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OMM – El Año de la predicción polar cobra forma

 

 

 

 

En un esfuerzo por reducir al mínimo los riesgos y aprovechar al máximo las oportunidades que plantean los rápidos cambios experimentados en los entornos del Ártico y el Antártico, se ha convenido en un plan de acción internacional destinado a mejorar las predicciones sobre el tiempo, el clima y las condiciones del hielo en las regiones polares.

 

Durante una conferencia celebrada del 13 al 15 de julio, que reunió a representantes de los centros de predicción operativa sobre el tiempo y el clima, expertos en medio ambiente, investigadores, organismos de financiación y los sectores de la navegación y el turismo, culminaron los planes para celebrar el Año de la predicción polar, que tendrá lugar desde mediados de 2017 hasta mediados de 2019 (a fin de abarcar todo un año tanto en el Ártico como en el Antártico) y cuyos objetivos serán agilizar y consolidar la investigación, las observaciones, la modelización, la verificación y las actividades educativas en el marco del Proyecto de predicción polar.

 

El interés por las regiones polares va en aumento, alimentado por las inquietudes sobre el veloz ritmo del cambio climático. La tasa de calentamiento del Ártico alcanza aproximadamente el doble del promedio mundial, con las reducciones consiguientes en la capa de hielo y nieve, y la fusión de los glaciares y el permafrost. Las consecuencias no se limitan al Ártico, sino que se sienten en otras zonas del mundo, como se manifiesta por el aumento del nivel del mar y el cambio en las características del tiempo y del clima.

 

“Los adelantos en la predicción polar permitirán mejorar los pronósticos meteorológicos y climáticos y, en última instancia, los servicios para quienes viven y trabajan en esas latitudes y en otras regiones de latitudes más bajas”, dijo el Presidente de la Organización Meteorológica Mundial, señor David Grimes.

 

Las regiones polares, previamente de difícil acceso, se están abriendo ahora a actividades económicas, de transporte y turísticas, lo que incrementa la demanda de predicciones mejores. Sin embargo, la actual falta de observaciones y de conocimientos científicos dificulta enormemente los pronósticos meteorológicos, hidrológicos, oceánicos, de las olas y de los hielos marinos.

 

 

 

 

Fuente: OMM 20.Julio.2015