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iAgua – El agua en la industria: crece la demanda frente a un recurso más escaso

 

 

 

 

El agua dulce es el recurso más importante para la humanidad, al tratarse de un bien trasversal a todas las actividades sociales, económicas y ambientales, es requisito ‘sine qua non’ para la vida humana y la vida en la Tierra, según considera la Organización de Naciones Unidas (ONU), que declaró en 2010 el acceso a este compuesto, resultado de dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno (H2O), y al saneamiento como un Derecho Humano a preservar, porque es esencial para la realización de todos los derechos humanos.

 

En cifras globales se estima que entre la agricultura (70%) y la Industria (20%) copan el 90 por ciento (%) del recurso, dejando el 10% al abastecimiento humano al tiempo que se espera un crecimiento de la población mundial que también requerirá agua.

 

Precisamente, el sector que más agua consume, la agricultura, deberá producir un 60% más de alimentos en todo el mundo y, en el caso de los países en desarrollo duplicar su producción. De forma paralela crece la demanda de bienes manufacturados, por lo que, en conjunto, las previsiones apuntan a que las necesidades de agua de la industria subirán un 400%.

 

Sin embargo, el último informe de 2015 del Programa Mundial de los Recursos Hídricos de la coordina la UNESCO, advierte de que si no se toman medidas, el planeta tendrá que afrontar un déficit mundial de agua del 40% en los próximos 15 años, hasta 2030. En este sentido, el presidente de ONU-Agua, Michel Jarraud, insiste en que el agua y el saneamiento son “esenciales” para alcanzar muchos de los objetivos de desarrollo sostenible.

 

Entre los principales problemas actuales figura el hecho de que la gestión del agua sigue sin realizarse de forma sostenible en gran parte del planeta, pese al incesante aumento de la demanda. También, de acuerdo con el citado estudio, el 20% de las aguas subterráneas se explotan “abusivamente”. Otras de las cifras denuncian como cuestiones de mejora: el regadío intensivo de tierras cultivadas, el vertido incontrolado de plaguicidas y productos químicos en los cursos de agua y la falta de tratamiento de aguas residuales (el 90% en los países en desarrollo).

 

Junto a estos datos aportados por la Unesco, hoy día cuesta imaginar una industria que no utilice el agua en alguno de sus procesos, como ingrediente o materia prima, para calentar, enfriar, en los procesos de fabricación o en los de acabado. En definitiva, se podría decir que no se puede hacer casi nada sin agua. La Tierra es de agua y agua necesitamos para vivir, beber, comer o producir. Además de las necesidades hídricas de la industria, está el hecho de que cuando el agua es una materia prima del producto y este se exporta, el sistema hídrico local pierde agua.

 

En concreto, la industria emplea en torno al 20% del agua dulce extraída en el mundo y esto equivaldría a unos 45 litros por persona y día de media. Frente a los datos globales, el Banco Mundial apunta que en Europa, se destina el 63 % del agua a la agricultura; el 26 % a la industria y el 11% al uso doméstico.

 

 

 

Fuente: iAgua 27.Julio.2015