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UNICEF – La policrisis mundial dificulta la lucha para poner fin al matrimonio infantil

 

La policrisis mundial dificulta la lucha
para poner fin al matrimonio infantil

  • La desaceleración en el camino hacia la erradicación del matrimonio infantil es más pronunciada en África Subsahariana, que está a más de 200 años de poner un término a esta práctica.

    Pese a que el matrimonio infantil ha disminuido de forma constante en la última década, las múltiples crisis actuales —en particular los conflictos, las perturbaciones climáticas y los efectos persistentes de la pandemia de COVID-19— amenazan con revertir los logros que con tanto esfuerzo se han alcanzado, según se desprende de un nuevo análisis publicado por UNICEF.

    Se calcula que, en todo el mundo, 640 millones de niñas y mujeres vivas en la actualidad se casaron en la infancia, lo que asciende a 12 millones de niñas al año, según las cifras mundiales más recientes incluidas en el análisis. El porcentaje de mujeres jóvenes que contrajeron matrimonio siendo niñas ha disminuido del 21% al 19% desde las últimas estimaciones publicadas hace cinco años. Sin embargo, a pesar de estos avances, la reducción mundial debería ser 20 veces más rápida si se quiere lograr el Objetivo de Desarrollo Sostenible de poner fin al matrimonio infantil para 2030.

    África Subsahariana, que actualmente ocupa el segundo lugar en el mundo en cuanto al número de niñas casadas (20%), está a más de 200 años de acabar con esta práctica al ritmo actual. Todo parece indicar que el rápido crecimiento de la población, a lo que se suman las crisis actuales, incrementarán la cifra de niñas casadas, en contraposición con la disminución prevista en el resto del mundo.

    La región de América Latina y el Caribe también se está quedando atrás y va camino de registrar el segundo nivel regional más alto de matrimonios infantiles en 2023. Por su parte, Oriente Medio y el Norte de África y Europa del Este y Asia Central también se han estancado, después de registrar un periodo de progresos constantes.

    Las niñas que contraen matrimonio durante la infancia sufren consecuencias inmediatas y de por vida. Tienen menos probabilidades de seguir asistiendo a la escuela y se enfrentan a un mayor riesgo de quedarse embarazadas precozmente, lo que a su vez aumenta la probabilidad de que tanto ellas como sus hijos sufran complicaciones de salud o mueran. Esta práctica también puede aislar a las niñas de sus familias y amigos, además de excluirlas de participar en sus comunidades, una situación que tiene graves consecuencias para su salud mental y su bienestar.

    A nivel mundial, los conflictos, los desastres relacionados con el clima y los efectos de la COVID-19 —en particular el aumento de la pobreza, la disminución de los ingresos y el abandono escolar— contribuyen al aumento de los factores que llevan al matrimonio infantil, al tiempo que dificultan el acceso de las niñas a la atención sanitaria, la educación, los servicios sociales y el apoyo comunitario que las protegen de esa práctica.

    En consecuencia, según señala el análisis, las niñas que viven en entornos frágiles tienen el doble de probabilidades de contraer matrimonio durante su infancia que las de otros entornos. Cada vez que las muertes ligadas a los conflictos se multiplican por 10 se produce un incremento del 7% en el número de matrimonios infantiles. Por su parte, los fenómenos meteorológicos extremos provocados por el cambio climático también ponen a las niñas en una mayor situación de riesgo. De hecho, cada desviación del 10% en las precipitaciones es correlativa a un aumento de alrededor del 1% en la prevalencia del matrimonio infantil.

    El análisis advierte de que los valiosos avances logrados en la última década para poner fin al matrimonio infantil también se están viendo amenazados —e incluso anulados— por los efectos persistentes de la COVID-19. Se calcula que la pandemia ya ha disminuido en una cuarta parte el número de matrimonios infantiles evitados desde 2020.

    Fuente: UNICEF 03 de mayo de 2023