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FAO – Las plantas vitales para la alimentación humana se enfrentan a la amenaza creciente de plagas y enfermedades

 

 

Las hormigas invasoras que devoran los cultivos, o el pernicioso “síndrome de decaimiento rápido del olivo”, que seca las hojas y marchita las ramas de este árbol, son sólo algunas de multitud de amenazas para la sanidad vegetal que se están propagando con mayor facilidad en un mundo cada día más globalizado.

 

Expertos internacionales iniciaron hoy en la FAO una reunión centrada en las formas más efectivas para evitar que insectos, bacterias, virus y las malas hierbas infesten frutas, hortalizas y otros tipos de plantas y alimentos que se comercializan a diario en el mundo.

 

La reunión anual de la Comisión de Medidas Fitosanitarias (CMF), el órgano de gobierno de la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF), reúne a especialistas de alto nivel de sanidad vegetal de los 182 países firmantes, así como de diversas organizaciones internacionales y el sector privado.

 

El tema elegido este año “Sanidad vegetal para la seguridad alimentaria”, subraya el vínculo entre el compromiso de la comunidad internacional de erradicar el hambre en 2030 y el papel fundamental desempeñado por las plantas en la alimentación humana.

 

Cada año se comercializan a nivel internacional productos agrícolas por valor de 1,1 billones de dólares EEUU, de los que más del 80 por ciento del total son alimentos.

 

Al mismo tiempo, la FAO estima que entre el 20 y el 40 por ciento del rendimiento de las cosechas mundiales se reduce cada año por los daños causados por las plagas y enfermedades de las plantas. Muchas de ellas se propagan a través de las fronteras con el transporte de mercancías, encontrando nuevos hábitats en los que reproducirse o entornos en los que propagarse debido también a los efectos del cambio climático.

 

La tarea de la CMF consiste -entre otras-, en examinar y establecer normas internacionales sobre medidas fitosanitarias que establecen cómo deben manejarse las plantas y productos vegetales durante el desplazamiento y transporte. También aprueban las formas de apoyar a los países en desarrollo a mejorar la eficacia de sus organizaciones nacionales de protección fitosanitaria.

 

Una vez que las plagas infestan una zona geográfica determinada y se han establecido, son casi imposibles de erradicar y costosos de gestionar. Como el caso de las hormigas invasoras -que suponen una amenaza particular para las comunidades insulares y los países en desarrollo-, que han llevado a un uso creciente de pesticidas que son peligrosos para la salud humana y el medio ambiente.

 

 

Fuente: FAO 04.Abril.2016