
En un nuevo informe, ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD) detalla tres áreas clave de acción: mejorar el acceso a herramientas de liquidez y estabilidad, asegurar margen fiscal y político para un financiamiento climático y de desarrollo adecuado y predecible, y reequilibrar la gobernanza económica mundial.
La financiación climática, que tiene como objetivo apoyar los esfuerzos de los países para abordar el cambio climático, no es independiente de la arquitectura financiera mundial, sino que forma parte de ella.
Para muchos países, especialmente aquellos con limitada capacidad administrativa, esto significa que acceder al financiamiento climático es lento, impredecible y oneroso. La fragmentación de los canales de financiamiento también ha agravado la inequidad distributiva en los flujos actuales de financiación climática.
A pesar de un aumento notable en los últimos años, los países menos adelantados recibieron solo el 18% del total de financiación climática proporcionada y movilizada por los países desarrollados en 2022, mientras que los pequeños Estados insulares en desarrollo obtuvieron solo el 2,8%.
El informe presenta tres prioridades para una reforma sistémica que puede contribuir a acelerar la provisión equitativa de financiamiento y permitir que todos los países alcancen sus objetivos climáticos y de desarrollo:
Mejorar el acceso a herramientas de liquidez y estabilidad, reducir la vulnerabilidad a los ciclos de auge y caída y a los choques climáticos, y establecer una red de seguridad financiera mundial más justa que ofrezca apoyo oportuno e incondicional a todos los países necesitados.
Ampliar la financiación climática adecuada y predecible para apoyar una transformación estructural resiliente en los países en desarrollo, incluyendo el abordaje de la deuda soberana insostenible y el fortalecimiento de la movilización de recursos internos.
Reequilibrar la gobernanza económica mundial con un sistema más representativo y responsable que refleje los intereses y necesidades de todos los países ante los desafíos del clima y el desarrollo.
Los resultados muestran que está surgiendo un amplio consenso para el cambio, pero la implementación sigue siendo fragmentada, insuficiente y limitada a los márgenes de la "viabilidad política" percibida, en lugar de responder a la ambición transformadora que exige el cambio climático.