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BANCO MUNDIAL – Las inversiones sociales y en infraestructura pueden impulsar crecimiento y prosperidad en América Latina y el Caribe

Las inversiones sociales y en infraestructura pueden impulsar
el crecimiento y la prosperidad en América Latina y el Caribe

Las economías de América Latina y el Caribe recuperaron sus niveles prepandemia y la región recobró cierta sensación de normalidad, aunque la economía debe reactivarse para evitar un nuevo ciclo de bajo crecimiento. Las inversiones sociales y en infraestructura pueden convertirse en motores clave del crecimiento y la prosperidad compartida, de acuerdo al informe del Banco Mundial “Nuevos enfoques para cerrar la brecha fiscal”.

Se calcula que el PIB regional crecerá 3,0 por ciento en 2022, una tasa mayor a lo previsto anteriormente debido al alza en los precios de las materias primas.

Se prevén tasas de crecimiento bajas, de 1,6 por ciento y 2,3 por ciento en 2023 y 2024, respectivamente, similares a los bajos niveles observados en la década de 2010 e insuficientes para lograr avances significativos en términos de reducción de la pobreza. La inflación, que si bien en la mayoría de los países se encuentra en los niveles de la OCDE, requiere de esfuerzos continuos para que esta descienda al nivel de los objetivos anteriores.

Si bien la pobreza monetaria descendió del 30 por ciento en 2021 al 28,5 por ciento en 2022, sigue estando en un nivel alto; al tiempo que los costos a largo plazo de la crisis en la salud y la educación deben ser subsanados de manera urgente, tanto para reactivar el crecimiento como para mitigar el aumento en la desigualdad.

El informe plantea que los países deben analizar cuidadosamente sus opciones de gasto público y de política tributaria para favorecer la equidad y evitar potenciales efectos adversos. Esto incluye mejorar la eficiencia del gasto: en promedio, el 4,4 por ciento del PIB — o 17 por ciento del gasto público— se malgasta en transferencias mal dirigidas, deficiencias en las contrataciones públicas y políticas de recursos humanos ineficientes.

Fuente: UNCTAD 04 de octubre de 2022