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ECONOMISTA – Crisis económica por Covid-19 sumará a 8.9 millones de menores al trabajo infantil

Crisis económica por Covid-19 sumará a
8.9 millones de menores al trabajo infantil

  • El impacto de la emergencia sanitaria por la pandemia a nivel global frenó los avances logrados en el combate al trabajo infantil. El grupo de niñas y niños de entre 5 y 11 años que trabaja es el que más ha crecido en los últimos años.

    Antes de la pandemia, de los conflictos internacionales que están perpetuando la crisis económica legada por la covid-19 y antes de los “considerables progresos en la lucha contra el trabajo infantil” había más de 160 millones de niñas, niños y adolescentes laborando en el mundo; la mitad lo hacía en actividades que podría dañarles física o emocionalmente. Este año la cifra podría crecer a 169 millones.

    La Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Unicef dieron a conocer este martes las últimas estimaciones para este renglón del mercado laboral y señalan que “sin estrategias de mitigación, el número de niños en situación de trabajo infantil podría aumentar en 8.9 millones para finales de 2022, debido, en gran parte, al aumento de la pobreza”.

    Actualmente podríamos decir que uno de cada diez niños, niñas y adolescentes en el mundo aporta su fuerza de trabajo al mercado laboral. Fuerza de trabajo no debería ser una frase para la población más pequeña, pero es justamente el grupo de entre 5 y 11 años el que más ha crecido, la OIT apunta que entre 2016 y 2020 se sumaron a laborar más de 16.8 millones menores de este rango de edades.

    México es el segundo país de América Latina con más prevalencia de este problema, después de Brasil. Los resultados de la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI), dados a conocer a finales de 2020, señalan que en 2019 había 3.3 millones de niñas, niños y adolescentes con una ocupación laboral. Dos millones de ellas y ellos hacían trabajos no permitidos para su edad.

    A nivel mundial, se habían logrado “progresos considerables en la reducción del trabajo infantil en los dos últimos decenios”. De 2000 a 2020 la cifra se redujo de 245 millones de niños, niñas y adolescentes con una responsabilidad laboral, muchas veces sin salario y en condiciones peligrosas, a más de 160 millones. Es decir, la disminución fue 85.5 millones en 20 años.

    Hasta 2016, el descenso había sido constante y amplio. Por ejemplo, en 2008 la cifra era de más de 215 millones y para 2012 llegó a 168 millones, lo que se traduce en 47 millones menos. Pero de 2016 a 2020, el año de la covid-19, la situación cambió y hubo un aumento “más de 8 millones, al pasar de 152 a 160 millones de niños, de los cuales 79 millones trabajaban en condiciones peligrosas”.

    Contar con protección social “reduce la pobreza y la vulnerabilidad de las familias, disminuyendo así los principales factores que impulsan el trabajo infantil”, se señala en el reporte.

    No obstante, la gran mayoría de las personas en México y el mundo labora sin protección social. A nivel global el 74.%, es decir, más 1,500 millones de niños, niñas y adolescentes de entre 0 y 14 años no reciben ninguna prestación familiar o infantil en efectivo. En nuestro país, 31.6 millones de personas o 56% de la población mayor de 15 años labora en la informalidad.

    Los programas de protección social deben ser inclusivos y tener en cuenta el trabajo infantil y la inversión en ellos tiene que verse “como motor del desarrollo”.

    Finalmente, “construir sistemas de protección social integrados”. Prestaciones adecuadas a lo largo de todo el ciclo vital, desde las infantiles y familiares, las de maternidad y desempleo hasta las pensiones de jubilación, así como la protección sanitaria.

    Fuente: EL ECONOMISTA 18 de mayo de 2022