
Un nuevo documento de trabajo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que analiza cómo se está integrando la inteligencia artificial (IA) en la gestión de recursos humanos (GRH) señala que muchos sistemas se basan en objetivos poco claros, datos sesgados o incompletos y procesos de programación opacos. Estas deficiencias pueden distorsionar la toma de decisiones, reforzar las desigualdades y exponer a los empleadores a riesgos legales y éticos, advierten los autores del estudio. Este nuevo análisis de la OIT ofrece una evaluación crítica y pone de relieve riesgos estructurales que los responsables de políticas y los empleadores deben abordar para garantizar resultados de trabajo decente.
El documento, vincula estos desafíos a una tendencia histórica dentro de la GRH a equiparar la cuantificación con la objetividad. A medida que las organizaciones dependen cada vez más de la IA para la contratación, la fijación de salarios, la programación y la evaluación del desempeño, el estudio sostiene que un exceso de confianza en las herramientas basadas en datos puede llevar a una adopción acrítica de tecnologías poco adecuadas para gestionar personas, especialmente cuando los sistemas se implementan sin salvaguardias adecuadas o sin comprender plenamente sus limitaciones.
La publicación presenta un marco práctico para evaluar los sistemas de IA en la GRH y llama a fortalecer la participación de los trabajadores, establecer mecanismos de gobernanza más claros y aumentar la transparencia en el diseño y la aplicación de estas tecnologías. También subraya la importancia del diálogo social para orientar una adopción responsable de la IA que esté alineada con los principios del trabajo decente.