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CONEVAL – Imprescindible reducir brechas de género en el mercado laboral, en actividades de cuidado y del hogar

Imprescindible reducir brechas de género en el
mercado laboral, en actividades de cuidado y del hogar

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) ha trabajado desde 2007 en la generación de estadísticas con enfoque de género, que han dado como resultado el Sistema de Indicadores sobre Pobreza y Género en México (SIPyG). En su más reciente actualización, el Sistema muestra, entre otros, los siguientes resultados:

  • La desigual inserción laboral a causa de los roles de género se intensifica ante la condición de maternidad. Tener hijos(as) reduce la participación laboral de las mujeres, mientras que en los hombres la aumenta. Entre 2016 y 2020 a nivel nacional, el empleo de las madres de 21 a 55 años se ubicó en promedio en 55%, mientras que el de las mujeres sin hijos(as) es al menos 10 puntos porcentuales mayor. En contraste, para los padres de las mismas edades, el empleo se ubicó por arriba del 95% y en los hombres sin hijos disminuye a alrededor del 80%.

  • A nivel nacional, entre 2016 y 2020, el nivel del empleo en las madres con hijos(as) menores de 5 años fue de 50% aproximadamente, mientras que en las mujeres con hijos(as) mayores a esa edad fue superior al 55%; es decir, la inserción de las madres en el mercado de trabajo disminuye en alrededor de 5 puntos porcentuales durante los primeros años de vida de los(as) hijos(as).

  • En el caso de las madres con hijos(as) de 5 años o más, el empleo se incrementa en torno al 50% para aquellas que están en situación de pobreza y al 65% al no encontrarse en esta condición. En cambio, prácticamente todos los padres, sin importar la edad de sus hijos(as) y su situación de pobreza, tienen un empleo.

    Durante la pandemia

  • Ante el cierre de escuelas y estancias registrado durante la pandemia, el aumento del trabajo de cuidados de la población infantil del hogar se hizo evidente; por ello, al considerar la condición de maternidad y paternidad se observó que las mayores reducciones en el número de personas empleadas se presentaron en las poblaciones de madres y padres con hijos(as) menores de 5 años.

  • Ante este panorama, deben fortalecer estrategias y programas destinados a apoyar el cuidado de los niños(as) del hogar, verificar y, en su caso, anular el impacto negativo originado por la eliminación del Programa Escuelas de Tiempo Completo, así como diseñar otras políticas públicas que otorguen servicios directos de cuidado a las personas infantes, adultas mayores y con discapacidad y consolidar el proyecto federal del Sistema Nacional de Cuidados.

    Cuidado de otras personas

  • A pesar de los cambios familiares, demográficos y en el mercado laboral que ha implicado una mayor participación de las mujeres en actividades remuneradas, la división sexual del trabajo se ha mantenido. De 2016 a 2020, son las mujeres en todos los grupos de edad, independientemente de su condición de pobreza, quienes en mayor medida se dedican al cuidado de otras personas.

  • En 2020, a nivel nacional, las horas promedio semanales que las mujeres dedicaron a las tareas de cuidado de otras personas del hogar superaron en 11.5 las dedicadas por los hombres. Si se compara este indicador entre hombres y mujeres en situación de pobreza, la diferencia aumenta a 12.6 horas, mientras que en hombres y mujeres en situación de no pobreza, la diferencia se situó en 10.4 horas en el mismo año.

    Quehaceres domésticos

  • La actual pandemia provocada por el virus SARS-CoV-2 ha demandado mayor cantidad de tiempo y tareas en los quehaceres del hogar. De 2018 a 2020, el incremento en el número total de horas que las mujeres destinaron a los quehaceres domésticos fue de 67 millones, mientras que para los hombres fue de 44 millones; por lo que en 2020 ellas destinaron 4.2 veces más de horas al trabajo doméstico (976 y 233 millones de horas, respectivamente).

    Total del trabajo doméstico no remunerado

  • Al considerar el total del trabajo doméstico no remunerado, las mujeres también presentaron un mayor aumento respecto a los hombres en el número total de horas destinadas a esta actividad, salvo en el grupo de 18 a 44 años. En las mujeres el aumento fue de 60 millones de horas semanales, mientras que en los hombres fue de 37 millones; así en 2020, las mujeres destinaron 3 veces más de horas que ellos.

  • Tanto mujeres como hombres aumentaron el tiempo que destinaron al trabajo doméstico no remunerado durante la pandemia, no obstante, estos incrementos respondieron a los roles de género, ya que las mujeres hicieron mayor frente al aumento del trabajo doméstico que demandó la pandemia.

    Tiempo total de trabajo

  • A pesar de la disminución de las horas totales que se destinaron al empleo, el tiempo total de trabajo (doméstico y extradoméstico) aumentó más en las mujeres que en los hombres debido al aumento de horas destinadas al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado (TDNR), con excepción del grupo de 18 a 44 años. Sin considerar a este grupo de edad, el tiempo total de trabajo aumentó en 55 millones de horas para mujeres, mientras que en hombres fue de 41 millones. En el grupo de 18 a 44 años, las mujeres tuvieron 1.3 veces más trabajo total respecto a los hombres en 2020.

  • La mayor participación de los hombres en el trabajo doméstico durante la pandemia, aunque ocurrió en un contexto de crisis laboral, evidenció la necesidad de que en el mercado de trabajo se generen mejores condiciones que permitan una redistribución más equitativa del trabajo de casa. Asimismo, es crucial eliminar los estereotipos de género que asignan a las mujeres la carga del trabajo doméstico, ya que si bien los hombres participaron más en el TDNR ante la menor demanda de la fuerza laboral, el incremento no devino en una redistribución más igualitaria del trabajo del hogar.

    Otras conclusiones del SIPyG 2016-2020

  • Si comparamos el periodo de agosto a noviembre de 2020 respecto al mismo en 2018, el número de mujeres en situación de pobreza en búsqueda de un empleo aumentó en 118.5%, y en 61.7% para las mujeres que no se encontraban en situación de pobreza, mientras que, en los hombres, los incrementos fueron menores, de 97.7% y 58.0%, respectivamente.

  • Para las mujeres en situación de pobreza, antes de la pandemia se observó que el porcentaje de empleadas fue mayor (47.1%) al de las dedicadas exclusivamente al trabajo de casa (44.5%), pero durante la pandemia, ambos porcentajes prácticamente se igualaron (44.8% -45.8%).

  • En el mercado laboral también se agudizaron algunas brechas de género durante la pandemia. La ocupación sin pago aumentó más en las mujeres; las ocupaciones feminizadas presentaron mayores pérdidas de empleos y en las mujeres se observó una tendencia de elegir, más que los hombres, jornadas de trabajo más reducidas.

  • La ocupación sin pago constituye una de las desigualdades de género ya que es más frecuente en las mujeres, situación que se ha reforzado durante la pandemia. De 2018 a 2020, los mayores aumentos en el porcentaje de mujeres ocupadas sin pago se observaron en adultas mayores fuera de situación de pobreza con un alza de 7.9 puntos porcentuales, en las adultas mayores en pobreza el aumento fue 4.2 puntos porcentuales.

  • Las ocupaciones feminizadas presentaron las mayores pérdidas de empleo en el periodo de agosto a noviembre de 2020. La población ocupada de mujeres en este tipo de labores disminuyó en 948.3 mil personas, mientras que el descenso del empleo de los hombres en estas ocupaciones fue de 220.3 mil personas.

  • De agosto a noviembre de 2020, la inserción de las mujeres en jornadas reducidas aumentó; en las de menos de 15 horas creció en 395.3 mil trabajadoras, mientras que, en el resto de las jornadas más amplias se redujo en 380.5 mil empleadas; en cambio, en los hombres aumentó el empleo en las jornadas de duración intermedia.

    Fuente: CONEVAL 09 de mayo de 2022