
La lactancia materna es una de las maneras más eficaces de garantizar la salud, el desarrollo y la supervivencia de un lactante en las primeras etapas de su vida. Actúa como su primera vacuna, ofreciéndole protección frente a enfermedades como la diarrea y la neumonía.
Aunque invertir en lactancia materna es invertir en el futuro, solo el 48 % de los lactantes se alimentan exclusivamente por esta vía, muy por debajo de la meta del 60 % para 2030 que se ha fijado la Asamblea de la Salud. Esto se debe a los desafíos que afrontan las nuevas madres, los trabajadores de la salud y los sistemas de salud, que se solapan.
«Coincidiendo con la conmemoración de la Semana Mundial de la Lactancia Materna y bajo el lema «Dar prioridad a la lactancia materna: Crear sistemas de apoyo sostenibles», la OMS y el UNICEF hacen un llamamiento a gobiernos, administradores sanitarios y asociados para que inviertan en un apoyo de alta calidad a la lactancia materna a través de las medidas siguientes:
Garantizar una inversión suficiente en atención materna y neonatal equitativa y de calidad, incluidos los servicios de apoyo a la lactancia materna.
Aumentar las asignaciones presupuestarias nacionales para los programas de lactancia materna.
Integrar el asesoramiento y el apoyo en relación con la lactancia materna en los servicios ordinarios de salud maternoinfantil, incluida la atención prenatal, la atención durante el parto y la atención posnatal.
Garantizar que todos los proveedores de servicios de salud posean las competencias y los conocimientos necesarios para apoyar la lactancia materna, también en contextos humanitarios y de emergencia.
Fortalecer los sistemas de salud comunitarios para ofrecer a todas las nuevas madres un apoyo continuo y accesible en materia de lactancia materna hasta los dos años y más.
Proteger la lactancia materna velando por que el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna se aplique en todos los establecimientos y sistemas de salud.
Fortalecer los sistemas de salud en apoyo de la lactancia materna no es solo un imperativo de salud; también es un imperativo moral y económico. La OMS y el UNICEF siguen comprometidos con la tarea de prestar apoyo a los países para forjar sistemas de salud resilientes que no dejen atrás a ninguna madre ni a ningún niño.