
El algodón es uno de los tejidos más habituales en nuestros armarios. Es cómodo, hipoalergénico, transpirable y duradero. Pero esta fibra vegetal representa mucho más que una simple mercancía, ya que sustenta a 24 millones de agricultores (casi la mitad de ellos son mujeres) y más de 100 millones de familias en 80 países de los 5 continentes. Detrás de muchas prendas, si rastreamos su cadena comercial, podríamos topar con múltiples historias personales en donde el algodón es tradición, cultura y hasta un estilo de vida.
La iniciativa del Día Mundial del Algodón nació en 2019, cuando cuatro grandes productores del África subsahariana -Benin, Burkina Faso, Chad y Malí, conocidos como los Cuatro del Algodón (C-4)- propusieron a la Organización Mundial del Comercio su celebración anual cada 7 de octubre. Durante 2 años consecutivos, la fecha brindó la oportunidad de compartir conocimientos y exhibir actividades relacionadas con el sector.
Fue en 2021 cuando la ONU proclamó formalmente su celebración, dando la oportunidad de visibilizar la necesidad de que los países menos adelantados tengan mejor acceso a los mercados relacionados con este producto, fomentar políticas comerciales sostenibles y permitir que los países en desarrollo se beneficien más de cada paso de la cadena de valor.
Un sistema comercial internacional del algodón reglamentado, no discriminatorio, abierto, justo, inclusivo, predecible y transparente es clave para proporcionar un medio de vida a cientos de millones de personas vulnerables en todo el mundo. A su vez, se necesitan mayores inversiones para ampliar el sector más allá de la producción de algodón en bruto y crear nuevas oportunidades de ingresos, especialmente para los agricultores, agregando más valor a la fibra de algodón y desarrollando otros subproductos derivados.