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UNAM – En México, 10 por ciento de los niños trabaja

 

Según el INEGI, en México alrededor de tres millones de niños laboran y esta cifra representa una décima parte de nuestra población de entre cero y 17 años. De éstos, el 67 por ciento son varones, destacó Carmen Gabriela Ruiz Serrano, académica de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM.

 

En este renglón, los menores son sometidos a diversos tipos de abusos, aunque hay elementos de orden cultural no considerados, como realizar deberes domésticos, aprender un oficio o desempeñarse en el sector informal con los padres, actividades que por no estar tipificadas como formas de explotación, no se contabilizan.

 

En el país, el fenómeno se acentúa en el ámbito agrícola, pues de cada 10 niños ocupados, siete lo hacen en el campo; además, éstos se enlistan en maquiladoras o en el comercio irregular, detalló.

 

Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) —que describe al trabajo infantil como aquel perjudicial física, mental o socialmente para los niños—, 24 por ciento de los individuos entre cinco y 17 años comprendidos en este rubro viven en el estado de México, Jalisco y Puebla.

 

Para Ruiz Serrano se trata de un fenómeno multicausal estrechamente ligado a la pobreza. “Hoy, la mitad de los niños carece de recursos económicos suficientes y uno de cada nueve vive en pauperización extrema, de modo que los ingresos obtenidos por este medio son cruciales para mantener muchos hogares”.

 

Al hablar sobre las consecuencias de emplearse a temprana edad la universitaria sostuvo que si se reconoce que los infantes son sometidos a trabajos forzosos y peligrosos, podría hablarse de efectos nocivos para su desarrollo físico y psicosocial.

 

“Se trata de pequeños que viven con baja autoestima, problemas de salud por una alimentación inadecuada y con poca oportunidad para el juego. Esto afecta la calidad de vida en años posteriores; si en un principio con esto se buscaba mermar la pobreza de sus hogares, lejos de lograrlo, ésta se perpetúa y pasa de una generación a otra”, alertó la académica de la ENTS.

 

 

Fuente: UNAM 12.Junio.2016