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BANCO MUNDIAL – Aplicación del enfoque denominado Una Salud para prevenir la próxima pandemia en lugar de combatirla

Aplicación del enfoque denominado Una Salud para
prevenir la próxima pandemia en lugar de combatirla

Cuando el mundo sigue lidiando con los desastrosos efectos de la COVID-19, el Banco Mundial publica un nuevo informe en el que se proponen soluciones prácticas para poner fin al ciclo de pandemias devastadoras.

El ritmo al que se producen nuevos brotes de enfermedades infecciosas se ha incrementado a una tasa anual promedio del 6,7 % desde la década de 1980, y la cantidad de brotes ha aumentado a varios cientos por año desde 2000. Esto se debe, en gran parte, a la expansión de la huella del ser humano a nivel mundial, que altera hábitats naturales y acelera la propagación de microbios animales entre las personas.

El 75 % de las enfermedades infecciosas y casi todas las pandemias conocidas se han producido a partir del creciente contacto entre animales y personas, lo que ha generado más de 1000 millones de infecciones en seres humanos y 1 millón de muertes cada año. Esto, junto con el mayor movimiento de mercaderías y personas en todo el mundo, ha puesto en evidencia la facilidad con la que se propagan las enfermedades infecciosas y su volatilidad.

En el informe Putting Pandemics Behind Us: Investing in One Health to Reduce Risks of Emerging Infectious Diseases (Dejar atrás la pandemia: Invertir en una salud para reducir los riesgos de nuevas enfermedades infecciosas), se recomienda a los encargados de formular políticas, los Gobiernos y la comunidad internacional que inviertan en la prevención de pandemias y se aparten del enfoque habitual que se basa en realizar actividades de contención y control después de que ha surgido una enfermedad. Además, se estima que los costos de prevención si se utilizara el enfoque denominado Una Salud —que equilibraría y mejoraría de manera sostenible la salud de personas, animales y ecosistemas— oscilarían entre USD 10 300 millones y USD 11 500 millones por año, en comparación con los costos de gestionar pandemias que, según un cálculo reciente del Equipo de Tareas Conjunto sobre Finanzas y Salud del Grupo de los Veinte (G20), ascienden a alrededor de USD 30 100 millones anuales.

Los costos de prevención representan solo un tercio del costo de preparación y menos del 1 % del costo de la COVID-19 en 2020 (cuando la economía mundial se contrajo un 4,3 % o alrededor de USD 3,6 billones en bienes, servicios y otros productos perdidos) y de la respuesta de salud pública. En definitiva, la prevención es un bien público mundial: ningún país puede quedar excluido de los beneficios y no hay límites con respecto a la cantidad de países que pueden beneficiarse. Desafortunadamente, existe una situación crónica de inversiones insuficientes en prevención, y los países deben tomar medidas. Además, cuando la prevención tiene buenos resultados, los beneficios son invisibles y no se manifiestan como crisis que exigen una atención inmediata. Una Salud es el enfoque mundial necesario para romper este ciclo de pánico, falta de atención y subinversión.

Para que este enfoque pueda implementarse correctamente, será necesario mejorar la coordinación, la comunicación y la colaboración intersectorial, lo que deberá reforzarse con el fortalecimiento de la capacidad. Esto significa gestionar la necesidad de optar entre objetivos de desarrollo y de salud integral, y una distribución de los costos más equitativa mediante la coordinación general de medidas de políticas y de financiamiento.

Invertir en el enfoque Una Salud es invertir en el futuro de la humanidad. El marco es integral y ayuda a los Gobiernos, las organizaciones internacionales y los donantes a destinar recursos financieros para utilizar mejor el escaso financiamiento y prevenir pandemias. Las medidas que se toman en virtud del enfoque Una Salud para impedir brotes de enfermedades son eficaces en función de los costos, con una tasa de rendimiento anual estimada de hasta el 86 %. Es hora, entonces, de incorporar el enfoque Una Salud, dejar atrás el ciclo de pánico y falta de atención, y hacer realidad la idea de que prevenir es mejor que curar.

Fuente: BANCO MUNDIAL 24 de octubre de 2022