
La OIT estima que en 2025 alrededor de 262 millones —o uno de cada cuatro— jóvenes de entre 15 y 24 años no tendrán empleo ni estarán estudiando: en otras palabras, serán NiNi (No trabajan, no estudian ni siguen una formación). La ONU adoptó en 2015 la «reducción sustancial de la tasa de Nini» como objetivo 8.6 de los ODS. En otras palabras, la tasa de NiNi es la forma en que se mide internacionalmente el progreso hacia la integración efectiva de los jóvenes en el mundo laboral. Sin embargo, según este criterio, los avances hasta la fecha han sido bastante modestos. Según la última edición de Tendencias mundiales del empleo juvenil, 2024, de la OIT, 110 países —donde vive algo más de la mitad de los jóvenes del mundo— están en camino de cumplir el objetivo de los ODS (1). A diferencia del resto del mundo, los países de bajos ingresos, en su conjunto, han experimentado un aumento substancial de las tasas de NiNi en los años posteriores a la pandemia de COVID-19.
la proporción de NiNis en la población es un indicador más informativo de la magnitud del reto que supone el empleo juvenil. Los jóvenes NiNi superan el número de jóvenes desempleados. Hay alrededor de tres jóvenes NiNis que no están desempleados por cada uno que sí lo está. La mayoría de ellos son mujeres jóvenes y a la mayoría les gustaría trabajar, pero no buscan un empleo activamente, ya sea por la falta de disponibilidad o por falta de puestos de trabajo (trabajadores desanimados) o porque otros obstáculos, como las responsabilidades de cuidado, les impiden participar en el mercado laboral.
La relación entre la condición de NiNi y la vulnerabilidad entre los jóvenes también está relacionada con algunas de sus características, que contrastan claramente con el desempleo juvenil: por ejemplo, normalmente en los países de ingresos bajos y medios (y a menudo también en los de ingresos altos):
Las tasas de NiNi, pero no las tasas de desempleo juvenil, suelen ser más altas en las zonas rurales que en las urbanas;
Las tasas de NiNi, pero no las tasas de desempleo juvenil, disminuyen con el nivel de estudios, y
Las tasas de NEET, pero no las tasas de desempleo juvenil, son (a menudo mucho) más altas entre las mujeres jóvenes que entre los hombres jóvenes.
Los últimos acontecimientos han contribuido a reforzar aún más la asociación entre los jóvenes NiNi y la vulnerabilidad. Con la revisión de las estadísticas internacionales sobre el empleo, ahora para estar empleado es necesario recibir una remuneración. Esto significa que los jóvenes que realizan trabajos no remunerados, como la agricultura de subsistencia, no se consideran empleados y, por lo tanto, si no están estudiando, se les identifica como NiNi.