Celebrar la fortaleza y el liderazgo de la mujer rural

 

Conseguir la igualdad de género y empoderar a las mujeres rurales -una cuarta parte de la población mundial- no solo es lo correcto, sino que es un ingrediente fundamental en la lucha contra la pobreza extrema, el hambre y la acción climática. Son ellas las que aseguran la mitad del sustento alimenticio planetario y las que custodian el medio ambiente y la biodiversidad.

 

 

Sin embargo, las campesinas sufren de manera desproporcionada los múltiples aspectos de la pobreza y pese a ser tan productivas y buenas gestoras como sus homólogos masculinos, no disponen del mismo acceso a la tierra, créditos, materiales agrícolas, mercados o cadenas de productos cultivados de alto valor. Tampoco disfrutan de un acceso equitativo a servicios públicos, como la educación y la asistencia sanitaria, ni a infraestructuras, como el agua y saneamiento.

 

Las barreras estructurales y las normas sociales discriminatorias continúan limitando el poder de las mujeres rurales en la participación política dentro de sus comunidades y hogares. Mundialmente, con pocas excepciones, todos los indicadores de género y desarrollo muestran que las campesinas se encuentran en peores condiciones que los hombres del campo y que las mujeres urbanas.

 

Bajo el lema Mujeres rurales en ascenso: construir futuros resilientes con Beijing+30”, este Día Internacional promovido por ONU Mujeres busca visibilizar las desigualdades que aún sufren; reivindicar su participación en la toma de decisiones; exigir sistemas de mayor protección social; y reducir la brecha digital. La conmemoración se alinea con el espíritu de Beijing+30, un plan mundial por la igualdad de género centrado en eliminar la pobreza, lograr justicia climática y garantizar la participación plena de todas las mujeres y niñas en el desarrollo sostenible. Vivan donde vivan. 

 

 

 

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