Estimaciones de la prevalencia de la violencia contra las mujeres, 2023

 

Casi una de cada tres mujeres —unos 840 millones en todo el mundo— ha sufrido actos violentos por parte de su pareja o de carácter sexual a lo largo de su vida, una cifra que apenas ha variado desde el año 2000. Solo en los doce meses más recientes, 316 millones de mujeres —el 11 % de las mayores de 15 años— fueron víctimas de violencia física o sexual por parte de su pareja. La reducción de esta forma de violencia avanza muy lentamente: apenas un 0,2 % anual en los últimos veinte años.

 

Por primera vez, este informe incluye estimaciones nacionales y regionales de la violencia sexual perpetrada por personas que no son la pareja. El documento señala que 263 millones de mujeres han sufrido este tipo de violencia desde los 15 años, una cifra que, según advierten los especialistas, está muy por debajo de la real, debido al miedo y la estigmatización.

 

El nuevo informe, es el estudio más exhaustivo sobre la prevalencia de este problema. En él se actualizan las estimaciones realizadas en 2018 y publicadas en 2021, a partir de datos recopilados entre 2000 y 2023 en 168 países. Las conclusiones del informe muestran con claridad la magnitud de esta crisis gravemente desatendida y de la gran falta de financiación para hacerle frente.

 

Muchas mujeres víctimas de violencia se quedan embarazadas sin desearlo y tienen un mayor riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual y de padecer depresión. Los servicios de salud sexual y reproductiva son un punto de acceso fundamental para que reciban la atención de calidad que necesitan.

 

Para impulsar los progresos a escala mundial y lograr cambios reales en la vida de las mujeres y niñas afectadas, el informe pide que los gobiernos actúen con decisión y destinen recursos a:

 

  • ampliar los programas de prevención, basándolos en las pruebas disponibles;

     

  • reforzar los servicios de salud, asistencia jurídica y apoyo social a las víctimas;

     

  • invertir en sistemas de datos que permitan conocer los avances y atender a los grupos con mayor riesgo; y

     

  • hacer cumplir las leyes y políticas que refuerzan la posición de las mujeres y las niñas.

 

 

 

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