¿Alguna vez te has preguntado por qué la FAO asegura que la inocuidad es lo primero?
Las enfermedades transmitidas por los alimentos pueden ser desde leves a muy graves e incluso provocar la muerte, por ello es necesaria la inocuidad en la producción de alimentos.
Las y los productores son los principales promotores de la inocuidad en los alimentos mediante la aplicación de buenas prácticas agrícolas, como son:
Control de plagas y enfermedades.
Uso responsable del agua.
Adopción de biofertilizantes y
uso responsable de fertilizantes químicos.
Siempre que fuera posible deberás implementar medidas para:
Controlar la contaminación por aire, suelo, agua, forrajes, fertilizantes, pesticidas, medicamentos veterinarios, o cualquier otro agente usado en la producción primaria.
Controlar la calidad sanitaria de vegetales y animales para que no representen una amenaza a la salud humana cuando sean consumidos, o para que no afecten negativamente la inocuidad del producto.
La inocuidad en temas alimentarios contempla todos los procesos de buenas prácticas en campo y mar para evitar que los alimentos dañen nuestra salud a través de plagas y enfermedades.
Beneficios de buenas prácticas de inocuidad en la producción de alimentos.
Disminuyen los riesgos de contaminación en los vegetales y animales de consumo humano.
Se garantiza la producción, transformación y venta de productos agropecuarios y pesqueros sanos y nutritivos.
Las y los productores pueden ser más competitivos al vender sus productos en mejores condiciones.
En México a través del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) cuidamos que los productos agropecuarios tengan la mejor calidad y estándares para su consumo a través de la vigilancia epidemiológica fitozoosanitaria, campañas fitozoosanitaria, acuícolas y pesqueras y sistemas de reducción de riesgos de contaminación y buenas prácticas en la producción agrícola, pecuaria, acuícola y pesquera, y procesamiento primario de productos acuícolas y pesqueros.