El estado mundial de la agricultura y la alimentación (2022)
La automatización agrícola, que incluye desde los tractores hasta la inteligencia artificial, puede desempeñar una función importante para hacer la producción de alimentos más eficiente y ecológica. Sin embargo, su introducción desigual puede también agravar las desigualdades, especialmente si resulta inaccesible para los pequeños productores y otros grupos marginados, como los jóvenes y las mujeres.
En la edición de 2022 de El estado mundial de la agricultura y la alimentación (SOFA), uno de los informes principales que elabora cada año la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se examina la forma en que la automatización de nuestros sistemas agroalimentarios puede contribuir al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y se ofrecen recomendaciones dirigidas a los encargados de formular las políticas sobre cómo aumentar al máximo los beneficios y reducir al mínimo los riesgos.
Se investigan los factores que impulsan estas tecnologías y se señalan varios obstáculos que impiden su adopción, en particular por parte de los pequeños productores. Sobre la base de este análisis, en la publicación se proponen políticas encaminadas a velar por que la automatización agrícola sea inclusiva y contribuya a la sostenibilidad y resiliencia de los sistemas agroalimentarios.
Por último, en el informe también se trata una de las preocupaciones más habituales sobre la automatización —que crea desempleo— y se concluye que estos temores no se ven corroborados por la realidad histórica.
Según el informe, en conjunto, la automatización alivia la escasez de mano de obra y puede hacer la producción agrícola más resiliente y productiva, mejorar la calidad de los productos, aumentar la eficiencia en el uso de los recursos, promover el empleo decente y mejorar la sostenibilidad ambiental.
Fuente: FAO 07 de octubre de 2022