La violencia digital se está intensificando, pero casi la mitad de las mujeres y niñas del mundo carecen de protección jurídica frente al abuso digital

El mundo digital prometía conexión y empoderamiento, pero para millones de mujeres y niñas se ha convertido en un mundo de abusos. La violencia digital se está extendiendo a una velocidad alarmante, alimentada por la inteligencia artificial, el anonimato y la ausencia de leyes eficaces y mecanismos de rendición de cuentas. En la actualidad llega a todos los rincones de Internet, desde el acoso en línea y el ciberacecho hasta el doxeo (revelación de información personal), la difusión no consentida de imágenes, los ultrafalsos (deepfakes) o la desinformación, y se utiliza como arma para silenciar, avergonzar e intimidar a mujeres y niñas. De acuerdo con datos del Banco Mundial, menos del 40 por ciento de los países cuentan con leyes que protejan a las mujeres del ciberacecho o el ciberacoso. Esto deja al 44 por ciento de las mujeres y niñas del mundo (1.800 millones) sin acceso a protección jurídica.

 

Las mujeres que ocupan cargos directivos, empresariales y políticos se enfrentan a ultrafalsos, acoso coordinado y desinformación tendenciosa desde el punto de vista del género, con el propósito de que abandonen las plataformas, si no es que la vida pública en general. En todo el mundo, una de cada cuatro periodistas denuncia amenazas de violencia física en línea, incluidas amenazas de muerte.

 

Las denuncias de abusos y violencia en línea siguen siendo escasas, los sistemas judiciales están insuficientemente equipados y las plataformas tecnológicas apenas rinden cuentas. El aumento de los abusos generados mediante la inteligencia artificial (IA) no ha hecho sino aumentar la impunidad en todas las plataformas y a través de las fronteras. Sin embargo, se observan signos de avance. Las leyes están comenzando a evolucionar para hacer frente a los desafíos que plantea el cambio tecnológico: desde la Ley sobre la seguridad en línea del Reino Unido hasta la Ley Olimpia de México, la Ley sobre la seguridad en línea de Australia y el Reglamento de Servicios Digitales de la UE, nuevas reformas van abriéndose paso. Hasta 2025, 117 países informaban de iniciativas encaminadas a combatir la violencia digital, pero los esfuerzos siguen siendo fragmentados para un desafío de naturaleza transnacional.

 

ONU Mujeres pide:

 

  • Cooperación a nivel mundial para garantizar que las plataformas digitales y las herramientas de IA cumplan normas éticas y de seguridad.

  • Apoyo a las supervivientes de violencia digital mediante financiamiento para las organizaciones dedicadas a la defensa de los derechos de las mujeres.

  • Exigir que los agresores rindan cuentas mediante la mejora de las leyes y su aplicación.

  • Que las empresas tecnológicas se comprometan a contratar a un mayor número de mujeres para crear espacios en línea más seguros, a eliminar rápidamente los contenidos nocivos y a responder a las denuncias de abusos.

  • Inversiones en prevención y cambio cultural mediante capacitación en alfabetización digital y seguridad en línea para mujeres y niñas, y programas destinados a combatir las culturas tóxicas en línea.

 

Este año, la campaña 16 Días de activismo contra la violencia de género reclama medidas urgentes a escala mundial para colmar las lagunas jurídicas y exigir responsabilidades a los agresores y a las plataformas tecnológicas. Para apoyar a los Gobiernos y a las personas responsables de la formulación de políticas, ONU Mujeres ha puesto en marcha dos nuevas herramientas: el Complemento al “Manual para la legislación sobre violencia contra la mujer” relativo a la violencia facilitada por la tecnología contra las mujeres y niñas (en inglés) y la Guía para los servicios policiales sobre cómo abordar la violencia facilitada por la tecnología (en inglés). Este documento complementa las orientaciones anteriores para los servicios policiales sobre el tratamiento de la violencia contra las mujeres y niñas incluidas en el Manual sobre servicios policiales con perspectiva de género para mujeres y niñas que sufren violencia, con lineamientos prácticos para la prevención y la respuesta. Hasta que el espacio digital sea seguro para todas las mujeres y niñas, la verdadera igualdad seguirá estando fuera de nuestro alcance, en todas partes.

 

 

 

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