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ONU – Día Internacional de las Remesas Familiares, 16 de junio

Día Internacional de las Remesas Familiares

El Día Internacional de las Remesas Familiares, proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas, se celebra anualmente el 16 de junio. En este día se conmemora la contribución de los más de 200 millones de mujeres y hombres trabajadores migrantes que envían dinero a sus más de 800 millones de familiares en sus países de origen. También se pone de relieve la gran resiliencia de esos trabajadores migrantes ante las inseguridades económicas, los desastres naturales y climáticos y la pandemia mundial. El Día Internacional de las Remesas Familiares ahora se celebra en todo el mundo y se considera una iniciativa clave para poner en práctica el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular (en especial, su objetivo 20), donde se hace un llamamiento a la reducción de los costos de las transferencias y a una mayor inclusión financiera a través de las remesas.

En los 60 países en los que el organismo dispone de datos, la tasa de inactividad de las mujeres con discapacidad no sólo era superior a la de las mujeres sin discapacidad, sino también a la de los hombres con y sin discapacidad.

Entre las personas que buscan trabajo, la tasa media de paro se sitúa en el 7,6%, frente al 6 % de las personas sin discapacidad y cualquier periodo de desempleo, pero especialmente uno prolongado, tiene un impacto significativo en los resultados futuros del mercado laboral.

Dado que los trabajadores informales carecen de cobertura laboral o de seguridad social, las personas con discapacidad que tienen empleos informales se encuentran en una situación aún más vulnerable.

Sin embargo, las personas con discapacidad tienen más probabilidades de trabajar por cuenta propia que las que no las tienen, es decir, como trabajadores autónomos o como trabajadores domésticos. En muchos países, esta situación responde a las escasas oportunidades que tienen de encontrar un trabajo remunerado.

En la mayoría de los países de los que se dispone de datos, las personas con discapacidad ganan menos al mes que las que no la tienen, una situación que repercute directamente en su poder adquisitivo y en su nivel de vida.

La Organización también indica que estas barreras laborales aparecen a una edad temprana. Los jóvenes de entre 15 y 29 años con discapacidad tienen hasta cinco veces más probabilidades de estar fuera del sistema educativo y de no trabajar o formarse que sus compañeros sin discapacidad.

La tasa de personas con discapacidad empleadas disminuyó entre 2019 y 2020 en 11 de los 12 países de los que se dispone de datos. Una posible razón de este deterioro es que las mayores pérdidas de empleo se produjeron en los sectores del comercio minorista y la hostelería, donde suelen trabajar muchas personas con discapacidad.

A pesar de la adopción de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad hace ya más de una década, a estas personas se les niega con frecuencia su derecho a trabajar en igualdad de condiciones con las demás.

Las personas con discapacidad, especialmente las mujeres, se enfrentan a enormes barreras de actitud, físicas y de información que les impiden participar en el mercado laboral, y no disfrutan del mismo nivel de acceso a las oportunidades de empleo que las personas sin discapacidad.

En comparación con las personas sin discapacidad, experimentan mayores tasas de desempleo e inactividad económica y corren un mayor riesgo de encontrarse en una situación de empleo vulnerable, concretamente en trabajos que les expone a un mayor riesgo de caer en la pobreza.

Fuente: ONU 16 de junio de 2022