
En las mesas —de las familias mexicanas— es posible encontrarlos disponibles en distintas presentaciones, como fresco, seco, encurtido o procesado (salsas y aderezos), de manera que los chiles están presentes en el 90 por de los platillos mexicanos.
El chile es también un producto agropecuario de gran importancia por sus propiedades nutricionales, sobre todo porque es considerado el vegetal con mayor concentración de ácido ascórbico, comúnmente conocido como vitamina C, y es un nutriente esencial con múltiples beneficios para la salud.
En fresco, por ejemplo, el chile contiene más del doble de vitamina C que el limón y la naranja y casi seis veces más que la toronja. En seco cuenta con vitamina A en una proporción mayor que las zanahorias. Es, sin duda, una fuente rica en vitamina (B6, E y K) y minerales (calcio, hierro, folato, magnesio, potasio y tiamina).
También, posee capsaicina, compuesto químico responsable de su sabor picante, y aporta beneficios como antioxidante, analgésico, antiinflamatorio y la estimulación del sistema inmunológico.
Dentro de las variedades más conocidas de chiles frescos se encuentran el jalapeño, serrano, poblano, güero, chilaca, habanero, de árbol y manzano; y secos se tiene al chipotle, ancho, pasilla, guajillo, cascabel, mulato, morita y piquín, entre otros.
El consumo per cápita de chile es de 19.6 kilogramos y podemos disfrutar de este alimento rico, saludable y con una alta calidad nutricional, gracias al trabajo de las productoras y los productores mexicanos, quienes han colocado a México como el segundo productor mundial de chile con una aportación del 8.0 por ciento a la producción global.
De hecho, en 2023 se exportó un millón 180 mil toneladas con un valor de mil 231 millones de dólares, principalmente a Estados Unidos, Canadá, Israel, España, Guatemala, Reino Unido, República Checa, Japón, Alemania, Belice y Costa Rica.
México posee Denominación de Origen de dos tipos de chiles: Habanero de la Península de Yucatán (2010) y yahualica de Jalisco (2014). El chile habanero es considerado uno de los más picantes del mundo, su denominación de origen la poseen las entidades que forman la Península de Yucatán (Campeche, Quintana Roo y Yucatán). El yahualica es una especie endémica de la región de los Altos de Jalisco y de un par de municipios de Zacatecas y se caracteriza por ser consumido seco.