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OCDE – América Latina: empoderar al 40% de jóvenes latinoamericanos que no trabajan y que no estudian

 

El PIB de América Latina y el Caribe (ALC) se contraerá entre un 0.9% y 1% en 2016, según las últimas estimaciones. Esto supone un segundo año consecutivo de crecimiento negativo y un ritmo de contracción al que no se asistía en la región desde principios de la década de los 80. De acuerdo con el informe Perspectivas Económicas de América Latina 2017, la región debería recuperarse en 2017, aunque con un crecimiento modesto del PIB de entre un 1.5% y 2%, por debajo del crecimiento que se espera en las economías avanzadas.

 

De acuerdo con el informe, elaborado conjuntamente por el Centro de Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (CEPAL) y CAF Banco de Desarrollo de América Latina, esta prolongada desaceleración económica podría poner en peligro el progreso socioeconómico del continente. Siete millones de latinoamericanos cayeron en la pobreza en 2015, y entre 25 y 30 millones de latinoamericanos vulnerables correrán el mismo riesgo durante los próximos dos años. Aunque estos resultados no están desvinculados del entorno económico mundial, también poseen su propio contexto país y su dinámica regional.

 

Las tres organizaciones convocan a invertir en la juventud a través de una mejora de la calidad educativa, de las competencias de los jóvenes y de sus oportunidades de emprendimiento con miras a reactivar el crecimiento económico y de esta manera sentar una base sólida para el progreso a largo plazo.

 

El informe señala cómo las condiciones sociales, étnicas, de género y geográficas ejercen gran influencia en la trayectoria profesional de las personas. Casi 30 millones de jóvenes de la región de ALC no tienen empleo, no estudian, ni reciben capacitación. Ellos representan el 21% de los jóvenes de la región, en comparación con el 15% en los países de la OCDE. Otro 19% de los jóvenes trabajan en empleos informales. Las mujeres se ven particularmente perjudicadas, pues representan el 76% de quienes no tienen empleo, no estudian, ni reciben capacitación, en parte porque se dedican a tareas en el hogar no remuneradas. Al menos 6 de cada 10 jóvenes que viven en hogares pobres no tienen empleo, no estudian, ni reciben capacitación o trabajan en el sector informal de la economía, y 4 de cada 10 jóvenes que viven en hogares vulnerables de clase media no tienen empleo, no estudian, ni reciben capacitación o están en el empleo informal. Esto contrasta con el caso de los hogares de clase media, en los que sólo 2 de cada 10 jóvenes se encuentran en esta situación.

 

 

Fuente: OCDE 28.Octubre.2016