
Según el último informe de ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD), el crecimiento global se reducirá al 2,3% en 2025, por debajo del umbral del 2,5% que suele asociarse con una recesión mundial. Se trata de una marcada desaceleración frente al ya lento ritmo de crecimiento anterior a la pandemia.
UNCTAD advierte que la creciente incertidumbre está lastrando la economía mundial. Las tensiones comerciales van en aumento, con nuevos aranceles que minan la previsibilidad. Si no se controla, la fragmentación creciente podría agravar aún más la desaceleración.
La incertidumbre en la política comercial, que se encuentra en niveles históricos, está socavando la confianza empresarial y reconfigurando el comercio mundial. Fabricantes e inversores están aplazando decisiones, revisando sus cadenas de suministro y reforzando la gestión de riesgos.
Tras un repunte temporal a fines de 2024, el dinamismo del comercio de mercancías se está desvaneciendo. El Índice de Fletes Contenerizados de Shanghái cayó un 40% entre enero y marzo de 2025, regresando a niveles previos a la pandemia.
El récord de incertidumbre en las políticas económicas también está alimentando la volatilidad financiera. A comienzos de 2025, el Índice de Incertidumbre en la Política Económica alcanzó su nivel más alto del siglo, superando los picos registrados durante la crisis financiera de 2008 y la pandemia de COVID-19.
En abril, los mercados sufrieron fuertes correcciones y pérdidas tras semanas de inestabilidad. El llamado “índice del miedo” – que mide la volatilidad del mercado bursátil estadounidense – alcanzó su tercer nivel más alto desde que se tiene registro, solo por detrás de los momentos más críticos de la pandemia y la crisis financiera global.
Aunque la desaceleración afectará a todas las regiones, UNCTAD advierte sobre riesgos particulares para los países en desarrollo. Muchas economías de bajos ingresos enfrentan una “tormenta perfecta” de condiciones financieras más estrictas, una elevada deuda externa y un frágil crecimiento interno en retroceso. Según el Fondo Monetario Internacional, más de la mitad de estos países – 35 de 68 – están sobreendeudados o en alto riesgo de estarlo.
El informe de la UNCTAD hace un llamado a fortalecer la integración regional, renovar la cooperación multilateral y reorientar las prioridades fiscales hacia infraestructura sostenible, protección social y acción climática. Afirma que la acción coordinada será esencial para restablecer la confianza y mantener el desarrollo en marcha.