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iAGUA – Qué es el fenómeno El Niño y cómo afecta a América Latina

 

 

Hace siglos los pescadores de la costa norte de Perú notaron, cerca de la Navidad,  la aparición de aguas superficiales relativamente más cálidas que lo normal. Dieron a ese fenómeno el nombre de la corriente El Niño, en alusión a la llegada del Niño Jesús.

 

El fenómeno de El Niño y el subsecuente La Niña, conocidos hoy como El Niño Oscilación Sur (ENOS) son eventos hidro-meteorológicos recurrentes que aparecen forma irregular, pero típicamente ocurre cada 2 a 7 años.

 

El ENOS consiste en la interacción de las aguas superficiales del océano pacífico tropical con la atmósfera, afectando los balances hídricos de la superficie hasta situaciones extremas. En su fase cálida se conoce como El Niño y en su fase fría (La Niña). El Niño también genera cambios en los patrones de viento, presión y temperatura y si su intensidad es severa, es posible que pueda impactar los 5 continentes.

 

El sector eléctrico de la región está expuesto a los efectos de este fenómeno y en consecuencia, compromete el desarrollo productivo de los países. A continuación veremos brevemente los principales riesgos que corren los sistemas eléctricos de la región en presencia del fenómeno El Niño.

 

El Niño afecta con sequía al Caribe, Colombia, el Nordeste de Brasil y Venezuela

El déficit de lluvias da origen a sequías, impacta severamente a las cuencas hidrográficas. El efecto más notorio que se produce sobre los sectores eléctricos de estos países es que la indisponibilidad de agua en los embalses afecta fuertemente su capacidad de generación hidroeléctrica, la principal fuente de generación en Colombia, Brasil y Venezuela. Además, se presentan altos niveles de erosión y por ende el desabastecimiento de agua facilita que la generación de incendios afecte grandes extensiones de vegetación, principalmente en lugares donde se localiza la infraestructura de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica.

 

El Niño afecta con inundaciones a Perú, Sur de Brasil, Paraguay, Uruguay, Ecuador, Bolivia y Argentina

Al sur del subcontinente suramericano El Niño produce un incremento extremo en las precipitaciones, causando fuertes crecidas en los caudales. Por ejemplo, el Río Paraná, uno de los más grandes de América del Sur, sobre el cual se encuentran dos represas de primordial importancia, Yacyretá e Itaipú, ha visto su caudal medio duplicarse en 2015, dejando familias damnificadas y poblaciones en alerta.

 

Estas precipitaciones representan un riesgo ante la vulnerabilidad física tanto de la infraestructura la cadena del servicio eléctrico, como de viviendas y carreteras a la margen del río.  Además, el grado de saturación de los suelos (capacidad máxima del suelo para absorber el agua) puede hacer que se produzcan deslaves, avalanchas de lodo, descargas eléctricas, ráfagas de viento, inundaciones en casas de máquinas, pérdida de torres de transmisión, postes de distribución e impacto en subestaciones, colmatación de embalses y necesidad de alivio de máximas avenidas que podrían generar impactos a las poblaciones aledañas y a la infraestructura de generación de energía.

 

 

 

Fuente: iAGUA 29.Diciembre.2015