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UNESCO – Conocimiento para la vida, lema del Día Internacional para la Reducción de los Desastres: 13 de octubre de 2015

 

 

 

A pesar de los múltiples daños materiales causados, los resultados de las políticas de prevención ante desastres deberían medirse en vidas, y las vidas que en Chile se salvaron fueron resultado de un esfuerzo constante para desarrollar, probar, mejorar los sistemas de alerta y concienciar a la población. Estas experiencias ocurridas en el país más sísmico del mundo, muestran la importancia del tema 2015 del Día Internacional para la Reducción de Desastres: “Conocimiento para la Vida”.

 

 

El propósito de la conmemoración 2015 es aumentar el grado de sensibilización sobre el uso del conocimiento y las prácticas tradicionales, indígenas y locales, a fin de complementar el conocimiento científico en la gestión del riesgo de desastres y destacar diversos enfoques para hacer partícipes a las comunidades locales y los pueblos indígenas de la aplicación del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres.

 

 

El conocimiento tradicional, indígena y local complementa a la ciencia moderna y contribuyen a la resiliencia de las personas y de la sociedad. En el caso del terremoto y tsunami de 2010, en Chile, las personas no habían traspasado los conocimientos sobre tsunamis a la siguiente generación y fue un factor, entre otros, que hicieron más vulnerable a la población. Esta conmemoración destaca la sabiduría local es vital para las labores de preparación, las que pueden ser vitales para tomar acciones tempranas que mitiguen el impacto de los desastres y que se puede transmitir a las generaciones venideras. En conjunto con el conocimiento científico y las acciones de los Estados, estas acciones hacen una gran diferencia en vidas.

 

 

Educación ante desastres en América Latina y el Caribe

La integración del enfoque de la gestión del riesgo en el sector educativo es determinante para incrementar la concientización sobre el efecto y causa de los desastres. “Las instituciones educativas con estrategias de reducción de riesgo de desastres bien diseñadas no sólo salvan vidas y previenen que las personas puedan terminar heridas, sino que también aseguran que la educación siga -o se reanude rápidamente después de un evento peligroso, y así fortalecer las capacidades de las comunidades para responder a las emergencias”, explica Elspeth McOmish, especialista de educación de la Oficina Regional de la UNESCO para América Latina y el Caribe. En este desafío, la OREALC/UNESCO Santiago sigue trabajando para apoyar procesos de sensibilización, movilización y compromiso.

 

 

 

 

Fuente: UNESCO 12.Octubre.2015