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SEMARNAT – Día Internacional de los Parques Nacionales

Día Internacional de los Parques Nacionales

  • México posee 67 de estos sitios naturales que por su enorme valor biológico, cultural y recreativo, tienen la más alta protección.

    Por su belleza escénica, valor científico, educativo, recreativo e histórico, además de ser reservorios de una gran biodiversidad, tener aptitud para el desarrollo del ecoturismo, entre otras razones análogas de interés general, los parques nacionales merecen la protección más alta, y así lo establece la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección Ambiental (LGEEPA).

    Como parte de la protección a esas superficies terrestres y marinas, en los parques nacionales sólo se permiten actividades relacionadas con la preservación de los ecosistemas y sus elementos, la investigación, la recreación, el turismo de naturaleza y la educación ecológica.

    Por todo ello, y porque nuestro país cuenta con 67 de esas áreas naturales protegidas (ANP) que en total abarcan 62 millones 952 mil 864 hectáreas, es importante que los mexicanos los celebremos cada, 24 de agosto, Día Internacional de los Parques Nacionales, y que los visitemos con el propósito de conocerlos, pero también de protegerlos y conservarlos para el disfrute de las generaciones venideras.

    A estas extensas áreas llamadas parques nacionales se les define técnicamente como representaciones biogeográficas a nivel nacional donde se encuentra uno o más ecosistemas. Destacan entre las 182 áreas naturales protegidas (ANP) marinas y terrestres de México porque resguardan los más variados ecosistemas de asombrosa riqueza biológica, geográfica, climática y de valor cultural, científico y turístico, y porque la superficie que ocupa cada parque los coloca como la segunda ANP en importancia después de las reservas de la biósfera.

    En México, la historia de los parques nacionales es también de larga data. Nuestra primera ANP fue declarada en 1899 por el entonces presidente Porfirio Díaz: el Bosque Nacional Monte Vedado del Mineral del Chico, en Hidalgo, considerada la primera ANP del subcontinente. Muchos años después, en 1982, se decretó como parque nacional con una superficie de 2,739 hectáreas.

    En 1917, el presidente Venustiano Carranza le confirió el rango de Parque Nacional al Desierto de los Leones, al bosque de coníferas ubicado en terrenos de Santa Fe de la hoy alcaldía de Cuajimalpa. Pero mucho antes se comenzó a tejer la historia de esta ANP que fue sede del convento de los monjes carmelitas descalzos de 1611 a 1814, instalaciones que después fueron campo de maniobras y cuartel del Cuerpo Nacional de Artillería (1845), e incluso abrigó una supuesta fábrica de vidrio que alimentaba sus hornos con madera del bosque, pero donde en realidad se acuñaba moneda falsa.

    La política de conservación ambiental de México tiene raíces en el Desierto de los Leones que, siendo un denso bosque de coníferas recibió el nombre de desierto por lo despoblado que se encontraba entonces. Numerosos manantiales de agua pura nacían ahí y abastecían a la Ciudad de México a través del acueducto de Santa Fe, por lo que fue protegido desde 1786, como lo documenta la Cédula Real del 18 de noviembre de 1803 que otorgó a la capital mexicana la propiedad exclusiva de esos manantiales.

    En los parques nacionales, el visitante encuentra espectaculares escenarios naturales que conforman un valioso patrimonio de los mexicanos. Biólogos, geólogos y otros especialistas tienen ahí un vasto campo de investigación, y los paseantes una oportunidad para conocer la flora y la fauna y estar en contacto con la naturaleza, actividad que mucho aporta a la salud física, mental y espiritual.

    Fuente: SEMARNAT 24 de agosto de 2021