
La inminente escasez de cobre podría paralizar el cambio mundial hacia las energías limpias y las infraestructuras digitales, advierte ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD) en su último informe Global Trade Update. El informe califica el cobre como «nueva materia prima estratégica» «en la nueva economía verde y digital» y un caso de prueba de cómo los sistemas de comercio mundial gestionan las tensiones sobre los recursos bajo presión.
El cobre es esencial para los vehículos eléctricos, las energías renovables, la infraestructura de inteligencia artificial, los centros de datos y las redes inteligentes. Sin embargo, la oferta no da abasto. La demanda mundial aumentará más de un 40% de aquí a 2040, pero el deterioro de la ley del mineral, los riesgos geopolíticos y los largos plazos de desarrollo -hasta 25 años para nuevas minas- plantean retos estructurales. Satisfacer las previsiones exigiría 80 nuevas minas y 250.000 millones de dólares de inversión de aquí a 2030.
Más de la mitad de las reservas mundiales de cobre se encuentran en sólo cinco países: Australia, Chile, Perú, la República Democrática del Congo y la Federación Rusa. Pero la mayor parte del valor se añade en otros lugares. China importa actualmente el 60% del mineral mundial y produce más del 45% del cobre refinado.
En 2023, 4,5 millones de toneladas -casi el 20% del cobre refinado mundial- procederán de fuentes secundarias. Estados Unidos, Alemania y Japón son los principales exportadores de desechos y residuos de cobre, mientras que China, Canadá y la República de Corea lideran las importaciones.
Para los países en desarrollo, el reciclaje del cobre es una oportunidad estratégica. La creación de capacidad local puede reducir la dependencia de las importaciones, disminuir las emisiones y apoyar prácticas de la economía circular para proteger el medio ambiente y utilizar los recursos de forma más eficiente.
No es simplemente un metal. Está en nuestros teléfonos, hogares y autos, impulsando silenciosamente nuestra vida diaria. A medida que crece la demanda de tecnologías limpias, como los paneles solares y los vehículos eléctricos, el cobre adquiere cada vez más relevancia.