
El informe “¿Cómo va la vida? ” de la OCDE ofrece los datos más recientes sobre el bienestar.
El nuevo Centro de Bienestar Digital de la OCDE proporciona evidencia sobre la compleja relación entre las tecnologías digitales y el bienestar individual.
¿Cómo va la vida? 2024 es la publicación insignia de la OCDE sobre el estado del bienestar de las personas, el planeta y las generaciones futuras. El informe se presentó en el 7º Foro Mundial de la OCDE sobre Bienestar: Fortalecimiento de los enfoques de bienestar para un mundo cambiante . En él se trazan los resultados actuales en materia de bienestar y los recursos futuros, ofreciendo un panorama completo de la vida de las personas. Esto ayuda a identificar los desafíos sociales, de inclusión y de sostenibilidad actuales, y orienta a los responsables de las políticas para abordar las áreas que necesitan intervención. Esta sexta edición de ¿Cómo va la vida? presenta nuevos indicadores centrados en las personas, que incluyen medidas de soledad, pobreza energética en el hogar, exposición a temperaturas extremas y dolor físico.
Las intervenciones gubernamentales han amortiguado los impactos económicos de la pandemia de COVID-19 y la alta inflación en los hogares y las empresas, pero las presiones de costos siguen siendo significativas, especialmente para los más vulnerables. Las tendencias económicas positivas incluyen ingresos promedio, que no han caído por debajo de los niveles previos a la COVID en ningún país de la OCDE, y tasas de empleo en máximos históricos a fines de 2023. Sin embargo, el informe plantea inquietudes sobre los costos de la vivienda y el bienestar financiero autodeclarado. Casi uno de cada cinco hogares de bajos ingresos está sobrecargado por los costos de la vivienda y casi 1 de cada 5 personas declaró dificultades financieras en 2023.
Sin embargo, basarse únicamente en métricas económicas para evaluar la recuperación de la crisis y monitorear el progreso social arroja un panorama incompleto. Los aspectos no económicos críticos del bienestar, como la salud, la conexión social y el bienestar subjetivo, están mostrando signos de deterioro. En 2023, un tercio de las personas informaron haber sentido mucho dolor o preocupación el día anterior, una quinta parte sintió una tristeza considerable y entre el 4 y el 14% de las personas se sintieron solas en los países con datos disponibles. En comparación con los niveles previos a la pandemia, los sentimientos de dolor, preocupación, tristeza, soledad y satisfacción con la vida han empeorado en más países de la OCDE de los que han experimentado mejoras.
Se necesitan medidas más contundentes para garantizar el bienestar de las generaciones futuras, especialmente ante el cambio climático. En 2023, casi el 15% de la población de los países de la OCDE estuvo expuesta a calor extremo, y los esfuerzos actuales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero son insuficientes para mitigar el calentamiento global. El estrés hídrico se clasifica como “medio-alto” en la mitad de los países de la OCDE con datos disponibles, y los riesgos para la biodiversidad están aumentando en la mayoría de los países.
Los avances en la lucha contra la desigualdad general de ingresos han sido limitados, y las brechas persistentes entre los grupos de población siguen afectando el bienestar. Las desigualdades relacionadas con la educación son particularmente llamativas. Por ejemplo, las personas con educación superior tienen 1,5 veces menos probabilidades de experimentar soledad y 1,3 veces menos probabilidades de sufrir dolor físico que la población general. Si bien algunas brechas de género y edad se han reducido en el último decenio, este progreso a veces se debió al deterioro de los resultados de grupos que antes estaban en situación de mayor ventaja, incluidos los jóvenes. Abordar estas desigualdades y reflejar la evidencia del bienestar en la formulación de políticas es fundamental para reforzar la democracia y generar confianza pública en un momento en que los gobiernos enfrentan transformaciones estructurales cada vez más complejas.
A medida que las tecnologías digitales siguen transformando nuestras vidas, es importante comprender cómo los beneficios y los riesgos de esta transición afectan el bienestar de las personas. En los países de la OCDE, el 40% de los adultos carecen de habilidades digitales básicas, lo que limita su capacidad para desenvolverse en entornos digitales de manera segura y eficaz. Esto incluye comprender la privacidad digital y abordar las posibles implicaciones de las actividades en línea para la salud mental.
El nuevo Centro de Bienestar Digital de la OCDE , basado en el Marco de Bienestar de la OCDE, es una plataforma interactiva y dinámica desarrollada en colaboración con Cisco donde las personas pueden explorar datos para ver los impactos de la transformación digital y compartir sus experiencias con las tecnologías digitales. Al obtener nueva evidencia de manera colaborativa sobre cómo las personas interactúan con la tecnología digital y se ven afectadas por ella, el Centro de Bienestar Digital apoyará el desarrollo de políticas que den forma a un futuro digital positivo.