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Potenciar a los ciudadanos cartógrafos

Los ciudadanos cartógrafos pueden ser una fuerza poderosa. Tras el terremoto de Haití, los equipos de rescate utilizaron la carga de datos en tiempo real en Open Street Map, a través de mensajes de texto y de teléfonos celulares, para ayudar a crear mapas actualizados de Haití y encontrar a los heridos. Ingenieros de todo el mundo se reunieron “virtualmente” para evaluar los daños.
En octubre pasado, el Banco Mundial y sus asociados organizaron el primer “hackatón del agua” a nivel global, en el que voluntarios expertos en tecnología en Londres elaboraron un sistema para permitir que los tanzanos informen sobre problemas relacionados con el agua a través del servicio de mensajes cortos (SMS) y expertos en tecnología en Lagos idearon nuevas aplicaciones para informar sobre tuberías rotas.
Otro ejemplo es Dar es Salaam, donde las autoridades locales comprometieron a los estudiantes a crear mapas de las carreteras, los desagües y el alumbrado público como anticipo de un proyecto de mejoramiento urbano, generando datos transparentes de planificación y proporcionando también una plataforma para consultar a la comunidad y un espacio de diálogo sobre el desarrollo entre los ciudadanos y los dirigentes.
Es una realidad simple pero dura que la mayoría de los países en desarrollo no tienen datos locales básicos sobre dónde se encuentran las escuelas o los hospitales. Un estudio reciente de la cartografía de 100 centros de salud y escuelas de Kenya encontró que solo el 25% de las clínicas y el 20% de las escuelas coincidían con los datos oficiales. Un 75% de las ubicaciones debía ser actualizado.
La falta de conocimiento de la infraestructura social como escuelas y hospitales hace que sea más costoso cuando ocurren desastres naturales, retrasando los esfuerzos de recuperación, a veces por meses. Y la falta de datos, en general, hace más difícil ─tanto en el Gobierno como en la comunidad─ abogar por mejores servicios o aumento del financiamiento.

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Fuente: Banco Mundial. Enero 2012.