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CEPAL – Cambio climático amenaza la base de la seguridad alimentaria de América Latina y el Caribe

 

Cambio climático amenaza la base de la seguridad alimentaria de América Latina y el Caribe: el sector agrícola

 

Informe de FAO, CEPAL y ALADI alerta que el cambio climático afectará rendimiento de cultivos, economías locales y seguridad alimentaria en el Noreste de Brasil, Centroamérica y partes de la región andina.

 

El impacto del cambio climático en América Latina y el Caribe será considerable por su dependencia económica respecto de la agricultura, la baja capacidad adaptativa de su población y la ubicación geográfica de algunos de sus países, señala un nuevo estudio de FAO, CEPAL y ALADI.

 

El estudio fue presentado hoy en la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en Santiago de los Caballeros, República Dominicana, como un insumo clave para incorporar la gestión del cambio climático en el Plan para la Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre de la CELAC 2025.

 

Según las tres agencias, el sector agrícola es la actividad económica más afectada por el cambio climático, algo fundamental si se considera que aporta el 5% del PIB, el 23% de las exportaciones regionales y emplea al 16% de la población ocupada.

 

Impactos sobre el sector agrícola y la seguridad alimentaria

Paradójicamente, aunque la región genera una menor contribución al cambio climático en términos de sus emisiones de gases de efecto invernadero en comparación a otras, es especialmente vulnerable a sus efectos negativos.

 

El nuevo informe proyecta desplazamientos —en altitud y latitud— de las zonas óptimas para el cultivo de especies relevantes como café, caña de azúcar, papa y maíz, entre otras.

 

Cambios en las precipitaciones amenazan la alimentación mesoamericana

El informe destaca que el cambio climático aumentará tanto la sequía como la lluvia excesiva.

 

Por un lado, generará una disminución de la disponibilidad de agua para la producción de alimentos y otros usos en las zonas semiáridas y los Andes tropicales, fruto del retroceso de glaciares, la reducción de la precipitación y el aumento de la evapotranspiración en las zonas semiáridas.

 

 

Fuente: CEPAL 02.Agosto.2016