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AGUA – Latinoamérica: el agua todavía no es para todos

 

 

 

En América Latina 34 millones de personas no tienen acceso al agua potable. El reto de los gobiernos es distribuir el líquido, pues la región cuenta con grandes manantiales, ríos caudalosos, selvas y bosques. A través del CAF se construye la infraestructura para llevar el agua donde se necesita. Pero no todos los países caminan en ese sentido.

 

 

Si bien Latinoamérica cumplió los Objetivos de Desarrollo del Milenio en materia de agua potable al lograr una cobertura bastante alta en la mayoría de los países, llegar al último segmento de la población constituye el logro más difícil y costoso.

 

Tanto es así que actualmente aún más de 34 millones de personas en la región no tienen acceso al agua potable y más de 106 millones no disponen de instalaciones mejoradas de saneamiento, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Banco de Desarrollo de América Latina (Corporación Andina de Fomento, CAF).

 

Al poseer la mayor disponibilidad promedio de agua del mundo, alrededor de 24 mil 400 metros cúbicos por persona, la región está obligada a resolver la disponibilidad y la seguridad del agua, y por supuesto el actual patrón de su uso sostenible.

 

Sobre el asunto, el CAF considera una meta realista lograr la cobertura universal del agua y saneamiento para 2030, y confía en que tendrá impactos de inclusión y equidad en la sociedad latinoamericana.

 

El vicepresidente corporativo de Desarrollo Social y Ambiental de ese ente emisor, José Carreras, aseguró recientemente que ello será posible “si se invierte el 0.3 por ciento del producto interno bruto en nuevas infraestructuras y se continúa con la inversión anual que ya se lleva a cabo”.

 

Para el directivo, el reto en América Latina es llegar a los sectores más pobres, porque las partes más acomodadas ya tienen agua de buena calidad, y que las comunidades incluyentes sustituyan a las segmentadas en las que la calidad de los servicios varían en función del estatus social.

 

De ahí que los esfuerzos deben dirigirse a las zonas marginales, rurales e indígenas, al considerarlas la parte poblacional más vulnerable de la región en este aspecto, sobre la base de que el 80 por ciento de la población vive en zonas urbanas mientras que el 20 restante reside en áreas rurales.

 

En esas cifras sobresale que entre el 25 y el 50 por ciento de los que se encuentran en ciudades viven en barriadas o favelas sin los servicios de agua y alcantarillado, por lo que se convierten junto a los habitantes afectados del campo en el sector prioritario de intervención, apuntó Carreras.

 

Vale recordar que América Latina destaca por ser la región más desigual del mundo y, por lo tanto, es la que presenta la peor distribución de ingresos. En los últimos años, no obstante, ha logrado, en general, un progreso considerable en materia de economía y estabilidad política, y avances en la lucha contra la pobreza.

 

Pero aún, y pese a sus caudalosos ríos, espesos bosques y selvas, la región latinoamericana padece la escasez del preciado líquido, lo cual, según criterios especializados, puede convertirse en causa de conflictos en un futuro.

 

Sin embargo, aun con esa amenaza –que puede ser real o no–, muchos gobiernos no desarrollan políticas para favorecer la distribución en zonas de difícil acceso; es decir, regiones montañosas o muy vastas que implican altos costos en la fabricación de infraestructuras y saneamiento.

 

 

 

 

Fuente: CENTRO VIRTUAL DEL AGUA 29.Octubre.2015