CEIEG.


SEMARNAT – Día Nacional del Maíz

Día Nacional del Maíz

  • Estrecho vínculo de los nacidos en este país con la milpa… el elote… la mazorca…

    Una espigada planta tiene raíces en la cosmogonía de nuestros pueblos precolombinos que se llamaban a sí mismos: hijos del maíz. Ellos y ellas domesticaron al silvestre teocintle que les dio identidad, alimento y cura, y que marcaba sus calendarios de siembra, de cosecha, de arquitectura, de celebraciones. Nos legaron así una cultura cuyo eje es el maíz, grano que cuenta con 64 razas, más de 300 variedades y una amplia gama de colores y tamaños.

    El cereal mexicano es y ha sido celebrado por pueblos y comunidades del país. En el siglo XV, donde hoy es el estado de Oaxaca, se ofrendaban danzas y música a Centéotl, la diosa del maíz, en la Guelaguetza; mientras los mexicas rendían tributo a Centeotlcíhuatl, patrona mexica de la vegetación, especialmente del maíz, y de la fertilidad.

    n nuestros días, cada 28 de septiembre se festeja el axoxtia, o enfloramiento de las milpas, por los primeros elotes que se dan gracias a nuestra Madre tierra y a Totahtzin, el Padre respetado; es la fiesta de la Virgen del Maíz en la parroquia del Teopantlán, Puebla, y la mayoría de los 644 pueblos mexicanos que llevan el nombre de San Miguel Arcángel, honran el 29 de septiembre a este santo al que atribuyen luchar contra el mal y proteger la milpa.

    Ese sincretismo o fusión de las creencias religiosas prehispánicas y coloniales dieron origen al Día Nacional del Maíz, el 29 de septiembre. En 2009 la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo, A.C. (ANEC), promovió esta efeméride e impulsó el movimiento social Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País, con la intención de unir a toda la población mexicana “del campo y de las ciudades, para celebrar la diversidad de los maíces nativos, la agrobiodiversidad y la diversidad biocultural en nuestro país”.

    La iniciativa ciudadana inspirada en los festejos que muchas familias campesinas mexicanas realizan en sus milpas para cosechar los primeros elotes cada 29 de septiembre en honor a San Miguel Arcángel, la impulsaron más de 300 comunidades campesinas e indígenas, productores y productoras de maíz de pequeña y mediana escala, organizaciones académicas, ambientalistas, de consumo, cooperativas y defensoras de derechos humanos.

    La ANEC argumentó también: “Celebramos al maíz y la milpa, pero también reconocemos que es urgente continuar trabajando para revalorar y defender la producción de semillas y alimentos por parte de las comunidades campesinas e indígenas y para lograr mejores condiciones de vida para todas y todos”.

    Han alertado sobre los bienes comunes como el agua, los bosques, las selvas, el suelo, las semillas nativas —entre ellas la del maíz—, que están en riesgo de ser privatizados, contaminados y agotados, por lo que “es necesario garantizar nuestros derechos humanos a la alimentación sana y suficiente, a la salud, a la biodiversidad y a un ambiente sano”.

    Para la Comisión de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural de la Cámara Alta, “es muy importante para México rescatar la autosuficiencia alimentaria, y por ende al maíz como el principal alimento de la población y parte de su cultura e historia del país, donde se reconocen 300 variedades derivadas de 64 razas de maíces nativos en el territorio nacional”.

    En la actualidad, México se ubica en el quinto lugar de producción de maíz en el mundo, al ofertar el 2.2%, con 21.6 millones de toneladas en promedio y una tasa de crecimiento de 2%. Del total de maíz producido en México, el 57% se destina al consumo humano, 29% al consumo animal y 20% a la industria, y son los principales productores: Sinaloa, con 26%; Jalisco, 12.6; Estado de México, 6.5; Chiapas, 6.0; Michoacán, 5.9, y Veracruz 5.7%.

    El maíz se domesticó, se ha dispersado y es parte de la riqueza de nuestro país desde hace más de 10 mil años.

    Fuente: SEMARNAT 29 de septiembre de 2021