CEIEG.


ONU – Día para la Conmemoración y Dignificación de las Víctimas del Crimen de Genocidio y su Prevención

Día para la Conmemoración y Dignificación de las
Víctimas del Crimen de Genocidio y su Prevención

9 de diciembre

El deporte ha sido históricamente un mecanismo clave para unir a las comunidades por encima de las divisiones y puede ser un buen medio para promover mensajes positivos que contribuyan a la inclusión y la cohesión social, reforzando la comprensión y el respeto por la diversidad y reduciendo los estereotipos. Más allá de su capacidad para unir a las personas en el ámbito local, nacional y mundial, el deporte se utiliza cada vez más como vehículo para empoderar a los jóvenes y a las mujeres; mejorar el bienestar social y la salud, apoyar los objetivos de educación y desarrollo social; y fortalecer la resiliencia de las personas y las comunidades. En todo el mundo se aprovecha el poder del deporte para apoyar los programas de paz, desarrollo y, cada vez más, la prevención de los riesgos de crímenes atroces.

Este año el día está dedicado al papel del deporte en la promoción de la paz y la inclusión, además de destacar cómo el deporte puede defender y promover la prevención de los crímenes atroces. Gracias al papel unificador del deporte, puede resultar vital para la promoción de mensajes positivos que contribuyan a la inclusión y la cohesión social, reforzando la comprensión y el respeto por la diversidad y reduciendo los estereotipos.

Mediante su resolución 69/323 del 29 de septiembre de 2015, la Asamblea General de la ONU estableció el 9 de diciembre como el Día Internacional de Conmemoración y Dignidad de las Víctimas del Crimen de Genocidio y de la Prevención de este Crimen. Este año además de celebrar el día, se conmemora el 74º aniversario de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de 1948 (la “Convención sobre el Genocidio”), el primer tratado de derechos humanos aprobado por la Asamblea General.

Genocidio es “cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal:
Matanza de miembros del grupo;
Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo;
Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial;
Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo;
Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo.”

En la Cumbre Mundial celebrada en 2005 para tratar asuntos de desarrollo, seguridad y derechos humanos, los Jefes de Estado y de Gobierno afirmaron unánimemente que “cada Estado es responsable de proteger a su población del genocidio, los crímenes de guerra, la depuración étnica y los crímenes de lesa humanidad”. También acordaron que, cuando procediera, la comunidad internacional debería ayudar a los Estados a ejercer su responsabilidad y a crear la capacidad de proteger a las poblaciones en riesgo antes de que estallaran las crisis y los conflictos. Además, los líderes mundiales dedicieron que “cuando fuera evidente” que un Estado no protegía a su población de los cuatro crímenes mencionados, la comunidad internacional adoptaría medidas colectivas, por conducto del Consejo de Seguridad y de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas. Esta intervención solo ocurriría cuando fallara la prevención. Por lo tanto, la prevención es la base del principio de la responsabilidad de proteger.

Los tres pilares de la responsabilidad de proteger están estipulados en el Documento Final de la Cumbre y formulados en el informe del Secretario General de 2009 titulado “Hacer efectiva la responsabilidad de proteger”. El compromiso político adquirido por los Estados Miembros en 2005 está profundamente arraigado en el derecho internacional, incluida la Convención sobre el Genocidio.

Fuente: ONU 09 de diciembre de 2022