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FAO – Las actividades no agrícolas representan un porcentaje cada vez mayor de las emisiones de gases de efecto invernadero

Las actividades no agrícolas representan un porcentaje cada
vez mayor de las emisiones de gases de efecto invernadero

  • Un nuevo estudio dirigido por la FAO amplía la información de base empírica sobre el modo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

    En el informe, titulado “Greenhouse Gas Emissions from the Food System: Building the Evidence Base” (Emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de los sistemas alimentarios: constitución de una base empírica), se estima que, en 2018, las emisiones de los sistemas alimentarios totalizaron 16 000 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2), o su equivalente, lo que supone un aumento del 8 % desde 1990. Estas emisiones representan actualmente el 33 % del total de GEI causados por el ser humano.

    Los gobiernos de todo el mundo se están comprometiendo a reducir sus emisiones de GEI y a perseguir la neutralidad con respecto a las emisiones de carbono y muchos de ellos ya han incluido en sus planes nacionales metas de reducción de los GEI respecto de sus sectores agrícolas. No obstante, las medidas en el ámbito de la alimentación y la agricultura van mucho más allá de las repercusiones en las explotaciones agrícolas y los ecosistemas. Analizar las tendencias de las emisiones desde la perspectiva más amplia de los sistemas alimentarios ofrece una visión complementaria y brinda un abanico de posibles soluciones a lo largo de la cadena de producción y consumo de alimentos.

    En el nuevo estudio se proporciona un amplio conjunto de datos que se están perfeccionando de cara a la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios de 2021 y se incluyen componentes importantes. Se tienen en cuenta las emisiones de GEI vinculadas con la producción agrícola, el cambio del uso de la tierra en la línea divisoria entre las explotaciones agrícolas y los ecosistemas naturales, y las cadenas de suministro, incluidos el consumo y la eliminación de residuos, para ofrecer una evaluación más nítida y exhaustiva de las tendencias en los planos mundial, regional y nacional.

    Por último, se ofrece una guía operacional para identificar mejor los componentes pertinentes a la alimentación en los planes nacionales relativos a las emisiones que se notifican a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) con arreglo a las categorías establecidas por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). En la actualidad, los países notifican los datos pertinentes en sus contribuciones determinadas a nivel nacional, pero no disponen de una cuantificación adecuada de las emisiones procedentes de los sistemas alimentarios en el Programa de Inventarios Nacionales de Gases de Efecto Invernadero.

    El informe, de libre acceso y basado en otro estudio reciente de la FAO rico en datos, ofrece todo el elenco de conclusiones técnicas y constituye un paso importante con miras a crear una base de información completa en la Base de datos estadísticos sustantivos de la Organización (FAOSTAT). En el informe se pone de manifiesto que una estrategia óptima de reducción de GEI exige centrarse en las actividades tanto anteriores como posteriores a la producción agrícola, que van desde la producción industrial de fertilizantes hasta la refrigeración en el comercio minorista, ya que este es el ámbito en el que las emisiones crecen más rápidamente, debido en parte a la desaceleración de la deforestación.

    Fuente: FAO 08 de junio de 2021