Los mercados digitales altamente concentrados ponen en peligro a los consumidores

Los mercados digitales están cada vez más concentrados, con un pequeño número de empresas que controlan una parte creciente de la actividad mundial, advierte ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD) en su último Global Trade Update.

 

Las plataformas digitales dominan ahora la economía mundial, remodelando el comercio, la comunicación y la vida cotidiana. Siete de las 10 empresas más valiosas del mundo son ahora gigantes digitales. Estas empresas no son líderes en un solo ámbito, sino que abarcan toda la economía digital, desde la computación en nube y el comercio electrónico hasta la inteligencia artificial y la publicidad.

 

La IA generativa requiere una enorme potencia de cálculo, chips, servicios en la nube, talento y datos, todo ello controlado por los gigantes tecnológicos y con grandes barreras de entrada. Los mercados digitales prosperan gracias a los efectos de red y al control de los datos, lo que significa que cuantos más usuarios tiene una plataforma, más atractiva resulta.

 

En todo el mundo, los gobiernos se apresuran a frenar a los gigantes digitales y restablecer la competencia leal mediante normativas. Desde que la Unión Europea (UE) promulgó la Ley de Mercados Digitales en 2022, destinada a impedir que las grandes empresas abusen de su poder de mercado, otros 19 países han tomado medidas con leyes de competencia digital. Japón también ha introducido leyes específicas para aumentar la transparencia y acabar con la posición dominante en los ecosistemas móviles. Además, Sudáfrica modificó su Ley de Competencia para promover la inclusión y hacer frente a la concentración en sectores digitales como el comercio electrónico, las plataformas de viajes y el reparto de comida.

 

Desde 2020, el número de medidas adoptadas por los gobiernos de todo el mundo para restablecer la competencia en los mercados digitales ha pasado de 14 a 153 en 2024. Pero la aplicación es desigual. Europa y Asia van a la cabeza, mientras que África y América Latina van a la zaga por falta de capacidad y acceso limitado a los datos.

 

 

 

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