Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar

 

Los Estados Miembros de la UNESCO han declarado el primer jueves de noviembre como el Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar, incluido el ciberacoso, reconociendo que la violencia en las escuelas, en todas sus formas, constituye una violación de los derechos a la educación, la salud y el bienestar de los niños, niñas y adolescentes. Este día insta a los Estados Miembros, a los socios de la ONU, a otras organizaciones internacionales y regionales pertinentes, así como a la sociedad civil, incluidas las organizaciones no gubernamentales, individuos y otras partes interesadas, a promover, celebrar y apoyar la conmemoración de esta jornada internacional.

 

Este día hace un llamado a los aprendientes, las familias, los miembros de las comunidades educativas, las autoridades educativas y a diversos sectores y socios, incluida la industria tecnológica, a participar en la prevención de todas las formas de violencia y a fomentar entornos de aprendizaje seguros, esenciales para la salud, el bienestar y el aprendizaje de los niños, niñas y jóvenes.

 

Este año, el Día se conmemorará el 6 de noviembre bajo el tema: Mente digital: Aprender a cuidarse en la era tecnológica. 

 

Con los rápidos avances del mundo digital y de la inteligencia artificial, los estudiantes están cada vez más expuestos a los riesgos de la violencia en línea y la violencia facilitada por la tecnología.  La violencia en línea prolonga el acoso — incluido el ciberacoso y la violencia de género facilitada por la tecnología — más allá del aula, en el espacio digital. 

 

Aproximadamente el 58 % de las niñas y las jóvenes se enfrentan al acoso en línea, mientras que los estudiantes pertenecientes a minorías y comunidades migrantes sufren de manera desproporcionada el odio y la exclusión en Internet. Sin embargo, según el Informe GEM 2024 – edición juvenil, solo el 16 % de los países ha adoptado una legislación destinada a prevenir el ciberacoso a través de la educación. 

 

La educación constituye la primera línea de defensa: las aulas seguras también deben significar pantallas seguras.  Aprender a estar seguros en línea — o volverse “conscientes de las pantallas” — es esencial para garantizar la calidad de la educación a la que los niños, niñas y jóvenes tienen derecho. 

 

 

 

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