La igualdad de género debe estar al centro
de la recuperación económica post COVID-19
Antes de la crisis provocada por la COVID-19 , un gran número de mujeres estaban excluidas del mercado de trabajo. La pandemia ha empeorado mucho las cosas.
Esta crisis afecta a las trabajadoras de manera desproporcionada quienes están perdiendo sus empleos a una velocidad mayor que los hombres. Más mujeres que hombres trabajan en sectores que han sido perjudicados por las consecuencias económicas de la pandemia, como los sectores del turismo, la hostelería y la confección. Un gran número de trabajadores domésticos, en su mayoría mujeres, también corren el riesgo de perder su empleo. La gran mayoría de los trabajadores de la salud son mujeres, lo cual aumenta el riesgo de contraer el virus.
Además, la fragilidad de su situación laboral, unida al reducido acceso al trabajo y a la protección social, ha implicado que las mujeres sean especialmente vulnerable a la pandemia, aún en sectores que, hasta ahora, habían sido menos perturbados.
Una de las ideas centrales de la economía feminista es que el trabajo de cuidado no remunerado que se lleva a cabo en los hogares y las familias para apoyar la vida cotidiana es una parte vital del sistema económico. Este tipo de trabajo es realizado principalmente por las mujeres y la mayoría de las veces no es reconocido como tal. El cierre de las escuelas y el cuidado de las personas que se enferman, ha obligado a las mujeres que han tenido la suerte de mantener su empleo a reducir las horas de trabajo o a prolongar el total de horas de trabajo (remuneradas y no remuneradas) hasta niveles insostenibles.
A continuación, cinco formas para garantizar que la crisis del coronavirus no perjudique las perspectivas de empleo de las mujeres a largo plazo:
Fuente: OIT 20 de agosto de 2020