En todas las regiones, las personas con discapacidad y sus hogares enfrentan desafíos y barreras para el logro de los objetivos de desarrollo social:
Tienen mayor probabilidad de vivir en la pobreza;
Siguen sufriendo discriminación en el empleo, recibiendo salarios más bajos y estando sobrerrepresentadas en el sector informal;
Los sistemas de protección social tienen una cobertura desigual y son inadecuados a la hora de considerar los costos adicionales relacionados con la discapacidad, y con frecuencia excluyen a las personas con discapacidad del sector informal; y
Las experiencias de muchas personas con discapacidad dentro de los sistemas de atención y apoyo siguen estando marcadas por la negación de su dignidad, autonomía y capacidad de acción.
Los tres ejes del desarrollo social, a saber, la erradicación de la pobreza; la promoción del empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos; y la integración social, están interrelacionados, se refuerzan mutuamente y requieren un entorno propicio para su consecución simultánea. La inclusión de las personas con discapacidad como agentes y beneficiarios del desarrollo social es indispensable. Por lo tanto, la inclusión de la discapacidad en todos los aspectos de la vida social, económica, cultural y política es un imperativo.
El tema del Día Internacional de las Personas con Discapacidad 2025, “Fomentar sociedades inclusivas de las personas con discapacidad para avanzar en el progreso social”, se basa en el compromiso reafirmado de los líderes mundiales reunidos en la Segunda Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de construir un mundo más justo, inclusivo, equitativo y sostenible y su comprensión de que avanzar en el progreso del desarrollo social depende, y de hecho requiere, la inclusión de todos los segmentos de la sociedad.