5 millones (1.7 millones al final del periodo).

    En el marco del Día Internacional de la Mujer, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) presenta el Informe sobre Pobreza y Género 2008-2018, el cual consta de un sistema de 30 indicadores que abarcan tanto el ámbito doméstico como el extradoméstico, en los que se consideran los derechos a la salud, seguridad social, educación, alimentación, vivienda, trabajo, así como los ingresos y las características de los hogares.

    Asimismo, y para aportar información ante el contexto de la pandemia generada por el virus SARSCoV-2 (COVID-19), se incluyen en este comunicado algunos de los impactos que esta pandemia ha generado en el trabajo doméstico o cuidados no remunerados, así como en empleo de las mujeres.

    Esta información no forma parte del Informe sobre Pobreza y Género 2008-2018, el cual tiene un periodo de análisis más amplio. Sin embargo, para el CONEVAL es importante aportar la mayor cantidad de datos posibles en el contexto actual.

    Usualmente, el trabajo doméstico y de cuidados no remunerados ha sido realizado principalmente por las mujeres. De acuerdo con el Informe sobre Pobreza y Género 2008-2018, específicamente en el cuidado de otras personas del hogar, en 2018 las mujeres destinaron entre 1.2 veces y el doble de horas con respecto a los hombres.

    El promedio a nivel nacional de este trabajo de cuidados se ubicó en 27.8 horas semanales para las mujeres y 15.2 para los hombres. En cuanto a los quehaceres domésticos las mujeres dedicaron entre 2.2 y 3.2 veces más, presentándose las brechas más amplias en situación de pobreza. A nivel nacional, ellas destinaron en promedio 22.0 horas semanales, mientras que ellos dedicaron 8.2 horas.

    En cuanto a los quehaceres domésticos, las mujeres en situación de pobreza presentaron un incremento de 2.3 horas, mientras que para las mujeres que no estuvieron en situación de pobreza fue de una hora, y para los hombres de 0.4 horas indistintamente de su situación de pobreza.

    El aumento del trabajo del hogar a causa de la pandemia es originado por el incremento de las horas dedicadas a la educación y a la recreación de la población infantil ante la suspensión de la educación presencial, el tiempo destinado al cuidado de las personas enfermas por la COVID-19, las horas adicionales que se requieren para la limpieza ante el mayor tiempo que se convive en el hogar y por las medidas de contención del contagio, entre otras. En la mayoría de los hogares han sido asumidas estas actividades por las mujeres, ante los roles de género que las sitúa como las principales responsables del trabajo doméstico o de cuidados no remunerados.

    Entre el tercer trimestre de 2019 y 2020 la población femenina que no contaba con empleo y que reportó los quehaceres domésticos como su ocupación, aumentó en 1.6 millones (para un total de 21.4 millones al final del periodo), mientras que, en los hombres, el incremento fue menor, de 0.7 millones (1.8 millones al final del periodo). También entre el cuarto trimestre de 2019 y 2020, la PNEA de mujeres que reportó las labores domésticas como su ocupación aumentó más que en los hombres, en ellas fue de 1.3 millones (21.0 millones al final del periodo), y en ellos de 0.5 millones (1.7 millones al final del periodo).

    La disminución de la Población Económicamente Activa (PEA) de mujeres fue mayor respecto de la PEA de hombres, ya que entre el tercer trimestre de 2019 y 2020 disminuyó en 9.7%, situándose en 20.2 millones al final de este periodo, mientras que la PEA de hombres decreció en 4.0%, al ubicarse en 33.6 millones.

    Para el cuarto trimestre de 2020, si bien se observa una mayor participación económica para mujeres y hombres, en las mujeres la recuperación fue menor. La PEA de hombres aumentó a 34.2 millones, cifra que es 1.7% menor respecto del mismo trimestre del año anterior, mientras que la PEA de mujeres se incrementó a 21.7 millones, nivel aun 5.0% menor respecto del mismo trimestre del año anterior.

    La mayor pérdida de empleos en las mujeres fue de tipo informal, que se extiende entre el 50% y 60% de la población ocupada de mujeres en el periodo de estudio (tercer y cuarto trimestre de 2019 y 2020). Entre el tercer trimestre de 2019 y 2020, la población ocupada de mujeres en informalidad laboral descendió 18.2%, mientras que la disminución del empleo formal fue de 0.6%. Entre el cuarto trimestre de 2019 y 2020, la caída de empleo informal en las mujeres fue de 9.4%, y el formal de 1.3%.

    En hombres, entre el tercer trimestre 2019 y 2020, la pérdida del empleo informal fue mayor ante una caída de 6.7%, mientras que el formal cedió en 4.1%. Para el cuarto trimestre, el comportamiento fue a la inversa, la mayor caída se presentó en el empleo formal ante una reducción del 3.8%, mientras que el formal cedió 2.6%. El empleo informal para los hombres se extiende en torno al 55 % en los dos periodos de estudios considerados.

    En cuanto a los ingresos laborales se advierte un aumento en la concentración tanto de las mujeres como de los hombres ocupados en los rangos bajos de salarios mínimos percibidos. En el cuarto trimestre de 2019, 59.6% de los hombres ocupados percibían menos de dos salarios mínimos y 40.4% más de dos salarios mínimos; un año después, en el cuarto trimestre de 2020, estas proporciones cambiaron a 68.2% y 31.8%, respectivamente. En el mismo sentido, las mujeres ocupadas que ganaban menos de dos salarios mínimos aumentaron de 74.5% a 77.8% entre el cuarto trimestre de 2019 y el cuarto trimestre de 2020, mientras que, las que ganaban más de dos salarios mínimos disminuyeron de 25.5% a 22.2% en el mismo periodo.

    La brecha salarial entre mujeres y hombres aumentó en dos subsectores en las que predomina la participación de las mujeres, a saber, en el subsector de comercio: en el cuarto trimestre de 2019, las mujeres ganaban aproximadamente 1,500 pesos mensuales menos que los hombres, y para el cuarto trimestre de 2020, las mujeres percibieron 1,600 pesos mensuales menos que los hombres.

    El segundo subsector donde aumentó la brecha fue en el de servicios diversos ya que, en el cuarto trimestre de 2019, las mujeres ganaban aproximadamente 1,800 pesos mensuales menos que los hombres, y para el cuarto trimestre de 2020 percibieron 1,900 pesos mensuales menos.

    Fuente: CONEVAL 08 de marzo de 2021