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OIT – Poner las estadísticas laborales al servicio de las mujeres

Poner las estadísticas laborales al servicio de las mujeres

  • El Día Internacional de la Mujer de este año lleva por lema “Inspirar la inclusión”.

    Los términos “estadística” e “inspiración” rara vez se yuxtaponen, pero las estadísticas siempre han inspirado, y han inspirado, prioridades para el cambio social. Históricamente, las estadísticas han ocupado un lugar clave en los esfuerzos por promover la igualdad de género. En la última década, estos esfuerzos han inspirado un cambio real y significativo en cómo se mide el trabajo, qué trabajo se mide y de quién es el trabajo que se mide.

    En la mayoría de los países del mundo, las encuestas de población activa (EPA) representativas a escala nacional son la principal fuente de estadísticas laborales oficiales. La evolución inicial de las estadísticas del trabajo reflejaba las formas dominantes de organización industrial y económica y las normas sociales correspondientes de la época. Esto significaba que las situaciones laborales “estándar” la ocupación solían estar ocupadas de forma desproporcionada por hombres, mientras que las situaciones laborales “no estándar” la ocupación estaban ocupadas de forma desproporcionada por mujeres. En consecuencia, el trabajo de las mujeres ha estado sujeto a un mayor riesgo de clasificación errónea u omisión en la EPA que el de los hombres. Las instituciones sociales que avalan la reclusión de las mujeres, asignan un estatus elevado a su retirada del mercado laboral y/o descartan o minimizan las contribuciones de las mujeres a los medios de subsistencia del hogar, han exacerbado aún más estas tendencias generales en muchos países y regiones del mundo.

    Durante más de treinta años -desde 1982, cuando los países aprobaron importantes normas, definiciones y marcos de medición comunes para alinear las prácticas nacionales de las encuestas de población activa (EPA), la cobertura de las EPA se mantuvo bastante estable, hasta 2013, cuando se acordaron las nuevas e innovadoras normas comentadas anteriormente. Durante este tiempo, las EPA se diseñaron para supervisar las tendencias en la ocupación, la desocupación, y por debajo dela ocupación, y para caracterizar a la población económicamente activa.

    La reciente evolución del modo y el tipo de trabajo que se mide y del que se informa en las estadísticas oficiales ha tenido profundas repercusiones en el trabajo de quién se mide. Las normas revisadas – operacionalizadas en el nuevo contenido modelo del cuestionario – proporcionan un importante correctivo a la tendencia histórica de las estadísticas laborales a caracterizar erróneamente o a omitir por completo las situaciones laborales “atípicas” la ocupación . Dado que las mujeres están sobrerrepresentadas en este tipo de situaciones, estos cambios recientes permiten comprender mucho mejor la contribución económica de las mujeres. La OIT apoya activamente a los institutos nacionales de estadística para que adapten sus EPA a las normas estadísticas internacionales más recientes (aprobadas en 2013, 2018 y 2023).

    La disponibilidad de las nuevas normas, clasificaciones y definiciones estadísticas, así como de las herramientas de aplicación que las acompañan, ha sentado las bases para mejorar la medición en una serie de temas. Más recientemente, a petición de los mandantes, la OIT comenzó a trabajar en el desarrollo de normas y orientaciones para las estadísticas sobre el trabajo de cuidados. Este desarrollo no sería posible sin las normas adoptadas desde 2013.

    Los recientes cambios en cómo, qué y de quién es el trabajo que se mide, y el alcance que ofrecen para futuros avances, ejemplifican la relación entre estadística y sociedad. En cualquier momento, las estadísticas llevan las huellas de sucesivas perspectivas históricas, pero pueden remodelarse a medida que se consolida un nuevo consenso sobre qué y quién merece ser medido. Los recientes avances que aquí se describen son un ejemplo del programa de transformación de la OIT en materia de igualdad de género y no discriminación, como parte de los esfuerzos por promover el desarrollo sostenible, el trabajo decente y la justicia social. La disponibilidad de estadísticas sobre temas anteriormente excluidos abre nuevas posibilidades – y amplía las existentes – para la formulación de políticas y la promoción. La inclusión inspira inclusión.

    Fuente: OIT 04 de marzo de 2024