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PNUD – Hartos: es hora de repensar los sistemas alimentarios

Hartos: es hora de repensar los sistemas alimentarios

  • Cómo cambiar la forma en que comemos puede contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

    La comida es mucho más que lo que ponemos en nuestro cuerpo. A nivel humano, es una parte profundamente importante de nuestra cultura e historia, ligada a nuestro sentido de identidad, familia y comunidad. En perspectiva, se trata de ver la comida como parte de un “sistema”: la forma en que cultivamos, producimos y distribuimos se vuelve logístico, geopolítico, global y profundamente entrelazado con el cambio climático.

    Los subsidios agrícolas son una gran parte del problema. Un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP por sus siglas en inglés) revela que de los US$ 540.000 millones gastados en subvenciones, la gran mayoría de ellos (el 87%) provoca distorsiones de precios y fomenta prácticas que dañan el medio ambiente y benefician de forma desproporcionada a los grandes productores a expensas de los pequeños agricultores.

    La COVID-19 ha demostrado lo que ya sabemos que está mal en las cadenas alimentarias modernas: son inestables, insostenibles e injustas.

    El Programa Mundial de Alimentos (WFP por sus siglas en inglés) estima que el número de personas que padecen hambre aumentó en 161 millones entre 2019 y 2020, hasta 811 millones. El hambre aguda está en su punto más alto en cinco años.

    El Índice de Precios de los Productos Básicos Agrícolas es el más alto desde 2013 y en junio de este año había aumentado un 33% más que en enero de 2020.

    El Banco Mundial pronostica que el impacto de la COVID-19 en las cadenas alimentarias continuará en 2022 y podría revertir el aumento de años de vida humana. Sin embargo, incluso antes de la pandemia, el cambio climático, los peligros naturales y los conflictos planteaban graves amenazas para la seguridad alimentaria.

    Mientras los pobres luchan, los países ricos producen y desperdician cada vez más, dependiendo de una agricultura destructiva impulsada por el deseo de más productos animales. Esto, a su vez, está destruyendo las tierras restantes que todavía están vírgenes.

    Sin una nutrición adecuada, una agricultura sostenible y un trato justo para todas aquellas personas que producen, cosechan y distribuyen alimentos, no puede haber prosperidad, paz, justicia o igualdad.

    Para alcanzar los ODS y la Agenda 2030, la forma en que producimos los alimentos y los tipos de alimentos que comemos también debe cambiar.

    Los sistemas alimentarios agrícolas tienen un papel fundamental para acabar con la pobreza, erradicar el hambre y reducir las desigualdades.

    El PNUD trabaja a todos los niveles de producción de alimentos y con familias y agricultores de todo el mundo para eliminar los eslabones innecesarios de la cadena y garantizar que los alimentos nutritivos lleguen a quienes más los necesitan.

    Nuestra red SDG Impact Accelerator está trabajando para cambiar la forma en que pensamos y practicamos la agricultura. La agricultura digital y la agricultura de precisión permiten acceder a datos concretos a tiempo real a través de sensores, GPS y medidores de flujo, lo que permite a los agricultores mejorar la calidad y la productividad del suelo.

    Fuente: PNUD 20 de septiembre de 2021