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UNICEF – La alimentación de los niños pequeños no ha mejorado en la última década y “podría empeorar aún mucho más” con la COVID-19

 

La alimentación de los niños pequeños no ha mejorado en la última
década y “podría empeorar aún mucho más” con la COVID-19

  • Durante el periodo crucial en el que los niños comienzan a realizar la transición hacia los alimentos sólidos, solo 1 de cada 3 recibe una alimentación lo suficientemente variada como para poder crecer adecuadamente

    Según un nuevo informe publicado por UNICEF, los niños y niñas menores de 2 años no reciben los alimentos o nutrientes que necesitan para prosperar y crecer de manera adecuada, y esta situación provoca daños irreversibles en su desarrollo.

    ¿Una alimentación para el fracaso? La crisis de la alimentación infantil en los primeros años de vida, un informe publicado en vísperas de la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios de las Naciones Unidas, que se celebra esta semana, advierte que el aumento de la pobreza, la desigualdad, los conflictos, las catástrofes relacionadas con el clima y las emergencias de salud, como la pandemia de COVID-19, están contribuyendo a provocar una crisis nutricional entre los niños de corta edad que apenas ha dado señales de mejora en los últimos diez años.

    En un análisis realizado en 91 países, el informe concluye que sólo la mitad de los niños de entre 6 y 23 meses se alimentan diariamente con el número mínimo de comidas recomendado, mientras que sólo una tercera parte consume el número mínimo de grupos de alimentos que necesitan para desarrollarse. Un análisis más detallado de 50 países con datos de tendencias disponibles indica que estas pautas, que revelan una alimentación deficiente, han persistido a lo largo de la última década.

    Los niños pueden sufrir las secuelas de una alimentación y unas prácticas alimentarias deficientes durante el resto de sus vidas. Una ingesta insuficiente de los nutrientes que se encuentran en las verduras, las frutas, los huevos, el pescado y la carne, todos ellos necesarios para apoyar el crecimiento a una edad temprana, agravan el peligro que corren los niños y las niñas de sufrir deficiencias en su desarrollo cerebral y su aprendizaje. También aumentan la vulnerabilidad de su sistema inmunológico y la posibilidad de padecer infecciones que podrían provocarles la muerte.

    A nivel mundial, UNICEF calcula que más de la mitad de los niños menores de 5 años con emaciación –unos 23 millones de niños– son menores de 2 años, mientras que la prevalencia del retraso del crecimiento aumenta rápidamente entre los 6 meses y los dos años, ya que la alimentación de los niños no se ajusta a sus crecientes necesidades en materia de nutrición.

    Según el informe, los niños de entre 6 y 23 meses que viven en zonas rurales o en hogares pobres tienen muchas más probabilidades de recibir una alimentación deficiente en comparación con sus pares urbanos o más ricos. En 2020, por ejemplo, la proporción de niños alimentados con el número mínimo de grupos de alimentos recomendados era dos veces mayor en las zonas urbanas (39%) que en las rurales (23%).

    Para ofrecer alimentos nutritivos, sanos y asequibles a todos los niños, el informe hace un llamamiento a los gobiernos, los donantes, las organizaciones de la sociedad civil y los actores del desarrollo para que trabajen conjuntamente en la transformación de los sistemas de alimentación, salud y protección social, tomando varias medidas esenciales.

    El informe señala que el progreso es posible mediante la inversión. En América Latina y el Caribe, por ejemplo, casi dos tercios (62%) de los niños de 6 a 23 meses se alimentan con un régimen alimenticio mínimamente diverso, mientras que en África Oriental y Meridional (24%), África Occidental y Central (21%) y Asia Meridional (19%), menos de uno de cada cuatro niños pequeños recibe una alimentación mínimamente diversa. Es necesario invertir en todas las regiones para garantizar que todos los niños se beneficien de un régimen alimentario variado que les permita prevenir todas las formas de malnutrición y crecer, desarrollarse y aprender hasta alcanzar su máximo potencial.

    Fuente: UNICEF 22 de septiembre de 2021