Nuestros mayores impulsan la acción local y global

 

El Día Internacional de las Personas de Edad de 2025, que se celebra bajo el lema "Las personas de edad impulsan la acción local y mundial: nuestras aspiraciones, nuestro bienestar y nuestros derechos", destaca el papel transformador que desempeñan las personas mayores en la construcción de sociedades resilientes y equitativas. Lejos de ser beneficiarios pasivos, son impulsoras del progreso y aportan sus conocimientos y experiencia en ámbitos como la equidad en la salud, el bienestar económico, la resiliencia de las comunidades y la defensa de los derechos humanos.

 

La Declaración Política y Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento adoptados en 2002, siguen siendo piedras angulares de la política mundial sobre el envejecimiento. Promueven una sociedad para todas las edades mediante la adopción de medidas en materia de desarrollo, salud y entornos favorables. El tema de 2025 refleja de forma directa estos principios al reconocer a las personas de edad como impulsoras del progreso tanto a nivel local como mundial.

 

La evolución demográfica hace que la acción sea más urgente que nunca. Las personas de edad son un segmento de la sociedad en rápido crecimiento, especialmente en los países en desarrollo. Las políticas que empoderan a este grupo de edad, garantizan el acceso equitativo a la atención sanitaria y la protección social y eliminan la discriminación son esenciales para el desarrollo sostenible en un mundo que envejece. Al amplificar las voces de las personas de edad y reconocer sus contribuciones, el Día Internacional de 2025 sirve de plataforma para que las personas de edad expresen sus aspiraciones, defiendan sus derechos y reclamen políticas que garanticen su dignidad y bienestar.

 

El 14 de diciembre de 1990, la Asamblea General de las Naciones Unidas, a través de la resolución 45/106, designó el 1 de octubre Día Internacional de las Personas de Edad. Anteriormente a esto, existían iniciativas como el Plan de Acción Internacional de Viena sobre el Envejecimiento, que fue adoptado por la Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento en 1982 y que la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó ese mismo año. En 1991, la Asamblea General (por la resolución 46/91) adoptó los Principios de las Naciones Unidas para las personas mayores.

En 2002, la segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento adoptó el Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento, para responder a las oportunidades y desafíos del envejecimiento de la población en el siglo XXI y para promover el desarrollo de una sociedad para todas las edades.

 

 

 

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