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OCDE – Sistema de Pensiones de México

 

  

La transición del sistema mexicano de pensiones hacia un sistema de cuentas individuales de contribución definida ha aumentado su sostenibilidad financiera, afirma un estudio de la OCDE

 

 

Las reformas al Sistema de Pensiones de México, particularmente la introducción de un sistema de cuentas individuales de contribución definida, han mejorado significativamente su sostenibilidad financiera. Estas reformas han incluido a trabajadores del sector privado asegurados por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), a empleados del gobierno federal asegurados por el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y a algunas otras agencias gubernamentales. Según el nuevo informe de la OCDE sobre el Sistema de Pensiones de México, un desafío pendiente consiste en armonizar gradualmente las reglas de todos los planes de pensiones – del gobierno federal, de los gobiernos locales y de las universidades, entre otros – con el objetivo de eventualmente establecer un sistema de pensiones realmente nacional y equivalente para todos los mexicanos.

 

De acuerdo con el estudio, a finales del 2014 el sistema mexicano de pensiones disponía de activos avalando las pensiones por un valor aproximado del 14.1% del PIB. En tan sólo 17 años, México se ubicó en el rango medio de la OCDE. El Secretario General de la OCDE, Angel Gurría, también aseguró durante el lanzamiento del reporte en la Ciudad de México que “en materia institucional, de acuerdo con las prácticas comunes en los países de la OCDE, la regulación y supervisión del sistema por parte de la CONSAR ha funcionado correctamente, lo cual ha hecho posible que el sistema de pensiones de México sea más eficiente y se convierta en una herramienta para promover la inclusión y el bienestar.”

 

Sin embargo, los retos persisten y por ello es necesario seguir haciendo mejoras para garantizar la supervivencia del sistema en el largo plazo. En este sentido, Gurría comentó que “el nuevo sistema de contribución definida sólo tendrá éxito si se incrementan las contribuciones obligatorias y se introduce un mecanismo de pro-rata para allanar la transición del “viejo” sistema de beneficio definido al “nuevo” sistema de contribución definida.”

Asimismo, será importante aumentar las contribuciones al sistema, ya que las actuales son relativamente bajas para poder garantizar un nivel de ingreso de más del 50% del último salario de los trabajadores.

 

Respecto de la protección para los adultos mayores, también existen importantes desafíos por delante. La tasa de pobreza entre los adultos mayores en México, quienes representan más de 30% de la población de este grupo de edad, es la segunda más alta de la OCDE, después de Corea. Para superar esta situación, el estudio propone aumentar el nivel de asistencia a la vejez y destaca la importancia de mejorar la integración entre el nivel asistencial, es decir las pensiones para adultos mayores, y la pensión mínima garantizada.

 

El estudio también pone énfasis en el nivel de restricción del actual régimen de inversión (las SIEFORE). Por el momento, los trabajadores tienen opciones muy limitadas en el sistema de multifondos. A pesar de un aumento en la diversificación, los fondos de pensiones de México siguen demasiado concentrados en deuda, en contraste con otros países de la OCDE.

 

Respecto de las AFORES, el estudio menciona que se podría fomentar aún más la competencia entre las Administradoras de Fondos para el Retiro (AFORES). Si bien las tasas cobradas por AFORE en México han disminuido en más de 70 puntos básicos en la última década, los niveles siguen siendo altos en un contexto internacional.

 

 

 

 

Para consultar la Síntesis del Estudios de la OCDE sobre los Sistemas de Pensiones en México, haz click en el siguiente botón.

 

 

Fuente: OCDE 14.Octubre.2015