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OIT – Una estrategia de financiación más ambiciosa que permita al mundo reconstruir de forma más inclusiva y sostenible es posible

Una estrategia de financiación más ambiciosa que permita al
mundo reconstruir de forma más inclusiva y sostenible es posible

  • Un uso más audaz de la arquitectura financiera internacional existente podría acelerar la recuperación mundial COVID-19 y la acción climática, incluso en los países de bajos y medianos ingresos, dice un nuevo documento de investigación de la OIT.

    Una utilización más plena del capital y las herramientas existentes de las instituciones financieras internacionales podría reducir más rápidamente las amenazas que representan para la humanidad la pandemia y el cambio climático, dice un nuevo documento de trabajo de la Organización Internacional del Trabajo.

    El documento Financing Human-Centred COVID-19 Recovery and Decisive Climate Action Worldwide: International Cooperation’s 21st Century Moment of Truth , ofrece una ilustración concreta de cómo el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los bancos multilaterales de desarrollo podrían triplicar los flujos externos relacionados con la ayuda oficial al desarrollo para los países en desarrollo en los próximos años, a fin de combatir la creciente disparidad tras la pandemia respecto a los países desarrollados, y hacer frente a uno de los mayores y más inmediatos obstáculos para la consecución de los objetivos del Acuerdo de París: la quema de carbón.

    El documento sostiene que todas las naciones tienen interés en acelerar en gran medida la aplicación -incluso en los países de renta baja y media-baja- de las estrategias que se han acordado a nivel internacional para hacer frente a las amenazas universales que plantean la pandemia y el cambio climático, es decir, la iniciativa ACT-A/COVAX de la Organización Mundial de la Salud (OMS); el Llamamiento Mundial a la Acción de la OIT para una Recuperación Centrada en las personas tras la Crisis de la COVID-19 ; y la Agenda 2030 , que incluye los objetivos del acuerdo climático de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

    Esta utilización más completa de las instituciones financieras internacionales para aplicar los objetivos acordados multilateralmente permitiría al mundo pasar de un progreso continuo e incremental a un progreso verdaderamente transformador para combatir los efectos de la pandemia de COVID-19 y del cambio climático sin depender de grandes aumentos en los presupuestos de ayuda exterior bilateral. Aumentaría los flujos externos relacionados con la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) en los próximos siete años en 2 billones de dólares para los 82 países en desarrollo más pobres, el equivalente a alrededor del 4 por ciento de su PIB por año durante este período. Esto superaría el apoyo del Plan Marshall a los esfuerzos de Europa para “reconstruir mejor” después de la Segunda Guerra Mundial, al tiempo que aprovecharía ese aumento de la financiación externa para mejorar la movilización de los recursos nacionales. También cumpliría la promesa, aún incumplida, de los países avanzados de movilizar al menos 100.000 millones de dólares al año en financiación para el clima a los países en desarrollo para 2020.

    Todo esto sería posible si los países más ricos acordaran donar una media del 60 por ciento de su nueva asignación de DEG a los países de renta baja y media-baja y si los consejos de administración de los Bancos Multilaterales de Desarrollo acordaran utilizar dos tercios del espacio adicional estimado que tienen colectivamente en sus estructuras de capital para ampliar la actividad de préstamo y de financiación combinada sin afectar a sus calificaciones crediticias.

    Fuente: OIT 07 de octubre de 2021