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FAO – Informe mundial sobre las crisis alimentarias

Informe mundial sobre las crisis alimentarias

  • Los asociados de la Red mundial contra las crisis alimentarias piden un enfoque transformador para romper el ciclo del hambre aguda

    Según el último Informe mundial sobre crisis alimentarias, casi 282 millones de personas de 59 países y territorios padecieron niveles elevados de hambre aguda en 2023, lo que supone un aumento a nivel mundial de 24 millones con respecto al año anterior. Este incremento obedece a la mayor cobertura del informe de los contextos de crisis alimentaria, así como al fuerte deterioro de la seguridad alimentaria.

    Durante cuatro años consecutivos, la proporción de personas que se enfrentan a la inseguridad alimentaria aguda ha permanecido persistentemente alta, en casi el 22 % de los evaluados, superando notablemente los niveles anteriores a la enfermedad por coronavirus (COVID-19). Los niños y las mujeres están en primera línea de estas crisis alimentarias, con más de 36 millones de niños menores de 5 años con desnutrición aguda en 32 países, según indica el informe. La malnutrición aguda empeoró en 2023, especialmente entre las personas desplazadas a causa de conflictos y catástrofes.

    Treinta y seis países han aparecido de forma constante en los análisis del informe desde 2016, lo que refleja años continuos de hambre aguda, y actualmente suponen el 80 % de los que más hambre padecen del mundo. También se ha producido un aumento de 1 millón de personas que se enfrentan a niveles de emergencia (Fase 4 de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases [CIF]/Cadre Harmonisé [CH]) de inseguridad alimentaria aguda en 39 países y territorios, con el mayor aumento en el Sudán.

    En 2023, más de 705 000 personas se encontraban en el nivel catástrofe (Fase 5 de la CIF/CH) de inseguridad alimentaria y en riesgo de inanición, la cifra más alta en la historia de los informes mundiales y cuatro veces más desde 2016.

    La intensificación de los conflictos y la inseguridad, las repercusiones de las perturbaciones económicas y los efectos de los fenómenos meteorológicos extremos siguen disparando la inseguridad alimentaria aguda. Estos factores interrelacionados están acentuando la fragilidad de los sistemas alimentarios, la marginación rural, la mala gobernanza y la desigualdad, y provocan desplazamientos masivos de población en todo el mundo. La situación de protección de la población desplazada se ve además afectada por la inseguridad alimentaria.

    Desde 2023, las necesidades han superado a los recursos disponibles. En la actualidad, las operaciones humanitarias están totalmente desbordadas y muchas se ven obligadas a reducir y recortar aún más la ayuda a los más vulnerables. Resulta imperativo contar con una gobernanza económica mundial más equitativa y efectiva, que debe ir acompañada de planes dirigidos por los gobiernos que busquen reducir y acabar con el hambre.

    Para invertir la tendencia de la creciente inseguridad alimentaria aguda, la comunidad internacional ha asumido una serie de compromisos importantes, entre ellos las recientes iniciativas del Grupo de los Siete y el Grupo de los Veinte. La Red mundial contra las crisis alimentarias se ofrece a aprovechar su inigualable conocimiento del hambre en los países más frágiles para reforzar los vínculos y lograr la coherencia —en la medida de lo posible—, entre estas diversas iniciativas mundiales, con el fin de garantizar un efecto innovador y concreto para los afectados por las crisis alimentarias.

    Fuente: FAO 24 de abril de 2024