
El informe OECD Steel Outlook 2025 muestra que se proyecta que el exceso de capacidad alcance los 721 millones de toneladas métricas (MMt) para 2027, superando en aproximadamente 290 MTM la producción combinada de acero de los países de la OCDE en 2024. Este aumento se debe a la continua expansión de la capacidad, a pesar del débil crecimiento de la demanda mundial de acero. Los altos niveles de subsidios y otras distorsiones políticas en varias economías no pertenecientes a la OCDE son factores clave de este desequilibrio, lo que plantea riesgos para la estabilidad del mercado, el empleo, las cadenas de suministro y los esfuerzos de descarbonización.
Cabe destacar que la tasa de subsidios al acero de China, como porcentaje de los ingresos de las empresas, es diez veces mayor que la de los países de la OCDE. Las exportaciones chinas de acero se han más que duplicado desde 2020, alcanzando un nivel récord de 118 millones de toneladas en 2024. Este aumento ha perturbado los mercados del acero en las economías de la OCDE, lo que ha provocado que las medidas antidumping se hayan quintuplicado desde 2023.
Estos acontecimientos ejercen una presión considerable sobre las empresas siderúrgicas de los países de la OCDE, cuya rentabilidad ha caído a mínimos casi históricos. El empleo también se ha visto afectado, con una pérdida estimada de 113 000 puestos de trabajo en los países miembros del Foro Global sobre Exceso de Capacidad Siderúrgica (GFSEC) entre 2013 y 2021. Además, el desequilibrio persistente amenaza los esfuerzos de descarbonización, ya que se espera que el 40 % de las nuevas incorporaciones de capacidad proyectadas entre 2025 y 2027 dependan de procesos de alto horno/horno básico de oxígeno (BF/BOF) con alto nivel de emisiones, lo que socavará las inversiones en tecnologías bajas en carbono.
Las Perspectivas del Acero de la OCDE exigen acciones internacionales específicas en tres áreas clave. En primer lugar, reformas estructurales, donde los gobiernos deben eliminar los subsidios y apoyos que distorsionan el mercado y que impulsan el exceso de capacidad. En segundo lugar, mayor transparencia y mayor divulgación de las medidas gubernamentales de apoyo y desarrollo de capacidades para garantizar una coordinación internacional eficaz y la igualdad de condiciones. En tercer lugar, cooperación internacional para acelerar el desarrollo y la implementación de tecnologías bajas en carbono, incluyendo la lucha contra el exceso de capacidad de baja eficiencia y el intercambio de buenas prácticas en políticas de descarbonización.