El mundo es un “polvorín potencial” a causa de los
niveles catastróficos de desnutrición infantil grave
La publicación La emaciación grave: Una emergencia olvidada de la supervivencia infantil muestra que, a pesar de los crecientes niveles de emaciación grave en la infancia y del aumento de los costes del tratamiento que salva vidas, la financiación mundial para salvar las vidas de los niños y niñas que sufren emaciación también está en peligro.
En la actualidad, al menos 10 millones de niños con emaciación grave (o 2 de cada 3) carecen de acceso al tratamiento más eficaz contra la emaciación, es decir, los alimentos terapéuticos listos para usar. UNICEF advierte que una combinación de perturbaciones mundiales para la seguridad alimentaria en todo el mundo –la guerra en Ucrania, la situación de las economías que luchan por recuperarse de la pandemia y las condiciones de sequía persistentes en algunos países debido al cambio climático– está creando las condiciones para un incremento significativo de los niveles mundiales de emaciación grave.
Mientras tanto, se prevé que el precio de los alimentos terapéuticos listos para su uso aumente hasta un 16% en los próximos seis meses debido a una fuerte subida del coste de las materias primas. Con los niveles de gasto actuales, esto podría dejar a 600.000 niños más sin acceso a este tratamiento que salva vidas. También se prevé que los costes de envío y distribución sigan aumentando.
La emaciación grave, que causa que los niños estén demasiado delgados para su estatura, provoca el debilitamiento del sistema inmunitario y es la forma más inmediata, visible y peligrosa de malnutrición. En todo el mundo, al menos 13,6 millones de niños menores de cinco años sufren de emaciación grave, un problema que causa una de cada cinco muertes en este grupo de edad.
Asia Meridional sigue siendo el “epicentro” de la emaciación grave, ya que aproximadamente 1 de cada 22 niños sufre emaciación grave, tres veces más que en África Subsahariana. Y en el resto del mundo, los países afrontan tasas históricamente altas de este tipo de desnutrición. En Afganistán, por ejemplo, se prevé que 1,1 millones de niños sufran emaciación grave este año, casi el doble que en 2018. La sequía en el Cuerno de África podría causar un rápido aumento del número de niños con emaciación grave, de 1,7 millones a 2 millones, mientras que en el Sahel se prevé un aumento del 26% en comparación con 2018.
La Infancia en Peligro también señala que incluso en países con relativa estabilidad, como Uganda, se ha producido desde 2016 un aumento del 40% o más de la emaciación infantil debido al aumento de la pobreza y la inseguridad alimentaria de los hogares, lo que provoca que la calidad y la frecuencia de la alimentación de los niños y las mujeres embarazadas sean deficientes. Las perturbaciones relacionadas con el clima, como la grave sequía cíclica y el acceso inadecuado a los servicios de agua potable y saneamiento, contribuyen al aumento de estas cifras.
El informe advierte que la ayuda para la emaciación sigue siendo lamentablemente baja y se prevé que disminuya drásticamente en los próximos años, con pocas esperanzas de recuperar los niveles anteriores a la pandemia antes de 2028. Según un nuevo análisis realizado para el informe, la ayuda mundial destinada a la emaciación sólo representa el 2,8% del total de la Asistencia Oficial al Desarrollo (AOD) del sector sanitario y el 0,2% del gasto total en AOD.
Para que todos los niños reciban un tratamiento que les salve la vida en caso de emaciación grave, UNICEF hace un llamamiento para que:
Fuente: UNICEF 17 de mayo de 2022